Historia de brujas

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Narra Edmund
Aquella había sido una mañana de locos, ___(TN) casi nos quema vivos por culpa de las ideas de nuestros hermanos y estos llevaban toda la mañana planeando el ataque. En cierta manera ella tiene razón, no podemos atacar sin saber lo que necesitamos antes, sería como precipitarnos al vacío sin una cuerda que nos sujetara. Después de aquello ____(TN) había despertado sin recordar nada de lo que había pasado y en cierta manera lo prefería ya que no me había sentido bien él como la había hablado y comparado con aquella bruja.

-hola...- escuche una leve voz detrás de mi

Era ella, se había acercado sigilosamente sin siquiera enterarme de que estaba ahí, ahora que la apreciaba bien podía observar que era muy guapa. Cabellos largos y rojizos, ojos azules como el mar y una piel blanca cual nieve, no podía encontrarle mucho parecido con Caspian, el era más bien moreno, con ojos café y piel bronceada, pero si que tenía algo en lo que se parecían.

-hola- dije algo seco

-siento molestarte, necesitaba hablar contigo, pero si estás ocupado vuelvo en otro momento- dijo algo tímida

Parecía algo cortada como si tuviera miedo de hablar conmigo o no le transmitiera confianza.

-no, quédate, esta todo bien ¿que quieras preguntarme?- le dije ahora en un tono más amable

-pues veras... yo no recuerdo nada pero... tu hermana, Lucy me ha dicho que tú dijiste que me parecía a ella... y pues no la conozco muy bien, solo de lo poco que cuentan en los libros, por lo que me dijo que hablara contigo- dijo dubitativa

Mierda, porque Lucy siempre tenía que abrir la boca. Ahora tenía que darle explicaciones de porque mi comportamiento sin conocerla solo porque sus poderes se hubieran descontrolado.

-lo siento mucho... de verdad que no quería comprarte con ella... pero... es que...- me corto

-tranquilo si es por eso no te preocupes, tampoco me voy a enfadar por me llamarás bruja- rió

-ha bueno... igual, lo siento- dije

-tomare como disculpa que me cuentes todo lo que sepas de la bruja esa ¿te parece?- dijo riendo y sentándose a mi lado

-esta bien, te contaré todo lo que quieras- dije con una sonrisa

-puedes ahorrarte lo de que se auto proclamo reina de todo esto y que mantenía esclavos a los narnianos, eso ya lo sé. Necesito que me cuentes que poderes poseía y que fue lo que paso con ella- me dijo

-esta bien, pues la reina, perdón, la bruja blanca poseía el bastón mágico, en cierta manera todos vivían engañados porque pensaban que poseía más poderes que aquellos, pero en realidad no, a pesar de que fuera una de las descendientes de la bruja inicial de estas tierras, la que sí que poseía grandes poderes, ella no era así. Su bastón tenía la capacidad de congelar a todo aquel que tocara y nadie podía librarse de aquel sufrimiento eterno, en el que aun permanecías con vida pero todo tu ser era congelado. Muchos narnianos sufrieron por desgracia la magia de aquel artilugio. Cuando ocurrió la batalla entre el bando de Aslan y el de la bruja, Aslan la mató, pero todo su ser se desvaneció y no se supo más de ella. Obviamente no esta viva, pero sí que su alma se esconde en algún lado. También por ello dije que te parecías a ella, quizás pensé que su alma estaba en ti o más bien en tus poderes y que por ello eras así. Pero me equivocaba- dije mirándola

-osea que en cierta manera sigue viva, no en cuerpo presente, pero si su alma. ¿Crees que esos poderes hayan transcendido a mi y yo sea una de las descendientes de su linaje de brujas?- me pregunto

-no se, todo sería más fácil si estuviera Aslan, él podría explicártelo, pero si quieres mi opinión, si. He leído libros antiguos sobre estas tierras y no todas las brujas que heredaron aquellos poderes fueron malas, aún que sus poderes estuvieran hechos para ello, algunas consiguieron utilizarlos para bien y en cierta manera creo que eso es lo que lucha ahora en ti y los poderes que tienes, saber si serán para el bien o para el mal-le dije

-en cierta manera he heredado sus poderes y toda la magia de esas brujas antiguas pero sin ser de su estirpe por así decirlo ¿no?- me pregunto

-si, ya que ninguno de los antepasados de tu familia tubo de que ver con esas brujas, simplemente creo que aquellos poderes estuvieron vagando hasta que naciste tu y pensaron que sería la mejor elección. No todas las brujas de esa estirpe heredaron los poderes, más bien muy pocas. En cierto modo pienso que eso es por lo que eran malas, querían poseer los poderes que tenían sus antepasadas pero no podían por que no habían sido elegidas. Las que si los heredaron fueron las que decidieron si utilizarlos para el bien o para el mal- termine

-siendo sincera, creo que por el camino que voy los poderes no van a ser muy buenos, creo, que hubiera sido todo más fácil si lo hubiera sabido desde un principio, si mi familia no lo hubiera mantenido en secreto, porque así habría sabido como actuar para evitar que se convirtiera en malo. Pero ahora que me he enterado de golpe y todo lo que nos está ocurriendo, la rabia, el enfado y todo lo que siento se está apoderando ello haciendo que todo vaya a lo malo- dijo con resentimiento

-se que puede sonar raro, nos acabamos de conocer... pero ya permití una vez que aquella bruja malvada entra en nuestras vidas y casi la destrozará y ahora que tengo oportunidad no voy a permitir que pase otra vez, así que voy a ayudarte a que vayas por el buen camino y no te conviertas en lo tanto luchamos en el pasado por destruir- termine de decir

-Gracias, seguro que con tu ayuda todo irá mejor- fue lo último que dijo antes de despedirse con un pequeño beso en la mejilla he irse.

La leyenda maldita: Edmund y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora