Y confirmo tus pensamientos hilarantes de amarte con locura,
de soñarte cada noche y recordarte en mi inconsciencia,
de dormir contigo en mis recuerdos y esperar por tu regreso,
de quererte aun sin quererlo,
sin siquiera proponerlo,
de sentirte en cada paso sin saber en dónde estás,
sin saber si aún me quieres,
sin saber si aún me querrás.
Obstruyendo mi coherencia,
desahogando mis porqués,
recordando sin memoria,
reescribiendo nuestra historia.
Con un beso y un quizás,
una flor que se deshoja sin saber por dónde andar,
que en el tiempo y contra el viento el sentimiento seguirá,
porque es más grande el alma que aquello que los ojos ven,
y entre tú y yo solo existe un corazón a quien amar,
que palpita lentamente a esperar lo que vendrá,
con una lagrima en los labios que se cansa de esperar,
aquel beso eterno de verdad que llene de sangre su cuerpo y lo haga reventar,
con la más grande dulzura y el golpe más letal,
que lo haga rendirse ante tal complicidad.