-Se-señor muerte. ¿De qué está hablando?.- Víctor pensó un poco en la situación por un par de segundos.- Espere un segundo. ¡Usted fue el que me trajo aquí! ¡Creo que es momento de que me regrese! Fue de usted la culpa!- Víctor volvió a alterarse, volviendo a dejar su actitud tranquila y serena de lado. Sentía como el mundo se le estaba cayendo a pedazos por culpa de la muerte, quién lo había traído a ese lugar por quién sabe que razón.
-Deberías calmarte Van Dort, no hay una razón por la que debas estar alterado.- Respondió serenamente la muerte.
-¡No! ¡Usted me trajo aquí sin ninguna razón! Si no lo hubiera hecho, entonces Emily no estaría sufriendo por mi culpa, ¡Victoria no se habría enamorado de alguien más! ¡Yo estaría solo preocupado por darle un buen futuro a mi hijo, no por lo que mi corazón está sufriendo en este momento!.- Víctor comenzó a llorar de nuevo, sin encontrar una salida o solución más que culpar a la muerte de sus desgracias recientes. Todo le estaba saliendo mal, su corazón se estaba partiendo lentamente y no sabía cómo juntar las piezas de nuevo.
-Creo que hay muchas cosas que aún debo de explicarte.- La muerte golpeó su Oz contra el piso, mientras Víctor lo veía con lágrimas en los ojos y con una cara de incredulidad.
Todo al rededor de ambos comenzó a tornarse negro, un viento helado hizo que Víctor se pusiera de pie de repente y como si fuese magia una vela apareció en su mano, siendo encendida por otra ráfaga extraña de viento. Van Dort se quedó unos segundos analizando lo que acababa de pasar.
La muerte esperó a que Víctor volviera a tomar la postura y que asimilase la situación.
-Ven conmigo.- Dijo casi en un murmuro.
Comenzaron a caminar, Víctor detrás de él con pasos tranquilos al igual que la muerte.
-Hay miles de millones de cosas que nunca van a entender los humanos.- Comenzó a decir la muerte...
Sólo soy quien ayuda a que la vida siga su curso naturalmente. La vida la está escrita para todos y solo acciones tan pequeñas o decisiones importantes pueden cambiar el rumbo de la historia y darle borrones para reescribirla. En éste caso, esto ya estaba escrito en tu destino. Yo no te traje aquí por alguna razón espiritual o ancestral aunque te lo hice creer en un inicio, pero, ¿Cómo le explicas a un humano que muchas cosas que pasaran en su vida no las puede cambiar? Para mí en ese momento era más complicado. Pero creo que haz aprendido mucho estando aquí y por eso he decidido decírtelo.
Creo que te haz dado cuenta de que lo único que puede conservarse por la eternidad y traspasar barreras es el amor y el cariño que se le tiene a una persona. Y creo que también te diste cuenta de cierta forma quién es la única persona que realmente te amó y te amará por siempre. Quizá en otra vida, en otro universo algún día pueda pasar algo.
Víctor se quedó en silencio por unos momentos.
-¿Hay algo más que deba saber?.- Dijo Víctor, pensativo, sin ninguna expresión.
-Mira a tu alrededor y date cuenta de muchas cosas. Por única vez en lo que estás vivo te dejaré apreciar todo ésto.- concluyó la muerte.
Víctor observó a todos lados. Eran imágenes de su vida hasta el día en que se encontraba. Pudo ver el día en que conoció a Emily, o el día en que creyó conocerla. Tocó el recuerdo por un momento y se abrió una enorme burbuja que le mostró más de lo que el ya sabía de Emily.
Vio sus recuerdos de cuando su familia comenzó a tener muchas riquezas gracias a la pescadería. Victoria no había Sido el primer prospecto de mujer con quién se casaría Víctor.
Pudo ver una escena perdida en sus recuerdos, donde estaban sus padres en el salón de su casa hablando con una familia rica cuando Víctor tenía aún dieciséis años. El se escondía tras una puerta observando y tratando de escuchar lo que decían. Sentados en la sala, además de sus padres había una pareja con una jovencita de su edad al parecer. Un hombre fornido, con una enorme barba e imponente rostro, junto a una mujer más pequeña y delicada que él, muy hermosa a decir verdad y ambos portaban ropas caras y anillos y joyas en sus cuerpos. La jovencita sin embargo, era una chica preciosa de cabello rubio semi rizado, ojos azules y piel pálida pero con unas hermosas mejillas rosadas. De repente, aquella señorita miró a Víctor esconderse. Sin decir nada, solo cruzaron miradas. Víctor dió un saltito hacia atrás pensando en que ella quizá lo tomaría como un chico malcriado que estaba husmeando, pero ella solo se limitó a dedicarle una preciosa sonrisa. Víctor, con más miedo y vergüenza aún se echó a correr a su cuarto de nuevo. El jamás había hablando con una chica y no tenía facilidad para hacer amigos.
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Mas allá de la muerte.
FanfictionAllá dónde acaba la vida, y donde empieza la nueva alegría, se encuentra ese otro mundo debajo de nuestros pies. Emily lleva apenas un año desde que abandonó ese lugar, ahora su cuerpo y su alma están en donde es verdaderamente el cielo. Víctor, po...