14. Let it burn

4.6K 610 14
                                    

El dolor punzante en su cabeza lo devolvió a la realidad. Abrió sus parpados sintiendolos pesados, respirando el putrefacto olor a su alrededor. Unos pequeños quejidos a su lado le obligaron a voltearse.

Jimin estaba amarrado a una silla. Sus brazos estaban dolorosamente contorsionados en la parte trasera. Su labio inferior tenía un pequeño corte y sus mejillas el rastro de lágrimas secas.

Con pánico, se movió. Él no podía ser amarrado porque eso... eso liberaría a...

— Alto ahí Min —. Volteó hacía aquella voz siendo consciente del lugar. Era un gran bodega, llena de envases que emanaban el desagradable olor de los químicos.

¿De quién es este laboratorio?  pensó al percatarse de que no estaba amarrado o restringido.

Sintió el frío cañón del revolver en su sien, revolviendo todo el ácido en su interior.

Estos hijos de puta la pagarán.

— ¿Qué quieres? — preguntó en tono frió, entretanto su corazón se agitó por el dolor que escapaba de los rellenos labios de Jimin.

— Las fórmulas — Afirmó el hombre a su lado. — Quiero que las escribas y las prepares aquí.

El pelinegro volteó a verle con frialdad, evitando doblegarse por el dolor de su novio.

— ¿Y quién las necesita? ¿Trabajas para Wang?

— No te hagas el listo Min — Artículo liberando el seguro. — Ese bastardo no puede tenerlo todo.

Yoongi sonrió perverso.  

Pobre imbécil

— Está bien, está bien. Haré lo que digas. — Aseguró levemente divertido al levantarse de la silla con los brazos en alto. — ¿Tienes todo lo que necesito?

El contrario sonrió satisfecho. — Está por aquí.


🥊

Jimin parpadeó tratando de no perder la conciencia. Su cuerpo dolía como los mil demonios. Él había recibido muchas palizas en su vida pero pocas eran comparables con estar atado a una silla.

Sabía que Yoongi solo atraía problemas, mas no se imaginó que fuese de esa forma. Habían sido las seis semanas más maravillosas de su existencia, llenas de amor, comida y buenas calificaciones.

Ahora estaba pagando toda aquella felicidad. El lugar sólo le recordaba al horrible sótano donde Sun Hee lo encerraba cuando se aburría de él o no comía su almuerzo.

¿Podría ser feliz? ¿Alguna vez la vida dejaría de vengarse? Creía con seguridad que su existencia era un error. Buscaba de todas las formas posibles no caer en ello, salir del dolor y vivir una buena vida, pero la mierda se aseguraba de siempre regresar, de recordarle que tal vez, no estaba hecho para este mundo.

Sus oscuros pensamientos se vieron acallados por la fuerte explosión que sucedió a sus espaldas. Trató de voltear la cabeza, fallando en él intentó y cayendo sobre sus brazos.

 Aulló de dolor, sintiendo como el aire le faltaba en los pulmones y el humo se colaba por su nariz.

Con su cabeza sobre el suelo, contempló como el fuego se alzaba con furia cada vez más.

Vaya forma de morir. Pensó antes de perder la conciencia.


🥊

Yoongi miraba a su alrededor buscando la cabeza anaranjada de su novio. Aún no sabía como es que su pequeña bomba molotov había causado todo este desastre. Definitivamente sus secuestradores eran unos imbéciles si creían que dejar nitrato potásico, alcohol, cloro o incluso gasolina resultaría bien para hacer unas cuantas pepas de éxtasis.

Corrió con la mascarilla puesta cuando divisó a Jimin tirado en el suelo, inconsciente y amarrado horriblemente a la silla. Posó sus manos sobre su cuello para comprobar su pulso.

Su corazón se encogió cuando no logró sentirlo con facilidad. Su novio estaba muriendo justo ante sus ojos y entre sus brazos. Con dificultad trató de soltar los amarres, llegando a la fatídica conclusión de que no podría quitarlos a menos que dislocara uno de los hombros del menor.

Se removió la máscara poniéndola sobre el abultado rostro contrario carente de color en las mejillas.

— Mierda — siseó cuando el rancio aire entró en sus pulmones. — Nadie sobreviviría a esto.

Con dificultad por la falta de aire tomo a Jimin con todo y silla levantandole. Apenas lo acomodó, pateó uno de los palos, deshaciendo la endeble estructura de madera y liberando a su pequeño y frágil novio.

Salió corriendo del lugar, observando atentamente como los cimientos se venía abajo. Ubicó a Jimin sobre el suelo, sintiendo el peso de sus acciones. Tendría que llevarlo pronto a casa y desintoxicarlo o podría morir.

Captó a lo lejos un olvidado auto. Tomo al pelinaranja (que se sentía como peso muerto) sobre sus hombros y corrió. Al aproximarse al carro sonrió para sus adentros.

Esto será fácil de encender.

Rompió el vidrio trasero logrando liberar el seguro, recostando a Jimin sobre los asientos mientras lo veía respirar con dificultad.

Subiendo al asiento del conductor dio un largo suspiro. Estaba seguro que esta vez la había cagado. Nada de lo que hiciera lo podría arreglar. Con algo de angustia, deshizo el tablero, hallando los cables de encendido y poniendo el auto en marcha.

Con el fresco aire de la noche, dio paso a sus sentimientos, al dolor, a la ira y el rencor. Lastimosamente algo primaba sobre todas las cosas .

La culpa. Por que si Jimin moría no habría nadie más a quien apuntar. 


Otro capítulo rapidito. Puede que se sienta como relleno pero no lo es ¡Lo juro! Los quiero muchísimo y les envío mucho amor donde sea que estén. Rían sin moderación y nos leeremos en otra ocasión.  

PD: No olviden que amo los comentarios, cualquier duda o sugerencia pueden escribir. 

Trouble  «Yoonmin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora