Pienso que era tiempo de conocernos ll.

7.7K 926 887
                                    

"Por la virgen María... ¿cómo se había envuelto en esa situación?"

El joven mexicano fue forzado a entrar al auto quedando arrinconado en un pequeño espacio pegado a la puerta y con las piernas encima de las del joven americo-japonés.

Miguel tuvo que contorsionarse para que su adorada guitarra no sufriera más daños, teniendo que acoplar su cuerpo a los giros y arrancones bruscos que daba la chica de pelo corto al volante, observaba las expresiones de terror de los niños más chicos (que eran cuatro de entre 3 - 9 años) y agradecía que el transporte público en su país fuese similar a la manera de conducir de la chica inexpresiva.

-¡Gogo, el semáforo tiene luz roja!

-¡Cállate Wasabi!

Un sentimiento nostálgico invadió a Miguel, sin duda alguna esa chica debió obtener su permiso para conducir en México. Le ganaría a un fórmula 1 en un santiamén...

Una pequeña niña se aferró a su sudadera y escondió el rostro en su pecho, el joven de ojos café oscuro se limitó a darle palmaditas en la cabeza y hablarle con voz calmada.

-<Todo va a estar bien...>

Hiro observó por el rabillo del ojo la acción del chico moreno, haciendo volver a su mente cuando Tadashi igual palmeaba su cabeza después de hacerlo enojar o cuando estaba frustrado y chasqueó la lengua.

- Honey ralentizalo un poco...

- ¿Qué vas a hacer Hiro?

El chico de orbes chocolate bajó la ventana y sacó medio cuerpo aplastando un poco al mexicano y a la niña que aún se aferraba a él.

- ¡Ahora Honey!

La chica rubia seleccionó algunos químicos creando una esfera color morado que después de bajar la ventana y lanzarla a una de las piernas del robot que les seguía creó una sustancia de consistencia viscosa como un chicle pero elástico como una liga.

El robot trató de liberarse aplicando fuerza reteniendolo escasos segundos que el genio de ascendencia japonesa no desaprovechó.

-¡Baymax usa tu super fist!

El "hombre blanco" (como lo había apodado Miguel) apuntó su puño al centro del robot y disparó logrando atravesar su pecho y al momento de regresar a Baymax atravesó la cabeza derribándolo irremediablemente a mitad de la calle.

- Bien hecho Baymax.

Estaba a punto de chocar puños con el robot cuando sintió un jalón que lo llevó de nuevo al interior del auto, por segunda vez los orbes chocolate y los café oscuro chocaron haciendo que Hiro frunciera el ceño. ¿Porqué lo jaló?

-<Pudiste salir volando por hacer algo tan tonto como sacar el cuerpo por la ventana.>

La única palabra que el chico mitad japonés entendió fue "tonto", si ese niño moreno lo había ofendido se las pagaría sin duda. La risa de Fred no tardó en llegar hasta sus oídos, al parecer si lo había ofendido.

Entre cerezos y cempasúchil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora