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--Mateo está va a ser la última vez que hagas esta wea, ¿Me escuchaste?--Yo asentí sin dejar de mirar su labios. 

--Ya, pero no es mi culpa ser tan celoso po--La tomé por la cintura atrayendola hacia mi cuerpo.

--Mateo, suéltame--Me tomo por los hombros y me tiró pa' atrás, todavía sin soltarla. --Ya, para tu wea, Mateo--Me reí, mientras la Alo trataba de no hacerlo.

--¿Es una sonrisa? ¿¡Eso es lo que veo!?--Me reí más fuerte sin dejar de mirar la sonrisa que tenía la Alo--Estás sonriendo conmigo, ¡wea mística!--Grité eufórico, nunca jamás en la historia de la vida, la Alo había sonreído conmigo cerca.

--Ya para tu wea--Habló aún con la sonrisa.

Mi manos la agarraron de la cintura tirando su cuerpo al mío, quedando sus piernas en mi cadera y su poto en mis rodillas. Pasó sus manos por mi cuello acariciando mi nuca, sonreí mirando sus ojos.

--Eres preciosa, Alo--Susurré--Mucho--Me acerqué a su cara sintiendo su aliento caliente.

--No seai patero--Me encogí de hombros mordiéndome el labio mirando los suyos.

--Contigo solamente--Rocé mi nariz con la suya--¿Qué pasa si te beso?--Miré sus ojos de nuevo.

--Te corto la miseria de pene que tienes--Alcé una ceja con incredulidad. ¿Miseria de pene? Já.

--No digas cosas que después te vas a arrepentir--Sin dejarla contestar, tomé su mentón entre mis dedos y junte nuestras bocas.

Estoy más feliz que una lombriz. Este día no lo cambiaría por nada, por la Alondra haría todo, definitivamente me enamoré de ella, de su terquedad y su enojo 24/7, me importa tres cocos que este pololeando o que no quiera nada conmigo, la Alo es mía y en estos momentos me lo está demostrando. 

Su boca se movió contra la mía con desespero, como si hubiese estado esperando esto, sin aguantar mis ganas la agarré del poto pegándola más a mi, empezamos a mover al mismo tiempo las caderas, rozándonos. En estos momentos me vale pico mi labio roto. La Alondra soltó un jadeo y yo sin poder evitarlo sonreí contra sus labios, la había hecho gemir.

La Alo separó nuestros labios, sin dejar de mover las caderas. Llevó su cabeza hacía atrás dejándome a libre albedrío su cuello, sin perder tiempo, empecé a hacerle un chupetón. 

--No--Susurró--No lo hagai M-Mateo--Seguí haciéndolo, la estaba marcando. La Alo es mía y siempre va a hacer así.

--Te vei linda callaita--Murmuré contra su cuello.

Gruñí en su piel cuando se movió fuerte, apreté su poto haciendo el mismo movimiento una y otra vez, esto era mucho mejor que tirar con otra mina.  

--¡Mateo!--Me gritó en el oído, sonreí con arrogancia se había venido solo con rozarnos. 

Cuando lo iba a hacer yo, se escucharon varias voces en el primer piso, sobre todo de hombres. 

Puta la wea, ni correrse tranquilo puede uno.

--Tení que irte, ahora--Yo asentí asutado.

--Me debí un orgasmo--Rodó los ojos mientras la besaba por unos segundo y caminamos arreglando nuestras ropas a la puerta.

Bajamos las escaleras, yo detrás de ella para aprovechar de ver su potito redondo, gordo y parado. Me mordí el labio imaginando las miles de cosas que puedo hacer con el.

--Papá--Dijo la Alo. Mi suegro, ah. Se dío la vuelta y nos sonrió, besó la frente de su hija y a mi me alzó la mano.

--Mateo, Hola-- Saludó con una sonrisa.

--Hola tío, ¿Cómo está?--Nos saludamos de un apretón de manos, a los segundos aparecieron unos tipos como de veinte años, nos saludamos de la misma forma y a mi cuchurrumin con unos abrazos llamándola Miércoles Addams. Ahora entiendo por que se llama así en insta.

--¡Mateito! Que alegría verlo por aquí hijo--Me saludó se mamá.

--¡Suegrita!--Le sonreí, me acerqué a ella y la abracé, le di un besito en la frente--¿Cómo a estado tía?--Me separé de ella, poniéndome al lado de la Alo de nuevo.

--Nada po, hijo con achaques de vieja no más.--solté un bufido fingiendo enojo.

--¿Vieja, usted?--La apunté con el dedo y negué con la cabeza--Usted es la mujer más hermosa que he conocido--Mi mamá me escucha diciendo esto a otra mamá y me saca la chucha--Pero no le diga a mi vieja, que después no le vamos a poder dar nietos con la Alo. --Ella me pegó en el pecho fuerte, me quejé en voz baja y me sobé la parte afectada.

--Dice puras tonteras no más mamá, además no lo retengan más, tiene que irse--Me empezó a empujar hacia la puerta.

--Oye pero yo quiero seguir hablando po--Me di la vuelta, pero la Alo seguía empujándome.

--No ya, chao--Sus -lo que supongo- primos abrieron la puerta y me empujaron fuera de la casa.

--¡Nos vemos el lunes Alondrita!--Grité fuerte, con una sonrisa miré la puerta de su casa, le hice tener un orgasmo. Tuvimos quema ropa, perro que emoción.


Zorrón, perrito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora