Epílogo

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6 años después...

-Nat, despierta... -Escucho a lo lejos- ¡Despierta! -Me pide más fuerte, pero sin llegar a gritar.

Entre gruñidos de protesta, me giro en la cama enredándome un poco con las mantas.

-¿Qué quieres, Jon? -Digo molesta, tallándome los ojos e intentando acostumbrarme a la luz de la lampara.

Él me regala una sonrisa entre dulce y apenada, eso derrite mi corazón y disipa por completo mi mal humor. Estiro la mano y lo acaricio dulcemente en la mejilla. Puedo ver como cierra los ojos y se relaja ante el contacto. Finalmente entrelaza nuestros dedos y deja un pequeño beso en mis nudillos antes de volver a posar su mirada en mí.

Espero, espero y espero, mas los segundos pasan y él no me dice nada. La situación comienza a desesperarme.

-Jon, no sé si sabes cuanto valoro mis horas de descanso. Por favor, dime que no me despertaste solamente para que nos miremos las caras en lo que tú concilias el sueño.

-Nat, quiero que tengamos un hijo -Me dice con total seriedad.

Suelto un largo suspiro y me paso la mano libre por la frente.

-Ya tenemos cuatro. Y es precisamente por eso que necesito mis 8 horas de sueño -Le recrimino, todavía sin poder creer que me despertó por algo tan absurdo como eso.

-Pero... quiero una niña -Forma un pequeño puchero con sus labios, cosa que me desconcierta porque quiero borrarle esa mueca a besos.

-¿Todo esto es por lo que pasó en el cumpleaños de Ava Sambora?

Richie nos visitó a Jon y a mí cuando descubrió que ya me encontraba despierta luego del accidente. Cuando me dieron el alta, nos visitó una segunda vez para presentarnos a su hija. Luego él nos invitó a que conociéramos su casa. Poco a poco, fue forjando una linda amistad con mi esposo, al punto de que David se puso algo celoso. Así fue como Richie y su esposa se convirtieron en los padrinos de nuestro tercer hijo.

-¿Qué te puedo decir? Ver a todos esos padres bailando con sus pequeñas princesas... Puedo ver el vínculo especial que tienen los chicos y tú, yo también quiero eso.

En eso debo darle la razón. En nuestro caso aplica totalmente esa frase que dice "los hijos varones son de la mamá".

-¿Entiendes todo el trabajo que representa un bebé? Esos cuatro me dejan agotada, no quiero imaginar lo que será con un nuevo integrante. Además me pondré muy gorda. No me quejo, pero el último embarazo me dejó un par de kilos que jamás pude bajar, sin mencionar esas horribles estrías. Casi tengo 35 y estoy poniéndome vieja ¿Y si no es una niña? -Me detengo al quedarme sin aire.

Vuelvo a ponerle atención a Jon, quién me observa divertido y exasperado a la vez.

-¿Terminaste? -Dice enarcando una ceja.

Simplemente asiento con la cabeza de forma lenta.

-En primer lugar, entiendo todo el trabajo que lleva criar un hijo, creo que jamás he descuidado mi trabajo como padre. Podrías pesar una tonelada que yo seguiría viéndote bella. Tengo casi 40 y mis abdominales me abandonaron durante el ultimo embarazo porque siempre me pides que coma contigo porque detestas hacerlo sola. Y si tenemos otro niño, seré igualmente feliz y lo amaré más que a mi vida -Dice secándome una pequeña lágrima traicionera que corre por mi mejilla.

-Te detesto -Digo con una enorme sonrisa tras meditarlo un momento.

Él entrecierra los ojos, examinándome, para finalmente curvar la boca hacia arriba con cierto aire soberbio.

-¿Gané?

-Tengamos otro hijo -Pronuncio con alegría antes de sentir su labios sobre los míos.

-¿Te parece si comenzamos ahora? -Ronronea de manera seductora sobre mi oreja deslizando sus manos sobre mi abdomen por debajo de la remera.

Como respuesta, vuelvo a besarlo mientras apego mi cuerpo al suyo. Solo él sabe como mantenerme despierta y de buen humor durante toda la noche.

Despierta (Jon Bon Jovi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora