5. Tras las rejas pt 1

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El policía se acercó rapidamente a yoongi y lo tomó de la espalda

— ¡Al suelo! — gritó lanzando al pelinegro de rodillas al piso. Sacó las esposas de su cinturón y las ajustó en sus manos hábilmente.

Se puso de pie con dificultad siendo empujado sin ningún cuidado hacia la entrada.

— ¡Despacio hombre! ¡No soy un animal! — gruñó cuando el fuerte oficial tiró de él con algo más de fuerza de la debida.

Al pasar por la entrada observó con algo de pena, como un destartalado Jimin era arrastrado con facilidad. El muchacho tenía la ropa desarreglada, los ojos rojos por el llanto y a duras penas se podía sostener sobre sus piernas.

El agente que lo tenía por las manos abrió la puerta del automóvil y lo lanzó al interior, cayó de costado soltando un bufido.

Se sentó trabajosamente mirando atentamente por la ventana. Jimin había caído al suelo de nuevo al momento de cruzar la entrada. El policía pateó su flanco tratando de levantarlo pero al ser tan delgado le había dejado sin aire y sin la posibilidad de recuperarse.

La dueña del local lloraba desconsolada sobre el oficial que le había arrojado al auto. Hablaba entrecortadamente gritando y moviendo sus manos. Mientras tanto el de cabello naranja era levantado con rudeza del suelo, como si fuera una muñeca de trapo.

La puerta se abrió y un desfigurado Jimin calló en el asiento. No se movió ni un centímetro, sólo se quedó en aquella incómoda posición con los ojos nublados.

Minutos más tarde entraron los dos oficiales a los asientos delanteros. Se escuchó un suave murmullo de encendido y entonces el auto comenzó a andar. Yoongi pensaba en cómo le explicaría a Jin y Namjoon que estaba tras las rejas de nuevo.

Preguntándose qué inventaría para que su provisional no fuera revocada volteó a ver a Jimin, quién lloraba mirando a la ventana con las manos esposadas sobre su estómago. Se veía tan indefenso y afligido que evocó un sentimiento primitivo en su interior; la necesidad de protegerlo.


🥊

Un grito desgarrador lo despertó. Aturdido levantó la cabeza del incómodo catre de la celda. Volteó hacia la pared donde se encontraba el menor golpeando con furia cada ladrillo. A pesar de la tenue luz consiguió advertir que sus nudillos sangraban.

En el momento en que el pálido chiquillo se giró en su dirección observó toda la agonía que lo atravesaba y como sus mofletes se llenaban de lágrimas y sangre.

No transcurrió más de media hora cuando fueron a buscarle, se levantó con felina pereza contemplando a Jimin hecho un ovillo en una esquina. Aquella imagen le dio tal ternura como fastidio.

Haciendo una mueca salió para encontrarse con el enfurecido rostro de Namjoon y su mirada que decía - Te pateare el culo hasta que no te puedas sentar -

— Hola Namjoon — le saludó cansinamente el oficial Jeon Haneul — Esperaba no verte por aquí en un buen rato.

— Yo también — Afirmó el moreno tratando de ocultar su molestia. Firmó el papel y tomó con fuerza el brazo de Yoongi en advertencia

— ¿No deberías decirle algo al oficial? — su mirada era fría y sería. El regaño sería monumental.

— Este ... — rascó su nuca y miró al suelo — Gracias Señor Jeon por no regresarme al reformatorio.

La expresión del oficial se suavizó. Conocía el historial de Yoongi tan a fondo que él mismo había escrito varias hojas de este. Al principio era realmente duro con el chico pero luego de la exhaustiva investigación que realizó para el caso, su corazón se ablandó.

Trouble  «Yoonmin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora