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Estoy caliente, muy caliente, odio que a los hombres se nos note cuando lo estamos.

La raja de la Alondra estaba tatuada en mi mente. No se me iba ni con mirarle las tetas a la profe de física que dan miedo. 

De verdad que no puedo con esto. 

--Perro--Miré al Ale con susto, rápidamente me puse la mochila en mis piernas y me acomode en la silla.

--¿Qué pasó?--Pregunté volviendo mi mirada a la Alo, que estaba sobre la mesa hablándole al oído a la Maura. Dejando a la vista muchas cosas, que solo yo puedo ver.

--Te pregunté si querí venir a jugar una partida hoy día, po--Asentí frenéticamente cuando la Alondra movió un pierna dejando ver más.

--Wachita rica, hermano--Escuché detrás mío, miré al tipo y levanté una ceja en dirección al weón con las hormonas en el cielo.

--No ande mirando carne de otro perro, papá--Que sonó machista la wea.

--De otro perro, si la Alondrita no te pesca en baja weón--Me reí y mi vista volvió a mi cuchurrumin.

--Perro, no hable si no sabe--agarré mi celu, puse cámara y le saqué una foto a la Alo. 

Hay que tener con que satisfacerse po, perrito. 

Me paré de mi puesto caminando donde estaban las chiquillas, la Alo estaba dando un espectáculo a todos los que tenían gustos hacía las mujeres, o sea, quien no se calienta con alguien como la Alondra si es preciosa.

Aunque, no estoy muy de acuerdo que los demás la vean de otra forma que no sea como compañera, hermana o amiga. 

--Cuchurrumin--Puse mi mano en su espalda baja, se enderezó mirándome mal, ignorando esa mirada me dirigí a su oreja--Me encantaría seguir mirando pero, no soy él único, así que, te tengo que decir que como estabas, se te veía todo--Mordí el lóbulo riéndome, caché que miró a todos los weones detrás mío.

--¿Qué miran?--Les preguntó con su típico tono de mina pesá.--Y tú, aléjate--Me negué y la abracé por la cintura. 

--él Alejandro me invitó a una partida, de seguro va a estar tu mejor amiga, así que, ¿Irás?--Se encogió de hombros mirando a la Maura. Esta le alzó ambas cejas como preguntándole si quería ir o no.

--No sé--Le besé el cuello repetidas veces mientras hablaba con la Maura.--Ya weón déjate.--Tomó mis brazos alejándola de ella. 

--Si te gusta que te regalonee, déjame hacerlo --Me miró mal y se fue a sentar a su puesto, sonreí para después tirarle un beso.

...

--Weón, el Manchester es el mejor. Mejor que el Real Madrid--Fruncí el ceño mirando al hermano mayor del Ale.

--No weón, es el Barcelona--El Mauricio me miró con la boca abierta.

--Esa wea es decir que la U tiene estadio--Negué con la cabeza parándome del sillón.

--¿Alguien quiere una piscolits?--Dije mirando a la Alo. Ella estaba en su celu con una sonrisa de perra maldita arruina vidas.

--Yo, y es piscola, aweonao aprende a hablar--Me acerqué a ella, poniendo mis manos en los brazos del sillón individual. Hice una especia de lagartija, rocé sus labios con mi nariz, oliéndolos, era un olor a durazno, suaves y rojos naturales.

Importándome una mierda que estén todos aquí, me tiré un poco hacia adelante juntando nuestras bocas, apurándome metí mi lengua chocando con la de ella, gruñí fuerte al sentir el calor de su lengua contra la mía. Empezó a moverla también junto con sus labios, si puede mover así la lengua con un beso me imagino como lo hará haciendo un helaito.

Mi mano izquierda fue a su nuca pegando su cara más a la mía, una de sus manos fue a mi cadera sujetándosela con el cinturón, y la otra fue a mi hombro. Mi otra mano agarró un poco de su pelo apartándolo un poco, fui bajando la velocidad del beso, para al final morder el labio inferior de la Alondra causándole un pequeño pero exquisito gemido. 

--Alondra, me tientas a llevarte a una pieza de aquí--Murmuré contra sus labios. Me empujó por los hombros tratando de ocultar una sonrisa.

--Trae las piscolas mejor, y yo la quiero con sprite--asentí sonriendo arrogante, los chiquillos me dijeron que querían con coca-cola. 

...

La mamá del Ale nos dejó quedarnos a dormir. La Alondra estaba en el sillón y yo en el colchón inflable. Incómoda la webada.

Me saqué mi polerón y lo tiré lejos, estoy cagao de calor, incómodo y sin poder dormir.

Estoy en la b, hermano.

--Alondra, oye--la moví con mi mano--Cuchirrumin--La llamé.

--¿Qué wea querí conchetumare? No me hay dejao dormir en todo este rato--Me reí mientras me paraba del colchón.

--No puedo dormir po--Me acosté a su lado--Ahora creo que voy a poder dormir, abrazadito a ti--La Alo empezó a moverse para soltarse de mis brazos.

--Ya Mateo déjate de webiar por favor.--Me reí en su cuello causándole cosquillas. Se volvió a mover esta vez rosando sus nalgas contra mi Anaconda.

--Alondra--susurré con la voz ronca--No te movaí así--suspiró entrecortadamente.

--Anda al colchón.--me niego a volver a esa cosa incómoda. 

--Es muy incómodo. Es mejor estar aquí, pochi--La di la vuelta como pude, quedando en una enredadera de piernas, cojines y mantas.

Junte nuestras bocas con apuro, metiéndole mi lengua en su boca. Se subió encima mío sorprendiéndome, mis manos fueron a su poto apretándolo como la otra vez.

Dejó mis labios yéndose a mi cuello, fue bajando hasta llegar a él cierre de mi pantalón. La miré con deseo y emoción. Mi iba a hacer un heladito.

Me siento como un niño con juguete nuevo.

Desabrocho el cierre bajando el pantalón, para después tocarlo por sobre el bóxer.

--Alondra...--murmuré--No me hagai sufrir, hazlo luego, por fa.--

Sonrió traviesa para bajarme los bóxer rápido.

Lo tomo entre sus manos, masajeando de arriba a abajo. Le dio un beso en la punta haciéndome delirar.

Estaba a punto de metercelo a la boca cuando las luces se prendieron.

--¡Por la conchetumare!--La mamá del Ale por la puta madre.

















Zorrón, perrito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora