-Me muero de frio –se quejó Ariel dejándose caer en el suelo.
-¿en serio? –Lynden lo miro
-Si, no entiendo como no lo sientes, me estoy congelando.
-Yo no siento nada.
-Eso es imposible, tienes que sentir algo –suspiró.
-Es cierto, ¿no me crees?
-No del todo.
Lynden lo miró unos segundos, recogió una rama del suelo y sonrió.
-Mira –en pocos segundos, se incrusto la rama a través del brazo, este comenzó a sangrar. Ariel se sorprendió.
-¡¿Qué hiciste?! ¡¿Eres imbécil o que?! –gritó asustado, acercándose a Lynden-, ven, hay que enjuagarte eso –lo agarró del otro brazo. Lynden se comenzó reír fuertemente.
-¡No es gracioso!
-Lo es, tonto, estoy bien –sonrió Lynden, agarró la rama y la retiró de su piel, lentamente, Ariel podía verla salir, manchada de sangre, dejando su piel llena de tierra.
-…ven, enserio, te va a hacer mal
-Mira –Ariel miro la herida, esta comenzaba a cerrarse, cicatrizando-, te dije que estoy bien, no siento dolor, tampoco la temperatura, no siento…
-Eres muy extraño, no acabo de entender lo que eres, das miedo, tu actitud da miedo –murmuró Ariel.
-¿Te doy miedo?
-Si…pero es interesante estar contigo.
-Eso es bueno, supongo.
-Solo, no vuelvas a atravesarte una rama, o cualquier cosa, no en frente mío ¿si? –Ariel lo miró.
-De acuerdo –rió Lynden.
-Entonces cuando nieva ¿tampoco sientes frio?
-No, nunca he sentido frío, ni calor, mucho menos dolor, por lo menos físicamente no –los ojos de Lynden mostraron tristeza-, es injusto, no sentirlo…pero al mismo tiempo si.
-¿Por que no?
-No lo se, pero veces extraño esos sentimientos.
-No te gustaría, créeme, estoy congelándome –sonrió Ariel
-Bueno, me tengo que ir, esta oscureciendo –suspiró, mirando el cielo.
-¿Volverás pronto?
-Lo prometo.
-De acuerdo, te espero.
Ariel sonrió y asintió con la cabeza, se dio media vuelta para irse caminando, cuando volvió a mirar atrás Lynden ya se había ido. Suspiró, continuando con su camino. Ya sabia como salir del bosque, sentía que ya no podía perderse, no importaba en donde este.
Llego a la reja y salió del bosque, camino por las calles de la ciudad, temblaba de frio, pero eso no le importaba. Cuanto mas se acercaba a su casa, recordaba el sueño que tuvo.
Al llegar a casa ya casi había oscurecido, su hermana le abrió la puerta con el seño fruncido. Ariel desvió la mirada. Su hermana suspiró.
-¿Por qué estas mojado?
-No importa.
-Como sea, apúrate, tus amigos te están esperando.
-¿Amigos? –Ariel la miró completamente confundido
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My Magical Forest
Genç KurguAl regresar a aquel lugar, los recuerdos de aquella persona se hicieron mas poderosos, haciendo imposible ignorarlos. Diez años después de aquella tragedia, Ariel se ve obligado a ir a ese pueblo, que mas recuerdos posee y lo atormenta. Sin embargo...