3. El precio de la libertad

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Jimin lo miró entrecerrando los ojos y con el pánico calando con fuerza en su interior. Se sentó en flor de lotto con la intención de acallar el creciente miedo.

— Ni siquiera sé quien eres — refutó neutral.

— No te hagas el imbécil — siseó el pelinegro arrodillándose a su altura. — ¿Crées que no te reconozco? Eres el idiota que me dejó tirado esta mañana —.

La sorpresa en el rostro del menor lo delató por un mísero segundo, permitiendo que la expresión de Yoongi se convirtiera en aquella malévola sonrisa.

— Veo que el niño — anunció con sarcasmo — si me recuerda. ¿A que sí?

No muy lejos Taehyung observaba todo, sintiéndose inquieto en su lugar. Su cerebro le decía que para mantenerse seguro lo mejor sería no interrumpir, pero como no hacerlo si ese "animal" se veía como el mismo diablo hecho hombre.

De repente su atención fue hacia un estudiante musculoso y grande que se acercaba furioso. Tenía un aire de eclipsar todo a su alrededor. De esas personas que lo tienen todo, lo hacen todo. Algo así de brillante como el oro.

— ¡Min! — gritó cuando estuvo lo suficientemente cerca — ¡Deja al nuevo en paz!

El peli anaranjado retuvo todo el aire de sus pulmones, no le importaba si alguien le defendía. No cuando el chico de adelante le parecía tan malditamente sexy como perverso.

— ¿Y tú qué Jeon? ¿Llamarás a papi para que arregle tus problemas?

El aludido apretó los puños con fuerza haciendo que las venas de sus esculpidos brazos se marquen.

— Si quieres lo puedo llamar — sonrío con ironía — Ustedes se llevan tan bien, que sé cuanto amarías volver a la correccional.

El pelinegro se tensó molesto. Sabía que estaba en libertad condicional. Le había costado todo su culo conseguir los requisitos para dejar el reformatorio. El lugar era tan repugnante que haría lo fuera por jamás regresar.

Vencido, se levantó dándole una última mirada enfadada a peli naranja. Alzó sus manos en símbolo de rendición.

— Cómo diga el Señor Jeon — soltó con molestia contenida y se alejó.

Jimin miró con profundo agradecimiento al desconocido. No sólo se sentía salvado del tal "Min Yoongi" sino, de sí mismo. El hombre le aturdía de tal forma que sólo con verlo algo en el fondo de su ser le dijo que estaría en problemas.

— Gracias — susurró el pelinarjanja con las mejillas rosadas por la vergüenza. — Él es algo... difícil.

— Ni que lo digas — respondió sonriendo el recién llegado. — Soy Jeon Jungkook por cierto.

Taehyung y Jimin quedaron pasmados por su brillante sonrisa. Sintiendo de momento su aura de protección y cuidado. Como si un pequeño niño fuerte y resistente los custodiara.


🥊

Estaba molesto como la mierda. Ese pequeño y mullido chico de cabello naranja debía ser suyo. No permitiría que alguien le pasara por encima tan fácilmente y menos aceptaría el hecho de que le dio un buen puño, que probablemente se convertiría en un moretón. Nadie se metía con Min Yoongi, nadie se burlaba de él y salía invicto.

Pensando en lo inútil que era el insituto para su vida, se dirigió al patio trasero. Hábilmente saltó al otro lado de la reja cayendo con gracia a la calle contigua. Caminó con tranquilidad pensando en los eventos recientes. Había algo en ese peli naranja que le hacía creer que se conocían desde antes.

Tomó el rumbo que siempre escogía cuando se saltaba las clases, su dormitorio. Vivía sólo, en esa gran casa que ostentaba de belleza exterior y de un gran vacío interior. Ya debía haberse graduado hace tiempo. Probablemente era mayor que todos sus compañeros por al menos dos años. Uno, el que pasó en el psiquiátrico y otro, el que pasó en la correccional.

Bufando por el asqueroso pasado llegó a la calle correcta, trotando con emoción hasta la puerta. Puso la llave quitando el seguro. A penas abrió una gruesa voz lo recibió.

— Veo que llegas temprano Min.

Los vellos de su nuca se erizaron en respuesta. Sin necesidad de verle, su cerebro podía elaborar fácilmente la imagen. Ojos grandes y alargados, mentón definido, piel achocolatada. Todo perteneciente al mismo diablo, Wang Guk.

Él fue una de las muchas razones por las que acabó en la correccional. Esa y que logró probar que no estaba loco como su madre afirmaba. En definitiva una maldita mujer.

— ¿Que quieres Wang ? — su tono era cauteloso.

— ¿Así me recibes después de tanto tiempo?. Mocoso ingrato — afirmó molesto. — Gracias a mi es que estás aquí.

Yoongi lo observó tendido en uno de los sofás. Escondió ingeniosamente cualquier emoción que su cuerpo mostrase.

— ¿Esperas que te crea?

— Pues deberías. Tenemos negocios pendientes —. Su expresión se volvió severa.

Una pequeña alarma se encendió en Yoongi, quien se vio interrumpido por la puerta.

— ¡Yoongiiiiii! — Le llamó con emoción. — Llegamos.

El rostro del alto y fuerte moreno que entró después del rubio emocionado, perdió su sonrisa al ver a Wang Guk en el sofá. Miró a Yoongi pidiendo una explicación silenciosa y este lentamente levantó los hombros.

— Veo que me tengo que ir — Afirmó con inocencia fingida Wang.

— No lo dudes — Alegó de inmediato el moreno.

El de piel achocolatada se dirigió a la puerta no sin antes decirle a Yoongi

— No olvides tus cuentas conmigo.

La puerta se cerró y las molestas miradas de los recién llegados se posaron sobre él.

— ¿Sabes que él no ayuda a tu provicional verdad? — preguntó el rubio. 

— Si, Jin. Lo sé, la verdad no tengo ni idea como lle-

— Eso no importa Yoongi. ¿Por que no lo sacaste de inmediato? — cuestionó el moreno.

— Namjoon yo de verdad no...

— Disculpas a otra parte. ¿Eres consciente que tu cuello no es el único que está en juego esta vez? — El pelinegro suspiró con tristeza. Cada mañana desde que había salido de la correccional se recordaba que tenía que hacer las cosas bien, porque de no ser así, Namjoon, su mejor amigo y hermano iría a la cárcel junto a él.

— Vamos a comer — Interrumpió Jin con la intención de aligerar el ambiente.

Los dos le siguieron en silencio. Yoongi pensaba en como conseguir una distracción que lo alejara de una vida que le devolviese a la correccional. Una naranja y esponjosa cabellera apareció en su mente.

En definitiva ahora tendría algo que hacer y es acechar a ese angelical y triste muchacho de cabello anaranjado. 

¡Hola mis amores! ¿Como están? . Espero disfruten mucho estas fiestas junto a las personas que aman y reciban muchísimo amor. Les traigo otro capítulo de mis locas ideas de media noche. Ahahaha creo que así debería llamarse este fic. Los quiero mucho y gracias por leerme. Cualquier duda o error no duden en comentar. ¡Adoro los comentarios! (^u^).  Rían sin moderación y nos leemos luego. 

Trouble  «Yoonmin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora