La luz del León (Yaoi)

Cap 5: En la madrugada.

 Gora asintió mirando también hacia el cielo, la luna llena brillaba con fuerza sobre sus cabezas. Abdier suspiro aliviado al ya no sentir los penetrantes ojos de la deidad sobre él.

Clack

- AHHHHH - grito de dolor el ojirosa al sentir los síntomas de la transformación sobre él.

 Tanto Abdier como Gora dirigieron rápidamente sus miradas al joven Licantropo, quien no dejaba de jadear y soltar gritos ahogados mientras sus huesos se rompían y su piel y carne cambiaban. Sus hermosos ojos rosas cambiaron lentamente a ser unos inhumanos ojos dorados, sus dedos se convirtieron en garras y sus dientes en colmillos; su cabello se volvió un abundante pelaje marrón oscuro que le cubrió todo el cuerpo, sus labios cambiaron hasta convertirse en un largo hocico repleto de dientes; sus orejas se volvieron puntiagudas y su cuerpo mucho mas esbelto de lo que ya era. Su espalda se encorvo y sus gritos se transformaron en guturales gruñidos bestiales.

 Gora se puso en guardia, el pelaje del cuello se erizo y le mostró sus dientes al joven Hombre Lobo; no iba a permitir que un Licantropo dañase a un niño tan lindo como ese que tenia en frente.

 Kairos se acerco con la cabeza gacha a Abdier, no quería dañar le, solo quería acurrucarse a su lado. Dio unos pasos algo tambaleantes antes de recostarse al lado del chico de ojos pardos, estaba cansado por la transformación y el viaje, ademas de que el niño le daba la tranquilidad que tanto buscaba el lobo interno del humano.

 Gora observo todo sobre su elegante pedestal de piedra, al parecer el niño calmaba las ansias de sed sangre que el joven Licantropo tenia en su forma Lupina, cosa muy rara de ver.

- ¿Ves? Te dije que eras muy tierno en tu forma peluda - le dijo Abdier al lobo, quien levanto la cabeza y le dio un gran lengüetazo en la cara al pelinegro antes de volver a acurrucarse; el chico rió suavemente mientras abrazaba al peludo, este soltó un suave gruñido bajo como respuesta. Abdier sonrió de medio lado antes de mirar con seriedad a Gora, quien les observaba desde lo alto de su pedestal - disculpe mi atrevimiento, ¿Pero que quiso decir con ¨mitad mago¨?

- Eso lo descubrirás tu mismo a su tiempo - le respondió con tranquilidad, ese día había sido más interesante de lo que había creído en un principio la deidad; Abdier le miro fijamente, rogándole con la mirada que dijera algo que le orientara en su largo viaje - aquel a quienes tus parientes tanto temían se encuentra encerrado en la mas profunda y oscura de las aguas, él te espera pacientemente y busca vengarse de quienes le encerraron en ese lugar y quitado lo que tanto amaba, es él quien te dará tus respuestas - decía suspirando con cansancio, su voluntad flaqueo al ver esos enormes y brillantes ojos pardos, él sabia del tormentoso pasado del niño, solo necesito de una mirada para poder saber todo sobre el pelinegro.

- Gracias señor Gora - susurro bajando la cabeza a modo de respeto y agradecimiento, Gora sonrió, era oficial, le encantaba ese niño de brillante y pura alma.

- Antes de que te marches te daré mi sello, con el podrás llamarme si corres peligro de muerte y también podrás comunicarte conmigo mientras la luna llena este en el cielo - le dijo mientras sus ojos blancos comenzaban a brillar con una luz muy parecida a la de la luna - Lunaries - susurro, y casi al instante Abdier sintió un leve quemazón en su muñeca, Kairos también lo sintió pero no le dio importancia - ella también es una llave, si las consigues todas, podrás invocar una bestia de luz que le serán útiles en su batalla contra las sombras - le explico sonriendo apenas - por cierto, te recomiendo que vallan a ver a Porfirio y Porter, son los mas cercano.

- Gracias por todo, dios Gora - hizo una profunda reverencia y luego se levanto del suelo, Gora le sonrió antes de mirar al cielo y soltar un ultimo y poderoso aullido que resonó por toda la montaña, y luego de unos segundos regreso a ser una imponente estatua de piedra - vamos Kairos, tenemos que ir con las deidades gemelas.