Quiero ser simplemente una ilusa del amor sin fin. Entregarle todo; quedarme solo con un poco de su aroma y esperar tras un invierno. Recordarle en su partida y esperar sin despedida. Simplemente soñar con ese día en el que las flores se abran por completo, y la niebla deje de ser gris. Quiero seguir encontrando una sonrisa y un te quiero, quiero seguir buscando más que un quizás. Encontrar el inicio de sus sueños y el final de sus recuerdos, ser el aire que susurra al despertar y el calor de un día de lluvia, seguir sintiendo cada paso y cada caricia, como cuando era la primera vez, como comienza un atardecer y se funde con la noche, así como cae la lluvia, tan liviana y tan serena, así como empapa su voz y su pasión, así como se baila un día de fiesta, en el disfrute de sus ojos y el calor de su cantor. Reencontrarle como se reencuentra una ilusión, abrazarle una y mil veces sin decoro ni mesura, devolverle cada día tan infinito de su risa, convocarle cada noche ante la luna y conocerle de nuevo una vez más. Entregarle sin medida el corazón, perder entre sus deseos mi razón y encontrar en sus anhelos mi esperanza.