Dangerous. (Niall Horan)

Capítulo 3.

Niall tenía la increíble capacidad de hacerme temblar. Sus palabras fueron recorriendo cada parte de mi cuerpo. Si hubiese tenido un espejo delante mío cuando hizo aquello, habría podido ver mi reacción, que seguramente era avergonzante, ya que Niall soltó una pequeña risa al verme.

-¿Qué pasa?-dijo con una sonrisa de medio lado.

-N-nada.-tartamudeé.

-¿Tal efecto causo en ti?-dijo sin dejar de sonreír.

Resoplé y me di la vuelta, dándole la espalda. Sentí unos brazos rodeándome la cintura desde atrás. Niall acercó su rostro al mío y besó mi hombro. Tragué saliva con fuerza.

-Niall, para.

-¿Por qué?-dijo mientras volvía a besarme, solo que un poco más arriba.

-No quiero que hagas eso.

-¿Y por eso tengo que dejar de hacerlo?-sentí su risa retumbar en mi cabeza.

-Deberías.-dije poniéndome algo tensa. Esa situación empezaba a incomodarme.

-Nadie puede impedir que lo haga.-susurró en mi oído.

-Sí, yo.-escuché una voz a mi espalda. La reconocí de inmediato.-Deja a mi hermana, capullo.

Niall se separó con rapidez de mí y se dio la vuelta. Yo hice lo mismo, solo que con mayor lentitud, empezaba a imaginarme las posibles muertes de mi hermano. ¿Sacaría una pistola de su bolsillo y le dispararía? ¿Le clavaría una navaja? ¿O quizá llamaría a sus otros dos matones? Aquellas ideas pasaron por mi mente en apenas unos segundos. Miré con terror a mi hermano, Liam, deseando que no se hubiera metido en aquello, pero en su mirada no veía ningún rastro de temor.

-¿Qué has dicho?-dijo Niall.

-Que la dejes.

-¿Y quién te crees que eres para decirme eso?

-Su hermano, imbécil.

Noté la respiración de Niall acelerarse. No entendí el motivo por el cual mi hermano se comportaba de tal manera con él. Sabía el tipo de persona que era, y él no solía meterse en problemas. Excepto cuando se trataba de defenderme. Hacía todo lo posible para que estuviese bien, y en ocasiones, me agobiaba.

Vi cómo los puños de Niall se cerraban, y los apretaba con fuerza, descargando su furia consigo mismo. Sus nudillos comenzaron a tomar un color blanquecino.

-Cierra esa bocaza, gilipollas.- escupió con asco Niall.

-Gilipollas lo serás tú, imbécil de mierda. Apártate de mi hermana y no la vuelvas a mirar jamás, ¿entiendes o te lo tengo que volver a repetir como a los niños pequeños?

-Estoy a esto-levantó una mano y señaló con dos dedos lo poco que le quedaba de paciencia, entre los dedos, había un pequeño espacio.-De reventarte la cara.

-¿Ah, sí?-dijo Liam sin ningún miedo. Sonrió de medio lado.-Atrévete.

-Está bien.-sonrió Niall.-Tú lo has querido.

Se acercó a mi hermano a la velocidad de un rayo y le estampó el puño en la cara. Liam dio unos pequeños pasos hacia atrás, dando tumbos. No se lo había esperado de esa manera. Se llevó la mano a la nariz y luego la miró, estaba sangrando. Después dirigió la mirada a Niall, con desprecio. Éste último le miraba con una sonrisa. Liam se acercó a él y alzó el puño para pegarle, pero Niall fue más rápido y le pegó en el estómago. Mi hermano se llevó las manos al estómago y pegó la espalda contra la pared, empezando a retorcerse del dolor. Niall se aprovechó y volvió a acercarse a él para volver a pegarle. Le pegó una patada en el estómago y Liam soltó un pequeño grito de dolor. Cayó al suelo y cuando Niall se disponía para volver a pegarle, intenté impedirlo.

-¡Niall, no!-grité. Hasta ese momento había estado totalmente en shock. Niall paró en seco.-¡No lo hagas, por favor!-dije notando cómo mis lágrimas querían salir.-Acabarás matándole.

Mi hermano parecía que estaba inconsciente y no sabía qué hacer. Niall me miró de reojo.

-Por favor, no...-empecé a llorar como una niña pequeña. Escuché como una puerta se abría, era la del despacho del director. De ahí salió Natalie, Harry, Zayn, seguidos del director.

-¿Qué ha pasado? Hemos oído escándalo y veníamos a ver que pas...-se calló el director de repente al ver aquella escena. Yo llorando, mi hermano tirado en el suelo dolorido y completamente lleno de sangre, y Niall frente a Liam, con sangre en los puños y respirando con fuerza.

------------

Liam se encontraba bastante bien, le había acompañado a la enfermería, el director me dijo que podía quedarme con él el resto de las clases, por si me sentía más tranquila. Estaba tumbado en una camilla conectado a un suero. Sus heridas estaban bastante mejor. Si no llegase a ser porque intervine, no sé qué habría sido de mi hermano. Era la hora del almuerzo y pensé en Natalie. Seguramente, vendría en unos minutos. Y no me equivoqué. Escuché unos pequeños golpecitos en la puerta de la enfermería y Liam miró a la puerta. Me acerqué a ella y la abrí. Efectivamente, era Natalie. Me dedicó una sonrisa.

-¿Cómo está?-susurró por si estaba dormido.

-Bastante mejor.-Le dediqué una mirada a Liam, que nos miraba. Sonrió.

-Hola Natalie.

-Hola Liam.-sonrió y entró en la enfermería. Cerré la puerta.-Vaya la que te has llevado.

-Todo por defenderme.-resoplé yo.

-Eres mi hermana, tenía que hacerlo.-susurró con la voz ronca.

-No tenías que hacerlo, Liam, de verdad. Soy mayor, ya sé cuidarme sola.-me defendí.

-Ashley.

-Liam.

-Natalie.-dijo mi mejor amiga, intentando no reírse. Nosotros la miramos y estallamos en carcajadas.

-------------

Salimos al fin de la enfermería, Liam me rodeaba el hombro con su brazo, y yo su cintura, para ayudarle por si se encontraba mal. Recorrimos los pasillos del instituto y nos encontramos con Niall, Harry, Zayn y la hermana de éste último. Mi eterna enemiga. La chica a la que más odiaba en este mundo. Elizabeth. Niall nos dirigió una mirada y le evité. Noté cómo Liam se comía a Elizabeth con la mirada. Eso me daba mala espina. Le di un pequeño codazo en las costillas.

-¡Auch!-protestó.

-¿No te gustará esa zorra?-susurré.

-¿Quién? ¿Elizabeth? Está bien buena.-murmuró y la miró embobado. Volví a darle otro codazo.-¡Ashley!

-Cállate, esa guarra no puede estar buena. Deja de mirarla, olvídate de ella y ni si te ocurra pensar en ella.

-¿Por qué?-me preguntó mientras me miraba.

-Porque no la soporto.