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Mi cuerpo se movió por si solo, sin darme cuenta mis brazos estaba aferrados a su cuerpo, sin siquiera responderme. Pero esta sensación, no me desagrada.

- eh, no puedo respirar - dice Emily intentando separarse de mi.
- Lo siento.
- ¿Te sientes bien ?
-¿Porque lo dices?
- Tu no eres de esas personas que suelen pedir una disculpa. Y no es para tanto Pedir disculpas por casi matar a alguien con un abrazo.
-No, es por lo único que pido disculpas.
-Oh, ¿Hay más?
-Pues sentí que me comporte como un idiota contigo.
-Bueno, siempre actúas como un idiota.
- Tal vez más idiota de lo normal.
-¿ Que te hizo "actuar más idiota de lo normal"?
- El hecho de que no quería perderte.- Ahora es ella la que se aferra a mi. Puedo sentir como tiembla por el impacto que causaron esas palabras en ella. Está llorando en mi pecho.
-Yo tampoco te quiero perder. Will... Te... Amo, perdón si te hice creer lo contrario. Yo también soy una idiota al querer separarme de ti por este estúpido sentimiento, tenía miedo de decirlo. No lo tenía claro, creí que sería algo pasajero y que tarde o temprano todo regresaría a la normalidad.... Pero no fue así. Estar enamorada hace que te preocupes por cosas más triviales cómo el olor que desprende el pelo o qué tan suave es tu piel... Pero al preocuparme por esas cosas me hacía feliz, y fue cuando me di cuenta de ello... Me... Enamoré de ti... -¿Se enamoró de mi?. Yo no sé lo que es querer a alguien de esa manera.

Cuando te gusta alguien, te sientes emocionado, pero también hay cosas dolorosas, ¿no?. Yo ya no quiero sentir más dolor. De echo no quiero sentir más nada. Y el querer corresponder los sentimientos de Emily nos haría daño a los dos. Yo no soy esa clase de personas que sale en cientos de citas. Básicamente porque nunca he tenido una. No sé cómo se tiene que actuar en situaciones así. Pero Emily merece una respuesta.

-Tal vez no sea la mejor respuesta, pero... Yo no sé que es lo que siento por ti. El día que te conocí, no espere que llegaras a ser la persona más importante de mi vida. Porque cambiaste todo de ella. Aun así... No sé lo que es el amor y no estoy seguro si es lo que siento por ti. Dame un poco de tiempo para descubrirlo.- Siento como me abraza con más fuerza.
-Esta bien, no te preocupes... Esperaré.
-Bien.-Ella se aparta.
-Bueno, se esta haciendo tarde, supongo que Andrew se estará preocupando.
-Supongo que tienes razón.

Nos dirigimos hacia mi casa. Al llegar Andrew se arrodilló como si de una plegaria o milagro se tratara.

En mi habitación al  cambiarme de ropa Emily entra sin avisar.
– Disculpa quisiera algo que se llama: "privacidad".
– No puedes quejarte... Ya te vi desnudo.
– Pero sin mi consentimiento. Eso no cuenta. – Emily se queda ahí un buen rato.– Y... ¿Quieres seguir hablando del tema?.
–No, no quiero molestarte con ello.
–Bien... De cualquier manera ni quería.
–Sigues siendo el mismo a pesar de todo.
– Una simple declaración no hará que cambie mi personalidad o mi forma de pensar.
–Si, tienes razón.... Perdón.
– No tienes porque disculparte.
– Si...– Ella parece estar algo nerviosa y un pequeño rasgo de tristeza. Sin poder evitar sentirme mal por su actitud acarició su cabeza como si fuera lo más natural.– ¿Que haces?
– No tengo idea.– Aparto mi mano.
– Ey, nunca dije que te detengas.
– Pero yo sí quiero detenerme... Supongo que te debo el favor.... Quédate tu un rato a cenar en mi casa ahora. Seguro que Andrew no tiene ningún inconveniente.
–¿Estás seguro?
–Claro.

Esta es la segunda vez que me siento tan tranquilo. El ambiente de esta cena es así... Tranquila, sin preguntas incómodas, sin interrogatorios, simplemente una conversación alegre, tan alegre que las historias que cuenta Andrew llegan a parecer graciosas... Llego un momento en el que Emily y Andrew se quedaron pasmados, yo incluyéndome, al escuchar mi propia risa; Emily parece eufórica al buscar la lista, y Andrew casi se pone a llorar, lleva años sin escuchar mi risa... Pero como cualquier cosa, todo tiene que acabar.

Ahora estoy llevando a Emily a casa; se nota que está más tranquila que antes; la cena nos ayudó a ambos.
–¿Sabes de que me doy cuenta?- Dice Emily.– Haz estado sonriendo más seguido.
– ¿En serio?
– Si. Y eso es bueno.– Al llegar a su casa sus padres parece que también se divirtieron, ya que al abrir la puerta estaban riendo.
–Oh, vaya, si ya están aquí... ¿Porque tardaron tanto?, ¿Acaso William no le entraba el pantalón y Emily le tuvo que ayudar a vestirse?– Dice Mark.
– Papá, ¿Estas ebrio?.
–Que va, solo fueron dos copas de whisky.
–Dos botellas diría yo.... ¿Y Frank?
–Ya tiene tiempo que se fue.
–Bien... Will, te veo mañana vale... Iremos a desayunar a un restaurante como disculpas por todas las molestias.
–Esta bien. Descansa.

Llegue a mi casa, y Andrew me abrazó muy fuerte.
–Esta noche nunca la voy a olvidar.
– Tal vez... Si me matas de asfixia; sueltame.
–Perdon. Pero tiene muchos años que no escuchaba tu risa... Desde que eras niño antes de...
–Si... Lo sé.
–Bueno... Descansa, te veo en la mañana.
–Adios.
–Un último y ya.– Me volvió a abrazar con tal intensidad que me levanto en el aire.– Ahora si; adiós.– Está vez no tuve ninguna protesta con el abrazo... Se sintió... Bien.

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