17. Visitas inesperadas

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Jimin se despertó con los rayos del sol sobre su rostro. Buscó el cálido contacto que lo había acompañado durante toda la noche, pero sólo encontró el espacio tibio de las sábanas.

¿Hyung?

Se levantó levemente soltando un pequeño quejido. Su trasero dolía como el demonio.

Tal vez me rompí algo pensó preocupado.

En el momento en que tomaba una fuerte respiración, para sobrellevar el dolor, el pelinegro atravesó la puerta.

— ¡Espera! ¡Quieto! No te vayas a m-

El menor se rió al ver el angustiado rostro.

— Tranquilo Hyung no es nada.

Aún así, el mayor se acercó a él y le ayudó a sentarse.

— Pedí a la farmacia estas pastillas — ofreció junto a un vaso de agua — son... son muy buenas para todo tipo de dolor.

¿Min Yoongi se está sonrojando?

— Es-está bien — respondió el menor algo cohibido, tomando la tableta de un sólo trago.

— ¿Cómo dormiste? — preguntó genuinamente interesado. — Te escuché quejarte algunas veces...

— Yo descansé muy bien — Aseguró convencido. — Gracias.

Delante de aquella brillante sonrisa Yoongi se preguntaba cómo es que ese hermoso ser era capaz de resplandecer a pesar de las circunstancias.

— Espera aquí — pidió el mayor con cierto deje de emoción.

Rápidamente, la espesa cabellera negra se asomó por la puerta con una bandeja de desayuno. La boca del menor se hizo agua al ver los deliciosos y humeantes huevos acompañados de fruta y jugo.

— Hy-hyung — dijo el menor sonrojándose — Usted no tenía que hacer esto.

— Acepta mi amabilidad. ¡Mocoso desagradecido! — Bromeó dejando la bandeja sobre la mesita del lado.

Se subió a la cama y recostó contra el espaldar.

— Ven aquí — Le llamó atrapando a Jimin entre sus piernas y dejando su espalda en un leve contacto con su pecho. 

Acomodaron con facilidad la bandeja en frente. El mayor prácticamente paladeó a Jimin todo el desayuno, como si fuese un pequeño y frágil bebé.

Al terminar, Yoongi apartó los platos acurrucando al menor contra sí. Aún no había logrado que su cerebro abandonara el tema de la noche anterior, ese pequeño detalle que lo atormentaba.

Suspiró contra el suave cabello y reunió su dignidad para preguntar.

— ¿Tienes resaca?

— Noooo...

— ¿Eso significa que... significa que recuerdas todo lo que pasó ayer?

Sintiendo la vergüenza colarse por sus poros, suspiró.

— Yo... recuerdo la mayoría Hyung. Pero no tiene nada de qué preocuparse. No lo responsabilizaré ni mucho menos confun-

— Shhh. Alto ahí huerfanito — susurró con voz gruesa. —Solo quería confirmar que estabas seguro de que soy un gran imbécil.

Jimin rió.

— ¿Me extrañas? — La pregunta tomó completamente desprevenido a Jimin.

¿Cómo no hacerlo?

— Yo... no lo sé.

— ¿Regresarías conmigo? — cuestionó, con su corazón latiendo frenéticamente. — ¿Me... aceptarías de nuevo?

— ¿Regresar ? ... Algo así como... ¿Ser novios de nuevo? — En vez de responder el mayor se limitó a besar tiernamente su cabeza.

A pesar del dolor, Jimin se volteó, encontrándose con la profunda y sincera mirada de Min. ¿Era posible que después de aquella ruptura donde lastimó su ego, el mayor se atreviera a preguntar?

El pelinaranja levantó sus pequeñas manitos y las paseó con delicadeza sobre el rostro ajeno. En tan sólo dos semanas había olvidado lo que era tener a Min Yoongi. En definitiva lo extrañaba y necesitaba como la fuente de felicidad y amor en su vida.

— ¿Nada de problemas esta vez? — preguntó esperanzado.

— Sólo si implican resolverte — contestó el mayor mordiendo su labio inferior.


🥊

El pelinaranja salía de la casa de Taehyung, con el rostro rojo como un tomate y completamente avergonzado de su situación actual. Había pasado dos días en casa de Yoongi. Comiendo, durmiendo y tomando calientes baños de tina.

Los mimos de su hyung habían sido tan eficaces que en su cuerpo no quedaba nada de tensión y dolor por incidentes previos. El mayor se había encargado de cuidarlo y amarlo de tal forma que se sentía en plenitud de su ser.

Por esa razón decidió visitar a Taehyung y contarle su "experiencia", recibiendo sonoras carcajadas y una que otra broma al respecto. Al fin y al cabo era su mejor amigo, el único pelirojo del mundo al que le confiaría su vida.

Mientras se acercaba a la casa de Yoongi, no pudo evitar escuchar el ronroneo de un motor, encontrando la motocicleta encendida frente a la puerta.

— ¿Nos vamos? — preguntó el pelinaranja emocionado.

— Sólo será un rato — Aseguró el mayor con una sutil sonrisa. — Es una fiesta a la que me han invitado y me gustaría... presentarte como mi pareja.

El corazón de Jimin saltaba fuera de su pecho. ¿Tanta dicha era siquiera posible?

Se subió a la parte trasera, abrazándose a Yoongi con toda la fuerza que su cuerpo le permitió.

Al ser las vacaciones de verano, todos los universitarios que estudiaban fuera regresaban a la ciudad, auspiciando fiestas y encuentros por doquier. O al menos eso fue lo que Jimin concluyó en el momento en que se detenían en frente de una lujosa casa abarrotada de adolescentes hormonales y ebrios.

Yoongi se bajó con una sonrisa satisfecha y el menor empezó a sospechar de que algo no andaba bien y pronto lo descubriría.

Al entrar sintió el penetrante olor a cigarrillo y alcohol colarse por sus fosas nasales.

— Ya regreso — Le aseguró Yoongi en el momento en que Jimin perseguía con la mirada una cabellera conocida. De no ser por que estaba en otra ciudad podría jurar que su atormentado ex-novio se encontraba en el lugar.

Con ojos curiosos decidió observar todo el ambiente a su alrededor. La música estaba al máximo y todos los cuerpos danzaban al unísono. Un escalofrío le recorrió cuando encontró una mirada muy conocida llena de rencor y horror hacia sí.

La blanca cabellera se hizo presente delante de su cuerpo y provocándole un estremecimiento, no había estado alucinando. Su ex-novio estaba justo enfrente mirándolo asesinamente.

— ¿Con que aquí te has escondido bebé? No imaginaba encontrarte en un lugar como estos. ¿Has venido por mi? — cuestionó cínicamente. 

Las emociones de Jimin peleaban en su interior entre pegarle un puño o salir corriendo. Al final la preservación dominó y huyó a toda prisa siendo perseguido por la fuerte carcajada. 


¡Mis amados lectores! Gracias por llegar hasta aquí. No se si quieran un capítulo  cada vez que pueda o que mejor publique varios al tiempo. Si pueden comenten como les agradaría más. Los quiero mucho, rían sin moderación y un fuerte abrazo. 

Trouble  «Yoonmin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora