Cap 4: Gora.

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 Abdier se adentro en la mansión y busco con la mirada a algunos de sus familiares, por suerte para él, no había nadie en esos momentos. Con pasos rápidos se dirigió hacia su pequeña habitación. Busco la llave dorada en su cuello y luego se adentro en el cuarto una vez que la puerta allá estado abierta, busco con la mirada una mochila vieja que tenia él, antes era de su primo Jairo, nunca supo como usarla por lo que se la dio a él una vez que se aburrió de ella, él la tomo y le hizo un hechizo que hacia que la mochila no tuviera fondo y que pesara menos que una pluma; nadie nunca se dio cuenta de que es ahí donde él guardaba sus preciados libros. Se dirigió al cofre con zancadas largas y saco de él una vieja y mugrosa mochila negra.

- Bueno, ¿Que se supone que debo guardar? - murmuro viendo fijamente el morral, miro a su alrededor y guardo un poco de ropa en ella - libros... - murmuro dirigiéndose hacia la habitación en donde encontró los tres libros el día anterior con la liviana mochila en su espalda. Dando largas zancadas llego a la habitación ¨prohibida¨, abrió la puerta y se adentro con mucha rapidez, no quería tentar su suerte esta vez.

 Abdier se dirigió hacia el viejo cofre y se sentó a su lado, abrió la tapa y saco uno por uno los libros que habían a su interior. Todo ellos eran importantes y sabia que aprendería un montón de ellos, es por eso que no dejo a ninguno de ellos atrás. Cuando termino de guardar todos los libros, se dirigió hacia la cocina y tomo toda la comida que se puede comer en estado frío, un par de botellas de agua y un poco de pan. Cuando termino de guardar todo lo necesario, corrió por la mansión hasta llegar a la puerta tracería y dirigirse hacia la caseta.

 Kairos dormía plácidamente en su forma de lobo cuando se despertó sobresaltado por un fuerte portazo que le hizo saltar de su lugar, Abdier había entrado como alma que lleva el diablo a la pequeña caseta y por poco no se tropezaba con el pobre lobo de ojos rosas.

- Lo siento, pero tenemos que apurarnos, mis tíos y primos no tardan en llegar - le dijo agachándose a su lado, miro a su alrededor y se detuvo al ver el libro de magia curativa; gateo hasta llegar al objeto y luego lo tomo y lo metió en la mochila.

- ¿Dejaras algún mensaje a tu familia? - le pregunto una vez que tomo su forma humana, Abdier se giro y le observo unos largos segundos.

- Si... - murmuro levantando su mano derecha y señalando con los dedos del medio y indice la pared, Kairos le observo con intriga - ¨Ex Scriptura Coelesti¨ - murmuro el hechizo mientras comenzaba a escribir en el aire sin hoja y sin pluma, solo con la ayuda de sus dedos y su magia.

¨Adiós, familia Wagon¨ fue lo que el niño escribió en la pared con una letra muy prolija, elegante y de un color dorado muy vistoso. Al Hombre Lobo casi se le cae la mandíbula de la impresión, eso también era magia avanzada, a él le costo dos meses de su vida el poder hacerla correctamente.

- ¿Donde aprendiste a hacer eso? - le pregunto levantando una ceja.

- Lo leí en un libro - le dijo ayudando le a pararse. El mayor tomo la mochila del niño y se la puso en su hombro, se sorprendió al no sentir peso en ella - es un hechizo - le respondió la pregunta que no fue dicha. Ambos guardaron todo y luego salieron de la casucha y se dirigieron con pasos largos y silenciosos hacia el bosque - ¿Adonde vamos? - le pregunto después de un rato en silencio, faltaba poco para que anochezca.

- Tenemos que buscar información - le dijo mirando al frente, concentrado en los sonidos y movimientos del bosque - ¿Tu conoces algún lugar donde se pueda retener y ocultar a varias personas sin levantar sospechas? - le pregunto mirándole de reojo.

- El Lago Sangriento - le dijo al recordar algo que había leído en un libro hace muchos meses atrás; Abdier ignoro el estremecimiento de Kairos al escuchar el nombre de ese lugar - es un lugar que ni los mas valientes pisarían ni por error - le dijo viendo atentamente el suelo - nadie se atreve a entrar y el lugar esta repleto de sombras, es perfecto para encerrar a criaturas mágicas y humanos.

La luz del León (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora