석 진 (V)

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NARRA SEOKJIN

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NARRA SEOKJIN



¿Ahora qué?
Quedé un más solo, mí sádico crimen me ha llevado al nivel uno de mí agonía, probablemente esto cada vez se acerca a su fin... no quiero... en verdad me esfuerzo...

Me encontraba bajo la intensa lluvia, pero aún así estuviera presenciando él peor catástrofe mundial, aún sí estuviera cruzando la humanidad la guerra biológica, aún así, pasara lo que pasara, nada impediría que mis tímpanos reconocieran el singular llorar de las cigarras. Mí vista estaba en algún punto del cielo grisáceo, gotas corrían desde mí coronilla, rondando hasta mí nariz, para deslizarse con suave sutileza llena de la melancolía eterna, hasta tocar mis prendas blancas e impregnarse dejando mí vestidura completamente húmeda; no calzaba algo en particular, así que por esa razón mis pies sentían de entero la fría agua; unos pantaloneros azules bastantes holgados y caídos; cabello notablemente desaliñado, mojado y maltratado; unas enormes, horrorosas y feas ojeras habían salido, ya que mí rutina de dormir, se había convertido en horarios llenos de lágrimas y culpabilidad.

-Hoy se puede apreciar con más intensidad el llorar de las cigarras... cada vez se acerca más- murmuré mirando al cielo.

Algunas veces, las personas tienden a guardar en memoria eterna momentos con descripción luminosa, sencilla y armónica, mientras que los recuerdos sombríos, fúnebres y nostálgicos, son evadidos con insistencia.
Mí vida en específico, se ha visto remontada desde sus inicios veraniegos, una historia relatada con base de melancolía pura, un estilo de vida poco común y para nada deseada, y yo no soy la excepción de tal testimonio, otra cosa es que mí destino sea vivir lo...

-¡Hey! ¿Qué estás haciendo ahí?- alcancé a percibir una voz conocida para mis tímpanos.

Giré cuidadosamente mí cabeza hacía mí lado izquierdo, pero la nube de vapor frío no me dejaba ver absolutamente nada, con suerte y veía una silueta masculina en la puerta de la terraza, donde la lluvia no podía tocar a quien se encontrase allí. Inocentemente, haciéndome el desentendido, llevé mí mano tranquilamente a mí oreja, dándole a entender que no le había escuchado claramente.

LOVE YOURSELF 承 HerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora