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NARRA HOSEOK
Con un rostro que se parecía al de su hijo atemporal, eterno y lleno de fortaleza la hermosa mujer sonrió con dignidad.
Su mirada era plena, su saludo, una bienvenida a casa.
Silenciosamente, extendí mis manos hacía ella.
Ah lo lejos, bastante lejos, logré escuchar unos pasos, prontamente se comenzaban a escuchar cada vez más y más cerca, seguramente ese hombre vendría una vez más a revisar mi estado, no me gusta este lugar, no me gusta para nada.
Prontamente escuché el detener de sus pasos y una ventanilla ser abierta, es la ventanilla de mi habitación; logré reconocer el peculiar sonido de una plumilla escribir, quien sabe que dirá, y tampoco es que me importe mucho, una mentira más una mentira menos, no creo salir nunca de aquí ¿Oh sí?
Sus pasos comenzaron a producir sonido ㅡaquel hombre se alejabaㅡ me levanté, quedando sentado y viendo con desinterés hacía la puerta, el había olvidado cerrar la ventanilla.
El movimiento y el tic tac del reloj que yace en la parte superior del blanco lugar, me estaba avisando que ya casi eran la 1:00, bien, significa que debo tomar mi medicamento para el insomnio, no he dormido nada...
1:00
Montones de pastillas eran esparcidas y liberadas por dos puertecillas a los costados de mi, eran un sin fin y todo para lograr que yo duerma.
Hum, patético.
Tomé solamente una, en un intento ㅡtotalmente inútilㅡ la tragué sin la ayuda de agua, se escuchó el singular sonido de ser ingerida por mi y... ya había comenzado...
El efecto dio un resultado para nada esperado
Lo vi, lo vi, era él, sin duda alguna era él... Mi significado y mi destino...
Se encontraba en la habitación completamente manchada de pintura, sus alas se quería dar a conocer
Él yo interior
Toqué las paredes, veía a todos los rincones de la habitación ¿¡Qué estaba pasando!? Las pastillas las tomé con mis manos, se pegaron a mi, la pintura estaba pegajosa y ademas tenía colores fluorescentes y me dolía mi vista.
¡Me siento desesperado!
Ansiedad por el insomnio
Sus alas aparecieron en lapso de tiempo muy corto, él las notó y quiso arrancarlas de su ser...
HEY MAMA
La recordé, ella, mi madre, le recordé, su abandono, su hipocresía hacía mi.
¿Porqué me dejaste mamá?
Una tonada muy fastidioso sonaba, se enfurecía por aquello, se sentía desesperado, le faltaba el aire, le faltaba ella...
Quería salir de aquí, me sentía sofocado, me sentía muy mal, no sé por que pasa esto.
¡Quiero vivir!
¿Oh quiero morir?
Entre tanto gritos, golpes y demás el chico había parado repentinamente, como si nada hubiese pasado.
Entonces llegó el mareo y después el desmayo.
La música terminó.
Algo me molestaba en los ojos, era una luz, pero se me hacía completamente extraño ¿De donde provenía aquella luz, responsable de que yo despertara? Abrí mis ojos, me levanté y lentamente caminé hacía la puerta, logré distinguir silbidos de los pajaritos y agua cayendo de una cascada ¿Qué hay afuera? Fije mi vista fuera de donde me encontraba, al estar frente la puerta y con mi vista a través de la ventanilla, alcancé a ver una imagen de un bosque de pinos, eran color azul y lo demás blanco.
Abrí la puerta, mis dudas fueron aclaradas al estar fuera, se trataba de una pintura, pero algo que no entendía, era ¿De donde provenía el sonido de los pajaritos y el agua? Frente a frente a la pintura y suspiré.
El cielo es azul y el sol brilla
Recordé que tenía algo en mi bolsa del ropaje azul que vestía en ese momento, saqué de este un chocolate, este, cuando me encontraba triste o desesperado mi madre siempre me lo daba como mi tranquilizante. Mientras comía de aquella golosina, miraba fijamente la pintura, sonreí ante mis recuerdos de mi madre amorosa. Miré a mi izquierda y caminé rumbo esa dirección.
Mientras el se alejaba, la pintura se transformaba, ella, yacía en el cuadro con aquel chico, al que se le había considerado un "marcado".
EVA
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