Capítulo 12.

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Harry:

-Encantado.-sonreí mientras le tendía la mano. La miró y después me miró a mí, pero la aceptó.

-Igualmente.-contestó.-Bueno, ¿qué solías hacer con Phillip?

-Practicaba un poco con el saco, después golpeaba sus manos y a veces salía a luchar con alguien. Él era mi entrenador.

Asintió con la cabeza.

-¿Y has participado en alguna lucha seria?

-Sí, y allí estaba Phillip para animarme y entrenarme.

-Está bien, pues a partir de ahora Phillip no estará y yo haré todo lo que has hecho con él.-levanté una ceja.-No me mires así, voy a ser como tu sombra.-soltó una risita que me pareció encantadora.

-Me parece bien.-sonreí.-¿Qué te parece si después del entrenamiento te invito a tomar algo?

-No puedo.-la sonrisa se borró de mi rostro.-Pero si quieres, esta noche sí.

-Dame tu dirección y pasaré a buscarte.

-Vale, pero ahora no te distraigas y haz caso a todo lo que yo te diga, que ahora te entrenaré yo.-bufé y se apartó del saco un poco.-Enséñame lo que sabes hacer.

Bien. Era mi momento de 'lucirme'. Comencé a dar golpes al saco, como hacía siempre.

-No. Para.-hice caso a lo que me dijo. Se colocó detrás de mí.-Subes demasiado los brazos. Debes mantenerlos más cerca de tu cuerpo.-Noté su cuerpo contra mi espalda. Cogió mis brazos y los colocó. Se separó de mí nuevamente.-Prueba ahora.-Hice una demostración. Sonrió satisfecha.-Mucho mejor.

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Eran las 21:45 h y estaba esperando a Rachel delante de su casa junto con mi porsche negro. Llegaba 15 minutos tarde, las mujeres cuando se lo proponían se hacían esperar. Bufé y dejé caer mi cabeza sobre el volante, cuando escuché el sonido de la puerta principal abrirse. Levanté la cabeza y la vi, con su cuerpo ceñido en un vestido azul celeste, de palabra de honor, y sobre unos tacones negros. Abrí la boca, impresionado, y en cuanto salí de mi trance, salí rápidamente del coche.

Se paró delante de mi coche con una sonrisa.

-Siento haber llegado tarde.

-No importa, estás...wow.-soltó una risa.

-¿Nos vamos?-asentí y le abrí la puerta del copiloto, cerrándola detrás de ella en cuanto entró. Me dirigí a mi asiento y salimos de allí con rapidez.

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Ashley:

Llevábamos una media hora plantados delante de la televisión sin hacer absolutamente nada, y me estaba aburriendo más que nunca.

-¿Y si vemos una película?-propuse.

Niall me miró.

-Está bien, ¿qué quieres ver?

-Una de miedo.-amaba ver películas de miedo,a parte que nunca me asustaba. Y si lo hacía, después me reía.

-Ah.-dijo Niall, acomodándose en el sofá que compartíamos.-Una de miedo,¿eh? Aprovechas a que estás conmigo, que si te asustas, te abrazas a mí.

-¡No seas imbécil, Niall! No soy de esas. Quiero ver una película de miedo porque me gustan y punto, no para estar más cerca tuya.

-Está bien, está bien.-parecía un poco sorprendido.-Pero si te asustas, y te abrazas a mí me debes un beso.

-Trato hecho, no me asustaré, confía en mí.

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Sinceramente, odio a este chico. Había escogido la película que más miedo daba, a propósito. Estaba algo asustada tenía que reconocerlo pero por nada del mundo daría mi brazo a torcer y le abrazaría ni nada por el estilo.

Parecía que a él la película no le inmutaba en absoluto. Estaba recostado sobre el sofá con los brazos atrás, sujetándose la cabeza, y mirando la pantalla como si de dibujos animados se tratara, y no una película de terror.

Yo, sin embargo, estaba en el otro lado del sofá, agarrada a un cojín, que gracias a él, descargaba todo mi estrés en apretujarlo.

Eran las 22:30 h y la casa estaba sola, exceptuándonos a nosotros dos. Aunque no había ningún tipo de luz natural fuera de la casa, estaba completamente oscuro, a Niall se le ocurrió bajar al máximo todas las persianas, por si acaso. También había apagado las luces, claramente. "Una película de miedo no es una película de miedo en condiciones si el ambiente no es lúgubre, o que te ayude a entrar en la sensación de la película." Y claro, yo ahora mismo le estaba odiando con toda mi alma. 'Enciende la puta luz de una vez, joder.' Pensaba cada dos por tres.

En este punto de la película estaba muerta de miedo pero por nada del mundo le dejaría ganar aquella estúpida apuesta.

Dangerous. (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora