Una huida peligrosa

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-ha nacido, ha nacido...-

Con aquellas palabras me desperté a media noche, al principio no comprendía lo que gritaban las doncellas por los interminables pasillos del castillo, hasta que una de ellas entró gritando en mi cuarto.

-ha nacido, el bebé ya nació, es un milagro- decía entusiasmada

-¿Quien ha nacido?¿porque tan poca indiscreción?- dije enfada por la forma en la que había entrado con sus penetrantes chillidos

-el hijo de nuestra majestad, princesa, y es un varón,¡que emoción!- Dijo con un tono de alegría

Al escuchar aquellas palabras instintivamente me levante de la cama en busca de mi hermano. Tenía que irse o sería el fin de su existencia. Empuje a la indiscreta doncella de la puerta y salí corriendo hacia los pasillos que conducían a la habitación de mi hermano. Cuando estaba frente a la puerta, sin pensármelo dos veces entré, pero en aquella habitación no había nadie, me temía lo peor, temía que Miraz hubiera sido más rápido y se hubiera llevado a mi hermano a cualquier recoveco del castillo para matarlo. Me encamine de nuevo por donde había venido y cuando giré por la esquina de aquel pasillo me choqué contra alguien.

-¡Caspian!- grite de inmediato al verle frente a mi

-no grites, nos descubrirán y nos matarán- dijo preocupado

Detrás de el, se encontraba la mano derecha de nuestro padre, Lord Sopespian, el cual tenía la misma cara de preocupado que nosotros.

-hemos de salir de aquí, Príncipe, si Miraz le encuentra antes de que pueda escapar, le matará- dijo apresuradamente

-tiene razón, tienes que salir de aquí lo más rápido posible- dije empujándolo por el pasillo detrás del Lord

-¿Y que pasa contigo? Si te encuentra te encerrará hasta sonsacarte donde estoy- dijo girándose y agarrándome por los brazos

-yo estaré bien, sabe que no me puede matar, escúchame, se que este no es momento para esto, pero se que tanto Miraz, como nuestros padres, como tu, sabéis la verdadera razón por la que nuestros padres se fueron a aquellas tierras, tiene que ver conmigo, con algo que hay dentro de mi y que es más poderoso que cualquier Tealmarino, siempre os he escuchado hablar a nuestros padres y a ti de cómo deberías actuar cuando aquel poder surgiera, pues yo sé cómo actuar cuando ocurra y ahora vete- dije apresuradamente

Caspian me observo durante un minuto y después me dio un fuerte abrazo, yo hice lo mismo, me aferré a él los últimos minutos que pasaríamos juntos, quería que ese recuerdo quedara grabado en mis pensamientos por si nunca volvía a pasar.

-ten mucho cuidado hermana, te quiero...-

Esas fueron sus últimas palabras antes de salir corriendo escoltado por Lord Sopespian, en aquel momento me quede sola, sumida por el silencio y la oscuridad de aquel pasillo. En aquel momento me di cuenta que debía de salir de allí, si los soldados de Miraz me encontraban aquí cuando vinieran a por mi hermano, me atraparían para saber donde esta. Salí corriendo por el pasillo de nuevo en dirección hacia mi cuarto, si me encontraban allí no sospecharían tanto de la partida de mi hermano.
En mi camino de vuelta hacia mí cuarto me encontré con la doncella que me había visto salir de mi cuarto, si Miraz preguntaba una por una si me había. Visto salir con mi hermano, ella sería la primera en contarlo. La agarre con tal fuerza que cuando la gire para que quedáramos cara a cara, su espalda golpeó la pared provocando un estruendo que resonó por todo el pasillo.

-tu, si le cuentas a alguien he me has visto salir de mi cuarto, no solo estarás despedida, sino que te matare yo misma y tu familia sufrirá las consecuencias- dije de forma amenazadora

La cara de alegría de la doncella cambio completamente por una de terror, y pronunció las palabras algo tartamuda.

-no..., no se pre-preocupe... majestad, no-no diré nada...-

Solté el brazo de la doncella y me encamine a mi cuarto.
No habría pasado más de una hora desde que el sol comenzó a asomar por la ventana, no había podido dormir desde que había vuelto a mi cuarto, pero algo me hizo brincar de repente de la cama.

-¿Donde está? ¿Donde habéis escondido a Caspian?- dijo Miraz autoritario

-no se de lo que me hablas, lo único que se es que tu mujer por fin tubo a vuestro hijo, felicidades- dije disimulando mi nerviosismo

-no te hagas la lista sobrina, se que tu y esos siervos de tu padre habéis ayudado a escapar a tu hermano, ¿Crees que no lo encontraré?, ja estas muy equivocada, pues cuando lo encuentre yo mismo le matare-

-pues me alegro mucho por ti, pero creo que estás hablando con la persona equivocada, pues me acabo de enterar que mi hermano no está- dije firmemente

La mirada de Miraz cambió, sabía que no me creía del todo, que seguramente yo sabría algo, pero la firmeza de mis palabras le desconcertaron un poco.

-no te alejes mucho del castillo, eres demasiado importante para el y cuando vea que no intentas escapar, volverá a por ti y será mi oportunidad- dijo con una sonrisa

Con esto Miraz y sus soldados desaparecieron de mi cuarto y me preocupación por las palabras de Miraz regresaron a mi.

La leyenda maldita: Edmund y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora