La leyenda maldita: Edmund y tú

Un encuentro inesperado

Narra Caspian
Escapar de aquel castillo no fue nada fácil, varios de los soldados de Miraz me persiguieron durante todo el camino, hasta adentrarme en el bosque maldito, o por lo menos eso fue lo que pensé.

-detente Caspian, será mucho mejor para ti si te rindes- me grito uno de los soldados que se encontraba un poco más allá

Continué cabalgando y adentrándome mas y mas en aquel bosque, de pronto un arma apareció delante de mi cara haciéndome caer del caballo. Este continuo cabalgando hacia delante hasta perderlo de vista. Mis ojos empezaron a ver borroso, y me dio la sensación de oír gritos a mi espalda. Sabia que este seria mi fin, los soldados de Miraz me atraparían y me llevarían ante el. De pronto los gritos no solo se convirtieron en una ilusión, si no en una realidad. Veía figuras distorsionadas a mis espaldas que parecían pelear contra algo pequeño, conforme pasaban los minutos iba recobrando la vista y conseguí diferencia la pequeña figura de un hombre y otra de ¿una mofeta? Luchando contra los soldados. En cuestión se segundos todos los soldados habían caído, y los dos seres empezaron a encaminarse hacia mi.

-no os acercáis a mi- dije levantándome de golpe

-vos, también caeréis Telmarino inmundo- dijo la mofeta

Corrí hacia donde se encontraba mi espada y el cuerno, que horas antes de escapar Lord Sopespian me había entregado

-¿Como tienes tu eso ladrón?- me dijo el enano

Se refería al cuerno que tenia en mi mano izquierda, instintivamente lo escondí en mi espalda y alce mi espada en dirección a ambos.

-alguien me lo entrego, me dijo que me ayudaría a resolver el conflicto contra Miraz, solo tenia que hacerlo sonar y todo acabaría- les dije aun con mi espada en alto

-¿Lo has tocado ya? ¿Has hecho sonar ya el cuerno?- me dio enfadado

-si, ¿Porque? Vosotros no tenéis nada que ver en esto, son mis problemas, largaos- dije acercándome amenazador

-el cuerno es nuestro problema, pertenece a nuestro reino- dijo la mofeta

-el... el cuerno perteneció a los Narnianos... espera... ¿Sois Narnianos?- dije sorprendida

-de los pocos que aun quedan en este reino- dijo el enano

-pero... pero se extinguieron hace siglos, los... los Narnianos dejaron de existir- dije con voz temblorosa

-no todos, aun quedamos, pero nos escondemos de todos vosotros, fuisteis los que nos destruisteis, nos matasteis y robasteis nuestro reino- dijo la mofeta

-yo no soy como ellos, ellos... ellos me quieren matar- comencé

-¿Matar?- dijo la mofeta

-mi padre, rey de los Telmarinos, partió hace muchos años en busca de unas tierras mágicas en las que buscar una respuesta para la maldicion de mi hermana, pero nunca regreso, al cumplir la mayoría de edad yo ocuparía su lugar como sucesor al trono, pero nuestro tío Miraz se adueño de el, desde entonces mi hermana y yo vivimos en constante batalla con el y ahora que su esposa le dio un hijo varón, tiene mas motivos para acabar conmigo, por eso he huido- termine

-¿Que maldicion?- pregunto el enano

-no es del todo una maldicion si no mas un poder, al cumplir determinada edad mi hermana poseerá unos poderes que provienen de estos antiguos reinos mágicos, mis padres partieron para buscar respuestas, pero nunca regresaron, nuestro tío Miraz no lo sabe, ni siquiera mi propia hermana lo sabe, pero necesito ayuda para acabar con el y sacar a mi hermana de ahí antes de que la descubra y la mate- dije preocupado

-entonces debemos partir, informar a los demás y pensar algo- dijo la mofeta

-pero es un Telmarino, ¿Y si solo es una mentira para averiguar donde nos escondemos y mandar a su ejercito para finamente acabar con todos?- dijo en enano con un tono enfadado

-lo averiguaremos para entonces, vamos, debemos partir, nuestro campamento no esta lejos- pronuncio por ultimo la mofeta antes de ponerse en dirección al campamento Narniano.