김 석 진 (VII)

58 7 3
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

NARRA SEOKJIN

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

NARRA SEOKJIN



Decidí salir de casa, después de haberme ahogado en lágrimas una y otra vez, los recuerdos inundaban mí mente y todo se iba al vacío. A pesar de los días fatales que tuve, mis ropas se encontraban en buen estado, y me la pasaba en la cama o en la bañera, recordando a los menores en mí memoria, ojalá y estén descansando en paz.
Cada paso que daba, mí corazón lo sentía como una daga clavándose lentamente sobre el, un extraño presentimiento recorría mí ser, algo terrorífico presenciaría, solo que no sé de que se trata.
Él sol estaba en su punto, pero a estas alturas era lo que menos importaba, quería despejar mi mente, aunque por un lado sabía que sería prácticamente imposible. Me dirigía a un lugar desconocido en cuerpo y conocido espiritualmente, no me llamen loco, solo sé que sera así.
Me encontraba dando pasos perezosos en un largo puente, los autos iban de un lado a otro sin parar, desesperados por llegar a un destino y continuar con sus vidas, ¿Cómo continuar mí vida si me he quedado solo? No hay manera de volver ¿Oh sí? Quizás la hay...

Un sonido de una lata caer, me despertó de mí pequeño trance, me giré levemente y efectivamente, una lata medio vacía, golpeada color verde, yace en el suelo junto a un pequeño charco de su líquido antes contenido. Instantáneamente un sonriente TaeHyung llegó a mi mente, sonreí ante mi mente desquiciada y masoquista, no es posible que después de todo lo siga recordando, ese chiquillo, en verdad lo extraño.

Si tan solo... si tan solo... si tan solo pudiera regresar el tiempo... harías las cosas de la mejor manera.

Mí vista quedó fijamente atenta a la multitud frente a mí
¿Qué habrá pasado?

—¡Que alguien llame a una ambulancia!— gritaba una señora.

—¿Quién será?— decía una chica colegial.

—Quien sabe... ¿Qué le habrá pasado?— le respondió su acompañante.

—Pobre chico... tan joven...— dijo un anciano.

—Lo que hacen los jóvenes de hoy en día para escapar de sus penas— opinó un hombre, a la vista empresarial.

—Ah un lado, dejémoslo respirar— habló una madre con sus dos pequeños.

—Ni siquiera sabemos si está vivo— respondió una chica.

—¡Que alguien llame una ambulancia por el amor de Dios!— replicó otra mujer desesperada.

—Señora tranquila, ya viene una en camino— el anterior hombre empresarial le habló.

Yo sentí una punzada horrenda... esa persona que está sufriendo ahí... es...

Corrí hasta estar entre la gente, desesperada mente pedía permiso para pasar y que me dejasen ver al individuo moribundo. Una señora amablemente me dejó pasar pero su rostro no mostraba nada bueno, angustia alcanzaba a ver, sus labios temblaban queriendo pronunciar algo, pero parecía que algo le detenía, la miré y ella señaló con mucho miedo la escena.

Él, era el, lo sabía, él estaba ahí.

—Ho...HoSeok...— dije mientras mi rostro empalidecía al instante de verlo ahí tirado.

Quise tocarlo pero una mano me detuvo, era un pequeño, me pareció haberlo visto antes, pero no en persona.

He muerto, acéptalo Hyung...— me dijo el pequeño, volví a ver a HoSeok, él estaba ahí sin vida.

Me giré para ver al niño y el ya no estaba, lo busqué y no lo hallaba, solo me quedé con una flor en la mano, una linda flor blanca.

Se aproximaba, yo no quería ser nuevamente un testigo más, no de nuevo, perdóname HoSeok, pero en verdad siempre quise estar a tú lado...

...

Unos pétalos en mis manos, una mente retorcida pidiendo que le den la felicidad a cambio de nada, un corazón con miles de flechas atravesadas, una habitación a medio iluminar, unos ojos perdidos, una cama tras de mí, el sonido del silencio, una canción en mí cabeza, la melodía que YoonGi le solía tocar en el órgano, a JungKook. La escena me hacía sentir enjaulado, prisionero de las mentiras, esclavo de mí destino, mis sentimientos una porquería, viendo desde aquí como las alas de él van cayendo poco a poco, viendo como él se toma el frasco de medicamentos, viendo como él se ahoga, viendo como él incendia la gasolinera, viendo como él es atropellado por mí culpa... y...

No...

No

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
LOVE YOURSELF 承 HerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora