La razón por la que escribo esto es porque quiero desahogarme y descansar aunque sea por un segundo.
Siempre he odiado las despedidas, por lo regular prefiero evitarlas.
Las únicas despedidas de las que me siento frustrada es en aquellas en las que la vida no me toma en consideración.
Simplemente sucede.
No te da tiempo de decir un último adiós a esa persona que en demasiadas ocasiones te sacó sonrisas.
Lamento no haber estado ahí en tus últimos días.
Lamento que no hayas dicho nada para no hacernos preocupar.
Pero lo que más lamentó es no haberte dicho adiós de una manera correcta.
Realmente odio las llamadas que sólo traen malas noticias.
Odio escuchar en la noche susurros de mis familiares hablando de la situación sin tomarme en cuenta.
¿Que debo hacer para que la vida suelte un poco el nudo que está mi garganta?
¿Porque te fuiste cuando necesitaba tus sabias palabras para salir adelante?
¿Que debo hacer?
Estoy harta.
Deseo que mi último adiós llegue a donde quiera que estas.
Quiero que sepas que las personas que dejas hoy atrás siempre te extrañaremos.
Siempre te recordaré con la sonrisa cómplice que me brindaba cuando hacía travesuras.
Te quiero mucho abu.
Espero y descanses en paz.
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Simplemente un diario
Non-FictionLas cosas pasan sin pedirte permiso, así es la vida y tenemos que adaptarnos.