𝐈

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❝Ah, maldita maestra

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Ah, maldita maestra. Como si cuidar de un conejo me fuera a servir en la vida


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Aquel lunes Giyuu se levantó más temprano de lo normal, lo cual en base a su experiencia significa problemas.

Grandes problemas.

Más de una vez fue víctima de su madrugadora conducta atípica. Pasando por asistir a estudiar con pantuflas, a quedarse encerrado en la institución hasta el siguiente día.

Así de mala era la situación.

Con una notable molestia se dispuso a realizar sus actividades para dar inicio a su aburrida semana escolar. Pensando en que es lo que le tenía deparado la vida para ese día. En que karma tendría que pagar.

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Decidido a no agobiarse más de lo que ya estaba, respiró profundamente antes de dar inicio a su última clase del día.
Sabito a su lado le dio una mirada preguntándole lo que tenía, él solo hizo un movimiento con la mano indicando que no era de importancia.

Pero muy en el fondo lo sabía, nada bueno estaba por venir.

Es entonces cuando la maestra dijo aquellas palabras que supo había iniciado su martirio.

"Deben cuidar un conejo"

¿Qué? Había pensado, o tal vez lo había dicho lo suficientemente alto para que su amigo al lado se volteara a verlo.

No podía ser cierto. No podía ni cuidarse así mismo para que lo manden a cuidar a alguien o algo más.

Ah, maldita maestra. Como si cuidar de un conejo me fuera a servir en la vida.

— Es un proyecto que todos en esta institución han llevado y tienen que llevar. Ya deben saberlo, no sé porque se sorprenden.

Es decir, si, había oído los años anteriores que en tal grado el proyecto de "familia" o como sea que se llame, era uno de los proyectos finales a realizar. Pero Giyuu había estado tan enfocado en pasar las materias de ese último año que pensó que aquel proyecto jamás llegaría.

Posando la mirada en varios de sus compañeros notó que estos pensaban igual a él. Las expresiones en sus rostros lo decían todo.

— Como sabrán, el proyecto es en parejas, la nota valdrá el 40% y no, no puede ser individual. —señaló esto último a un alumno que amagaba levantar la mano.

Las quejas no se hicieron esperar.

Incluso llegó a escuchar un "¿Qué acaso cuando tenga hijos voy a parir un conejo o qué?"

Entonces como si la maestra hubiera activado el botón de encendido, el bullicio en el aula se dejó escuchar, indicando que los equipos se comenzaban a formar. Observó a la maestra sacar una hoja del folder amarillo chillón que tenía a un lado, antes de acomodarse los lentes y carraspear en un tono que el pelinegro escuchó algo burlón.

Le daba mala espina.

El aula quedó en completo silencio, esperando que no sucediera lo que sabían estaba por venir.

— Yo formaré las parejas.

Solo esas palabras bastaron para que las quejas inundaran nuevamente el salón de clases.

La maestra para nada sorprendida, comenzó a dar lectura a los nombres que supuso ya tenía emparejados desde el día anterior.

— Urokodaki Sabito y Shinazugawa Sanemi.

Fueron las primeras víctimas del día. Giró a ver a su amigo quien se mostraba neutral ante lo dicho por la maestra. Después de todo Sabito y Sanemi se llevaban bien, no eran los mejores amigos del mundo pero su relación era pasable.
Giyuu ansiaba que en serio le tocara con alguien con quien se llevara bien, alguien como Kanroji o como Kochou, hasta podía ser Tengen. No era exigente.

Pero la vida es cruel, y siempre encuentra la manera de darte la contra.

— Tomioka Giyuu y Rengoku Kyojuro.

La vida es una perra.

No sé cómo me animé con esta idea jajajakasdk

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No sé cómo me animé con esta idea jajajakasdk.

Sé que lo normal es cuidar un huevo e incluso ¿muñecos? pero pues quise poner un conejo porque quiero y porque puedo.

Bye, besitos <3

🐰༘   project: Bunny; 𝑅𝑒𝑛𝐺𝑖𝑦𝑢𝑢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora