Trouble «Yoonmin»

21. Fuego cruzado

Las cosas estaban muy tranquilas. Demasiado para su gusto. Min Yoongi revisaba el periódico minuciosamente buscando cualquier indicio que lo guiara hacia la desaparición de varios laboratorios pertenecientes a Wang Guk. Llevaba dos semanas viviendo entre sábanas con la pequeña cosita erótica que tenía como novio y estaba francamente distraído.

La policía no había logrado hacer más que incautar todos los bienes que fueron encontrados en la casa donde estaban retenidos, haciendo su llegada prácticamente en vano. Los nervios se colaban debajo de su piel pues esta vez habían demasiadas cosas en juego. Pronto las vacaciones de verano se darían por terminadas y su Minie volvería a la preciada rutina de estudio que lo hacía el blanco perfecto para un secuestro e incluso un asesinato.

El celular vibró en su bolsillo levemente, sacándole de sus oscuros pensamientos.

— ¿Hyung? — le llamó de inmediato una voz agitada

— ¿Minie?

— Tiene que... tiene que venir pronto — dijo ahogado — yo lo encontré... él está aquí. No podemos dejar que escape...

El mayor apretó el aparato con tanta fuerza que pensó que se rompería.

— ¿Dónde estás? — preguntó entre disgustado y preocupado — ¡Maldita sea! — siseó — Te dije que no fueras a buscarlo.

— Ummhum más bien apúrese hyung porque parece que se van a ir.

El tono de finalizar llamada enfureció de tal forma a Yoongi que estrelló el celular contra el piso, rompiendo la pantalla. Le había repetido a Jimin un montón de veces que lo quería lejos de toda la mierda, que no se interesara por nada de eso, que se alejara, sino, no podría mantenerlo seguro.

Pateando con fuerza el sofá a su espalda recogió el aparato del suelo memorizando la dirección donde el menor se encontraba. Sacudió la cabeza tratando de despejar su iracunda mente dirigiéndose al cobertizo por su preciada motocicleta. Yoongi estaba seguro de una cosa y es que sacrificaría su vida por la única persona a la que había amado. Haciendo rugir el motor emprendió un viaje incierto a lo que sea que le esperaba.

🥊

Jimin mordía su dedo pulgar realmente nervioso. Lo más gracioso de la situación era que su angustia no provenía del frívolo hombre al que estaba espiando sino del furioso novio que venía en camino. Él sabía que Yoongi se negaba a creer que podía cuidarse solo, así que arduamente buscó la forma de demostrárselo. Y, si que la había encontrado.

En una de sus tantas búsquedas se halló así mismo siguiendo a una van negra, estúpidamente similar a la que le había secuestrado semanas atrás. Después de un buen rato se encontró en frente de esta descuidada casa en la mitad de un solitario callejón, que resultó ser el escondite de su mayor enemigo. En el fondo, él también buscaba venganza por todas las cosas que le habían hecho a su hyung, porque él sabía que algo muy dentro del corazón del pelinegro estaba profundamente roto y con su último encuentro había sido cómo destrozar un dique.

A pesar de pasar muchas noches de placer al lado de Yoongi, aún se despertaba sudoroso y rígido con el pánico filtrándose en sus ojos, sintiendo un profundo y desgarrador dolor. Por más amor que el menor tratara de entregarle las heridas simplemente no parecían sanar. Jimin estaba tan sumido en sus pensamientos que no había notado la penetrante y depravada mirada que tenía a sus espaldas.

— ¿Esperas a alguien gatito? — la sola pregunta le caló hasta los huesos. Se volteó lentamente mirando con horror al orangután que tenía detrás. No había posibilidad de que escapara. Fue levantado bruscamente del cuello de su camisa y arrastrado hasta Wang Guk mientras rezaba por continuar con vida.