¡Profesor Min! 《yoonnie》

38: Iris

- ¡Jennie!

Una contenta Dahyun se acercó corriendo cuando vio que su amiga ingresaba por las puertas del instituto. Las demás la siguieron y se tiraron como una avalancha, llenándola de preguntas.

- ¿¡Donde estabas!?

- ¿Por qué no contestabas los mensajes!

- ¡Estuvimos a punto de preguntarle a tu papá si estabas bien!

- Estoy bien, chicas. -respondió de buen humor. -Antes de volver de Seúl, mi teléfono se cayó en el inodoro asique estuve sin celular hasta el dia de hoy. -mostró su iPhone. -Y no vine porque al parecer comí algo que tuvo una reacción alérgica en mi asique tuve que quedarme en casa...

Había planeado esa mentira el dia anterior con Yoongi y estuvo practicándola por las dudas.

- Oh, eso suena normal... -Jeongyeon suspiró.

- De verdad creímos que saliste con un psicópata. -dijo Jihyo algo mas relajada.

- No, de hecho estuvo... bien. -sus mejillas se pusieron rosadas y todas la miraron con insistencia mientras caminaban hasta el salón, siendo vistas por un grupo en particular.

- Asique la ratita hizo amigas...

- No le doy mucho tiempo. Tarde o temprano se darán cuenta del asco de persona que es.

- ¿Cuando carajo vamos a poder divertirnos? -Jay hizo una rabieta y todos rodaron los ojos.

- Lo pudimos haber hecho pero Irene lo arruinó cuando el profesor M. la rechazó.. -Chanyeol miró sus uñas desinteresadamente.

- ¡No me rechazó!

- Por favor, todos lo escuchamos detrás de la puerta.

- ¡Callense!

La pelinegra salió del grupo y enojada, comenzó a dar zancadas, lejos de sus amigos. Idiotas. Min no la había rechazado, solo estaba comportándose "moralmente correcto".

Estúpido. Él se lo perdía. No por ser malditamente caliente ella iba a intentarlo de nuevo. El tren sale una sola vez y si no puedes tomarlo, jódete.

Llegó hasta el pasillo donde se encontraban las puertas de su aula y observo a Jennie entrar con sus amigas al salón. Ella fue la ultima.

De repente, cómo si le hubiera caído un balde encima, pudo notar algo.

Unos ojos negros la miraban detenidamente, mas que ella. La miraban y sus ojos estaban tan compenetrados en ella, tan anhelantes, tan... enamorados.

¿Cómo no se había dado cuenta antes? Una sonrisa macabra se formó en sus labios cuando la vio ingresar al salón. Aquella vista masculina aun no se apartaba de ella... estaba pegado, hipnotizado. Tan asquerosamente enamorado.

Y ella era tan asquerosamente cínica.

📚

- ¿Que carajos?

- Cierra la boca, no te hagas el idiota conmigo.

- Estas completamente equivocada si crees que puedes hablarme de esa forma y encerrarme aquí. Estas loca.

- No mas que tú.

- ¿Qué? -su gesto sorprendido hizo sonreír a Irene. Perra.

- No puedes negarlo, no soy estúpida, te he visto.

- ¿Me viste? -rió. - ¿Me viste haciendo que? ¿Que rayos pasa contigo?

- No, ¿que rayos te pasa a ti? ¿Enamorarte de Kim Jennie? Por favor, creí que podías hacer algo mejor que eso.