La maldicion aflora

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Narra ____(TN)
Había transcurrido un día desde la huida de mi hermano, los soldados de Miraz iban y venían sin noticias del paradero de mi hermano, lo que por una parte me alegraba y por otra me preocupaba enormemente el no saber de el. Aquel día me había despertado con una sensación rara en mi cuerpo, sentía que algo estaba ocurriendo o iba a ocurrir. Decidí salir a caminar por los jardines de palacio, para ahuyentar esa sensación por si solo se trataba de miedo, aquellos hermosos jardines por los que mi hermano jugábamos tanto cuando éramos pequeños a escondernos y sacando de quicio de las doncellas que corrían desesperadas detrás de nosotras intentando no perdernos por aquellos laberintos de flores silvestres, todo era mucho mas triste, las flores que antes crecían hasta más allá del horizonte, hoy, solo quedaban de ellas unos matojos secos de donde antes estas se encontraban, los bancos que se encontraban por algunos de los pasillos de flores en los que tanto de gustaba sentarme a leer o simplemente apreciar el paisaje, estaban cubiertos de mugre y plantas trepadoras que habían crecido así alrededor hasta casi hacerlos desaparecer. Mi tío Miraz había convertido aquello en un infierno repleto de recuerdos encerrados bajo llave aunque mis esperanzas me hacían pensar que aquello no seria eterno.
De pronto todo lo que se encontraba a mi alrededor parecía distanciarse, los bancos parecían desaparecer tragados por la tierra y las flores marchitas parecían bailar al son de una ¿musica? Que sonaba en la lejanía. Intente agarrarme a algo pero por el contrario la sensación de distancia hizo que me precipitara contra el suelo. Todo parecía girar mas y mas y dirigirse hacia un lugar concreto de aquel espacio negro que se había formado a mi alrededor. De pronto la majestuosa figura de un león apareció delante de mi con total nitidez y forma, ¿que me estaba pasando? Pensé.

-querida, ha llegado la hora- pronuncio el león

¿Que? ¿La hora de que?, no sabia a que se refería y mucho menos quien era aquel que me hablaba.

-¿la... la hora de que? ¿Y tu quien eres? ¿Que quieres de mi?- pronuncie algo tartamuda

-lo que tanto han protegido tus padres de todo el mundo, incluso de tu propio ser, ven levanta, no tengas miedo, estoy aquí para ayudarte querida, vengo de las tierras del norte a las cuales tus padres partieron hace muchos años para encontrar la forma de ayudarte, mi nombre es Aslan- termino el león

Con pulso tembloroso conseguí levantarme del suelo, o por lo menos eso pensaba que era ya que todo lo que se encontraba a mi alrededor era negro como la noche. Vacile a la hora de encaminarme hacia el que se hacia llamar Aslan, pero finalmente decidí acercarme, tenia un montón de preguntas que hacerle y el sabia de las existencia de mis padres y de lo que ellos tanto protegían, así que finalmente me acerque con paso firme a el.

-¿conocías a mis padres?-pregunte

-claro querida, ellos me pidieron ayuda contigo- pronuncio Aslan

-¿siguen con vida? ¿Donde están?- pregunte apresuradamente

-no puedo contestarte a esa información, estamos aquí para ayudarte y hablar de ti- dio caminando hacia uno de los lados

-¿que es lo que escondían de mi? Incluso mi hermano sabe de mi antes que yo misma- dije siguiéndole

-posees algo muy especial pequeña ____(TN), posees el poder de la magia, pero no cualquier magia, si no una muy poderosa, es un don, esta escrito. Un día nacería un pequeño bebe el cual tendría la cualidad de poseer un don el cual seria la salvación de muchos, pero también la perdición de otros. Pero este poder también conlleva consecuencias querida, según la naturaleza de la persona que lo posee puede ser la prosperidad de este reino o su perdición.- sentencio

- yo soy ese bebe ¿verdad?, por eso mis padres siempre lo han ocultado, querían protegerme porque sabrían que si yo sabia de ese poder podría cambiar mi naturaleza y convertirse el la peor pesadilla que cualquiera haya deseado- termine

-exacto, una persona, nace con una naturaleza u otra, nace buena o mala, pero hay cosas en el camino de la vida que hacen cambiar esa naturaleza, tus padres siempre te han protegido de ello, porque tu naturaleza es buena y si sabias de el y de su gran poder podría hacer que tu naturaleza cambiara completamente, a pesar de ser buena. Ahora ya eres lo suficiente madura querida para decidir por ti misma que deseas hacer con el, si deseas utilizarlo para el bien y para prosperar o hundirte en la oscuridad- sentencio

-¿podría acabar con Miraz y devolverle a mi pueblo todo lo que antes poseía?- le pregunte
-a eso me refiero querida, utilizarlo como forma de venganza, en vez de en una manera justa, es lo que te conduce a la maldad- dijo Aslan

-pero, no es venganza, es recuperar lo que a mi hermano y a mi nos pertenece por derecho, no es venganza es justicia- sentencie

-la justicia no siempre se mide acabando con los que están en nuestro camino, si no con los que intentan destruir lo que ya hemos caminado, si le matas para reclamar y ocupar tu el trono, estarás haciendo lo mismo que el hizo en su momento, lo que debes hacer es pensar una forma justa de hacerlo- dijo el león mirándome

-¿pero que forma justa debo de utilizar con alguien tan cruel como lo es nuestro tío, Aslan?- le dije

-eso lo sabrás tu misma, no te preocupes por ello, ahora estoy aquí para enseñarte como debes utilizar tu poder y emplearlo bien- termino caminando hacia el centro de la oscuridad

No se cuando fue que regrese a la realidad, creo que habían pasado horas desde que Aslan comenzó a mostrarme todo lo que era capaz de hacer y como hacerlo. Volví a mirar a mi alrededor y todo volvía a estar como al principio, las flores marchitas, los bancos sucios y silencio sobrecogedor de aquel lugar. Me levante del suelo y me encamine hacia el castillo, era hora de que saliera de allí, encontrara a mi hermano y le ayudara a acabar con todo esto de una forma que no acabara sumida en la oscura maldad.

La leyenda maldita: Edmund y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora