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- Quiero que sepan que lo hice con todo mí amor por ustedes y al lindo chico de los rizos.♥♥ -

- Wyatt comenzaba a actuar raro; desde que salieron de casa no había dejado de tartamudear cada vez que le preguntabas algo o intentaba decir algo. Y comenzaste a preguntarte tú misma, ¿Qué era de tanta importancia y lo ponía así? La última vez había se puso así de peor cuando te pregunto si querías ser su novia. -

En un abrir y cerrar de ojos ambos estaban de pie en la puerta del restaurante más fino y caro - porque lo parecía - de Los Ángeles. Wyatt tomó tu mano tembloroso y te dió una sonrisa pequeña, entraron y pidieron su comida favorita en cualquier otro restaurante.

- Entonces... ¿Qué es lo importante que me tienes que decir, mi niño? - dijiste intentando sonar graciosa, wyatt sólo sonrió dulce y miró a su alrededor tomando una bocanada de aire.

« Sea lo que sea que me quiera decir, lo está matando por dentro » pensaste.

- Tranquila, sólo... - llamó a un mesero y pidió su mero mole - necesito algo de vino, por favor -. El chico con el delantal, te observó de reojo y anotó el vino que había pedido Wyatt.

Te sentías confundida; ¿Wyatt se sentía bien?, ¿Había hecho algo mal y quería decírtelo? Él nunca tenía el valor de decir algo mal en un buen estado.

Luego de unos minutos, wyatt ya había consumido más de cuatro copas de vino, y apesar de que no es tan fuerte que el mismísimo alcohol, le hizo demasiado efecto. Ya había desaparecido el tartamudeo en su boca y comenzaba a delirar un poco.

- ______, ya vámonos de aquí, quiero estar solo contigo - sonrió coqueto. Una pareja que estaba a un lado, lo miró raro y te sentiste muy avergonzada.

- ¿Qué? ¡No has terminado tú comida! - dijiste acusándolo con la mirada. El hizo un puchero, que en otra ocasión te hubiera parecido gracioso, pero era detestable verlo algo tomado.

- No me importa, vámonos. - se levantó y dejó suficiente dinero en la mesa de un tirón. Su actitud te parecía extraña y de nuevo, molesta. Y para empeorar, en ningún momento habló la boca para hablar. Tomó tu muñeca y te sacó de allí sin ningún tipo de delicadeza. Tomaron un taxi y fueron a su casa, nadie estaba allí hací que...

- ¿Quieres ir al mar? - preguntó acariciando tu mano con su pulgar.

- ¿Al mar en pleno frío? ¿Quieres que me congelé o algo así? - respondiste molesta.

- ¿Quieres ir al cine entonces?

- ¡Quiero que me digas lo que tenías que decirme! - levantaste tú voz haciendo que él, entendiera completamente.

Suspiró y tomó sus rizos caféses entre ambas manos, era muy importante al fin de cuenta.

- ______, no quiero empezar diciéndote esto justo hací como estoy - se observó a sí mismo de arriba abajo - hací que te lo diré cuando tenga el valor suficiente - dijo mientras acariciaba tu mejilla con sus dedos, no podías estar más sonrojada y confundida. Pasó a un lado de tí y se esfumó por las escaleras llendo a la habitación de huéspedes.

Y en todo el día, no volviste a saber más de él, lo que restaba de la tarde se quedó allí, encerrado en una habitación. A la hora de dormir, estabas tan sola que comenzaste a pensar, que tal vez, wyatt se quería deshacer de tí, que ya no te amaba o simplemente ya no gustaba de tí. Porqué no había explicación más lógica para eso.


Al otro día.

Eran las 8 de la mañana según el reloj de la alarma en tu mesa de noche. Estabas recién despertando cuando sentiste como algo se movía entre las sábanas a tu lado. Giraste perezosa y Wyatt estaba allí recostado mirando al techo con las manos debajo de su cabeza como almohada. Parecía tan tranquilo, probablemente pensando y apenas despertando.

Wyatt's the type of boyfriend. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora