Cap 18: Regalos para reyes apocalípticos.

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- ¿Que es lo que planearon darles a Peste y Hambruna? - les pregunto Eliot cruzándose de brazos y mirando a su hermano menor con el ceño fruncido.

- ¡Esto! - dijo alegremente Fermin chasqueando los dedos, haciendo aparecer una pequeña caja de madera negra con una hermosa rosa escarlata pintada en la tapa, esta tenia un poderoso cerrojo dorado que protegía lo que guardaba en su interior celosamente. Los demás observaron esa pequeña caja con confusión y curiosidad, preguntándose que era lo que se ocultaba en esa pequeña caja - Es un corazón de un Dragón enfermo, bañado con la sangre de personas que murieron por la peste roja.

- ¿Un dragón enfermo? - pregunto Charbel mirando con mucha más curiosidad aquella pequeña cajita de madera - los dragones no se enferman, eso es imposible.

- Eso es lo que tú crees - dijo algo ofendido, poniendo aquella caja sobre el colchón de fría nieve que cubría el suelo, justo a los pies de Abdier, quien pareció muy incomodo por aquella muestra de respeto - me costo, pero lo obtuve hace un par de años.

- ¿Por que lo tienes? - le pregunto preocupado su gemelo mayor, alejándose un par de pasos de aquella inofensiva cajita de madera.

- Simplemente me gustan las cosas extrañas - dijo con simpleza mientras se encogía de hombros quitando le importancia, haciendo rabiar a Eliot por lo despreocupado que habeses era.

- ¿Y tú? - le pregunto Charbel a Ryden, este solo metió su mano izquierda en el interior de su abrigo y saco un paquete envuelto por un viejo papel, que era sujetado por un hilo negro muy sucio y enmarañado. Con cuidado, dejo aquel paquete al lado de la caja negra de Fermin, justo a los pies de Abdier.

- ¿Que es eso? - le pregunto Kairos observando aquel extraño paquete con curiosidad.

- No querrás saberlo~ - decía cantarin, sonriendo con su eterna sonrisa.

 Después de eso, Abdier chasqueo los dedos e hizo desaparecer los paquetes, ignorando las miradas fijas de los adolescentes, quienes observaban todo lo que el pelinegro hacia, ya que el niño no solía usar mucho la magia delante de ellos. Cuando estuvo todo en su lugar, el chico de ojos pardos suspiro, odiaba ser el centro de atención como lo era en ese momento.

- Bueno, ya vamos a dormir - decía mientras se giraba algo cansado, fingiendo un bostezo esperando que los demás se lo creyeran; solo quería que le dejaran de ver, se sentía mal, como un animal en un zoologico - ya es muy tarde.

- Si, él tiene razón - dijo Charbel siguiendo al pelinegro como los demás, que arrastraban los pies y bostezaban de vez en cuanto; el único que no lo hacia era Ryden, quien estaba más fresco que una lechuga.

 Todos los demás comenzaron a caminar hacia la mansión con pasos lentos pero seguros, siendo Abdier quien iban a delante y todos los demás le seguían con expresiones cansadas. La nieve dificultaba el caminar al pequeño, cosa que le causaba gracias a los demás, que veían divertidos como el chico se las arreglaba para poder caminar sin tropezarse. Siguiendo las huellas de sus pasos, lograron salir del bosque y ahora se encontraban en frente de la enorme mansión Lupin. Kairos se adelanto y abrió la puerta, dejando pasar a los demás antes de adentrarse al cálido lugar.

- Vengan, les mostrare sus habitaciones - decía dirigiéndose hacia las escaleras con pasos rápidos y la barbilla en alto - tendremos que dormir en pareja.

- Bien - decía desinteresado Ryden, a él le daba igual, pero no creía que alguno de los adolescente quiera compartir una habitación con él, y no los culpaba la verdad.

- Cachorro, ¿Con quien vas a dormir? - le pregunto Fermin esperanzado, no quería dormir con el pesado de su gemelo; y aun que eran Vampiros, ambos preferían dormir de noche y de días cazar, siendo ambos vampiros pura sangre podían caminar bajo la luz del sol sin ningún problema.

- No se - decía encogiéndose de hombros, quitando le importancia al asunto.

- ¿Qué te parece compartir habitación conmigo? - le pregunto Ryden mirándole con su eterna sonrisa.

- Me parece bien - decía Abdier devolviendo le la sonrisa, cosa que hizo que la sonrisa del rubio se ensanchara, enfureciendo a los cuatro adolescentes que iban un poco más adelante que ellos.

- "Infeliz" - pensaron los cuatro adolescente escudriñando con la mirada al rubio, quien les ignoro olímpicamente, casi como si no hubiera nadie más que él y Abdier en el pasillo.

- Parece que no me queda de otra que dormir contigo - dijo con pesar el gemelo mayor mirando a su hermano con desgano, cosa que pareció ofender a Fermin.

- Bueno, yo are mi buena acción del año y compartiré habitación contigo, mi querido hermano mayor - dijo el vampiro de anteojos de forma teatral, molestando a propósito a su hermano mayor, quien bufo frustrado y decidió por lo bueno ignorar a su pesado gemelo.

- Charbel - llamo Kairos mirando al peliblanco de ojos violetas, este le devolvió la mirada con aburrimiento.

- Parece que compartiremos habitación - decía tranquilamente, siguiendo al lobo de ojos rosas dando largas zancadas.

 Kairos los guió hacia un largo pasillo con seis puertas del lado izquierdo y siete del lado derecho, cada habitación poseía dos camas individuales de una plaza con tres pesadas manta cada una, con sabanas de ceda y almohadones de plumas. Cada habitación contaba con baño propio y también con roperos de madera de cerezo.

 La primera habitación era la de los gemelos, un cuarto cómodo y con dos camas con sabanas de ceda roja, las paredes de color crema y el suelo blanco; la cama de Fermin tenia unas tres mantas echas con hilo plateado, y la de Eliot poseía tres gruesas mantas de color rojo granate y en la ventana había una gruesa cortina negra que impedía que la luz entrara; ambos hermanos son Vampiros así que no la necesitan.

 La segunda habitación era la de Abdier y Ryden, los dos compartirían un cuarto con las paredes de color amarillo pálido, con un gran ventanal que dejaba ver el bosque nevado y con un hermoso ropero de madera de cerezo negro en el que podían ponerse varias muda de ropa; en la cama del chico había sabanas de ceda blanca y mantas verdes con bordados de color marrón, a los pies de la cama había un cofre y al costado de esta había una mesita de noche en donde descansaba una lampara mágica con forma de flor de loto; la cama de Ryden era la que tenia sabanas doradas y mantas grises, con dos almohadones y con un baúl a los pie de la cama. Y la tercera era la del Morte y el Lupin, una elegante habitación con las paredes pintadas con colores pasteles, con un armario echo con madera de algarrobo verde y con cortinas blancas que cubrían la ventana, en el techo colgaba una hermosa lampara araña; la cama del Licantropo tenia las sabanas rosas y las mantas eran de lana marrón, a un costado había una mesita de luz que separaba su cama de la de Charbel; la cama del Morte tenia las sabanas violetas y sus mantas eran de suave lana blanca.

 Cuando ya todos estuvieron en sus cuartos, simplemente apagaron la luz y se fueron a dormir, estaban muy cansados como para hablar en esos momentos. Chabel apenas se ducho, solo se metió entre las sabanas y mantas de su, por ahora, cama, y al poco tiempo ya estaba dormido, al igual que Eliot y Abdier, pero Kairos solo se fue a dar un baño antes de dirigirse a la cocina a tomar un poco de Agua de Hadas antes de irse a la cama. Fermin se baño pero le costo un poco dormirse, mientras que a Ryden le costo un poco más debido a que no estaba acostumbrado a dormir teniendo a otro ser vivo durmiendo a tan poca distancia de él. 

La luz del León (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora