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Todavía no puedo procesarlo, la mamá del Mateo me llamó diciendo que estaba en el hospital por que no había despertado en la mañana.

Se durmió y en medio del sueño sufrió un coma. Un puto coma siendo que no tenía nada, él doctor nos dijo que era el caso más raro que había visto. Le hizo una cantidad de exámenes pero todo estaba bien. Nada de tumores o cáncer

Pero tengo más miedo que la mismísima cresta, han habido casos donde no le encuentran nada al paciente siendo que tienen cáncer terminal o alguna wea terminal.

La Maura me abrazó por la cintura tratando de calmarme.

Hice caso cuando me dijeron que vaya a mi casa a ducharme y a descansar un poco. Necesitaba eso y al Mateo.

...

Le pasé la prueba a la profe quince minutos antes de que saliéramos a recreo. La profe Maca me agarró de la muñeca con suavidad. 

Me di vuelta sin decir nada.--Supe lo del Mateo, hija. ¿Cómo está? ¿Te han dicho si va a despertar luego?--Mi labio inferior empezó a tiritar y negué con la cabeza.

--El doctor a cargo del Mateo ni siquiera le ha dicho algo a los papás, profe. L-le diré si nos dicen algo--Ella me hizo cariño en el brazo y me indicó que podía volver a sentar. Los demás empezaron a entregar sus pruebas también.

Recuerdo cuando la mamá me llamó llorando, diciéndome que habían llevado al Mateo al hospital por lo sucedido. Ese día nos íbamos a juntar e íbamos a salir a comer. Eso me dijo él, que me llevaría a mi lugar favorito para comer y que jamás olvidaría ese día.  Y pues en que no lo olvidaría jamás no se equivocó. Lleva tres meses en coma, falta uno para psu y yo no he ido ni por si acaso al preu.

No pienso hacer la psu mientras él esté durmiendo eternamente. 

Un fuerte golpe me sobresaltó en mi silla, levanté la vista encontrándome a un Alejandro riéndose mientras con sus mangas del poleron limpiaba sus mejillas.

--¡DESPERTÓ! --Me quedé tiesa procesando la noticia, grité de la pura emoción cuando la hice. Sin pensarlo dos veces agarré mis cosas y me fui junto a los chiquillos a inspectoría.

Ahí estaban nuestros papás,  salimos corriendo del colegio tirando nuestras mochilas cerca de mis papis.

Agradecía que el colegio estuviera en el centro y el hospital donde está el Mateo esté prácticamente al lado.

Iba de las primeras. Me pasé por la raja a todas las personas que empujaba o no. También a las que trataron de pararme al correr en el hospital, subí las escaleras sin poder esperar el ascensor, me reía de lo feliz que estaba.

Al llegar a la pieza y verlo conversar con sus papás el griterío que hice fue imparable. Me lancé contra él sin cuidado. Está despierto, está bien, está a mi lado. Conmigo.

--Te amo, te amo, te amo--besé toda su cara hasta terminar en sus labios, pasó sus brazos por mi cintura apretándome más contra su cuerpo.

--Mi cuchurrumin --Volví a gritar al sentir su voz contra mi oído.  Esta vez llorando. Me limpió las lágrimas con total delicadeza. Dos cuerpos más nos aplastaron junto con risas.

La Maura gritando igual que yo, nos reímos al mismo tiempo mientras lloramos, lo besé sin parar, me era necesario, era mi oxígeno. No sé como mierda sobreviví.

--Perro, por favor no vuelvas a hacernos algo como esto.--Murmuró él Alejandro dándole varios besos en la frente. La Maura estaba acostada a su lado abrazando al Mateo por la cintura diciéndole lo angustiada que había estado y yo interrumpiendo cada vez que va a hablar. De verdad que no podía dejar de besarle.

Zorrón, perrito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora