Salvation (Fanfic Nuevas Especies #14)

Prologo

— Eres el bebé de mamá. – Ellie sonrió. – Y cuando seas grande serás un gran héroe.

Fury sonrió al ver a su compañera llenando de besos las regordetas mejillas de su hijo. Claro que iba a ser un heroe, iba a ser el major Especie mestizo y ¿él? El papa más orgulloso del mundo.

Se acercó a esa escena llena de amor, la que nunca creyó que fuera parte y deposito un beso en la pequeña cabeza de su hijo.

— Bienvenido al mundo, Salvation.

°*°*°

Correr.

Buscar.

Encontrar.

Aullar.

Dejar en vergüenza a Noble y Forest.

Se rió a carcajadas al ver a sus amigos queriendo recuperar el aíre, las competencias eran lo mejor y más las de búsqueda, siempre le había encantado eso. Era su zona de confort, aunque su mamá le llamaba "su fuerte" y su papá solo le llamara "genética", él sentía que nadie en el mundo le ganaría alguna vez en el juego "busca y encuentra". Tampoco le ganarían en el ring.

Nadie.

°*°*°

El golpe contra su espalda le hizo gruñir y girarse, encestando un rodillazo contra el costado de la hembra de cabello plateado. ¡Le llevaba la más fea! ¡Estaba peleando con una hembra buenísima! ¡Y no podía evitar verle las bubis!

La hembra lanzó otro golpe, logrando pegarle en la mejilla derecha y él sujeto rápidamente esa mano, atrayéndola contra él y cuando le vio los ojos... wow.

— ¡¿Qué tanto miras, cabrón?! – y el rodillazo contra el muslo izquierdo le hizo volver en sí, unos centímetros más a la derecha y adiós.

— Eso estuvo muy cerca.

Le sujeto la muñeca, giró y le torció el brazo, usando el pie derecho para hacerla caer y poder usar su cuerpo para mantenerla contra el suelo. Vaya que había estado difícil y por poco creyó perder, pero algo dentro de él sintió que había ganado mucho más que la pelea.

— ¡¡¡Bájate hijo de puta!!!

Además de los insultos, claro.

°*°*°

Acariciando el cabello de su hija, se siguió cuestionando ¿Qué debía hacer aquella noche? ¿Ir de nuevo a la ciudad? La idea le tentaba pues en las noches era cuando más el recuerdo de su bella amada lo atormentaba. Gian le perseguía, aquella loba de cabello plata le daba los más dulces tormentos.

Soltó un suspiro, abrazó a su hija y echo la cabeza hacía atrás, viendo el techo de su casa que cada vez se volvía más fría. Por más que quisiera irse, no podía. Su amada hija le había interceptado y ahora no lo iba a soltar.

No queda de otra. Sonrió, se levantó cuidadosamente del sillón con su hija en brazos y se fue a la habitación, acunándola contra él para dormir. Cerró los ojos, beso la frente de Zanya y durmió. De esa forma el tiempo de pensar en Gian se volvía más corto.

— ¡Suéltame! ¡Suéltame, Salvation!

— ¡No! – respondió riendo, azotando el culo de Gian que yacía sobre su hombro. – Estoy en todo mi jodido derecho; te gane en la pelea.