Cuando ambos menores llegaron a la cafetería junto con Baymax una señora de pelo castaño corto los recibió junto con un gato gordo, se le notaba algo exaltada pero aliviada al mismo tiempo. Una expresión difícil de explicar.
-¡Hiro!
La mujer castaña corrió a abrazar a su sobrino menor mientras que el mexicano observaba como lentamente su rostro iba adquiriendo una tonalidad rojiza, tal vez era de esos chicos que les avergonzaban las muestras de afecto que la familia solía dar.
El chico de ascendencia japonesa logró separarse y tomar una gran bocanada de aire.
"Entonces los abrazos de su madre son igual de letales que los de mamá Elena..."-Ya volví tía Cass...
-Bienvenido Hiro.
La mujer sonrió con dulzura y acarició la cabeza del joven de orbes chocolate, luego su vista pasó del robot de vinilo blanco al chico moreno con la guitarra en su espalda.
-¿Un amigo tuyo?
-Eh... S-sí, viene de intercambio.
-Se ve muy joven, ¿también de la universidad?
-No, digo sí... Digo no, él viene de otra escuela... Umm...- Tuvo que observar al chico para que se le ocurriera alguna institución, su solución se halló en la guitarra que portaba el latino- La escuela de música...
-Oww, eso es increíble Hiro. ¿Cómo se conocieron?
Vaya predicamento...
Miguel sólo suspiró mientras observaba al chico de tez clara hacer movimientos exagerados con las manos, parecía explicarle algo a la mujer que no borraba su sonrisa.
Incluso la misma parecía ensancharse más con cada explicación.-Me alegra que hayas hecho un nuevo amigo Hiro. Ahora vayan a dormir, que es tarde...
-Sí tía Cass... Nos vemos mañana.
El chico mitad japonés hizo un leve movimiento con la cabeza señalando las escaleras que conectan al primer piso.
Miguel siguió a Hiro pasando a lado de la "mamá" del antes mencionado.-<Con permiso señora, que descanse.>
El moreno solo vió como la señora se despedía con la mano haciendo movimientos suaves y le fue imposible no comparar con su familia, los extrañaba...
A simple vista la familia Hamada se veía normal, sin embargo el joven mexicano sentía que existía una fría brecha entre la señora castaña y el chico de ojos rasgados que seguía.
Buscó con la vista una respuesta, miró los alrededores hasta llegar a la primera planta y al fondo vió lo que parecía un adorno, con flores e incienso junto con una foto de un joven con gorra.
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Entre cerezos y cempasúchil.
FanficHiro esperaba escuchar llantos y gritos incontrolables de niños pidiendo por los brazos de sus padres cuando fue llevado a esa bodega abandonada, pero sólo pudo escuchar una guitarra siendo tocada con suavidad y una voz que hablaba en un idioma que...