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— ¡¡Oh, joder!! – gritó Julia, aferrándose a su mano mientras pujaba. – ¡¡Te voy a matar!!

— ¿A mí? – se rió, apartándole un poco de cabello del rostro.

— ¡¡Sí!!

— ¿Por qué? – la risa de sus padres sonó de fondo, mientras Nuria solo se concentraba en el trabajo de recibir a al bebé. – ¿yo qué hice?

— ¡¡Embarazarme, animal!! ¡¡Eso hiciste!! – asintió comprensivo, inclinándose un poco para besarle en la mejilla. – ¡Con esto no te salvas!

Se rió bajo, acariciándole el cabello y se bajó para depositarle un beso más en la frente, para después apoyar la suya en la de ella. Las instrucciones de Nuria eran iguales que las de aquel día "respira, puja"; la diferencia era que Gian guardo silencio, no gritó como loca de carnaval.

Julia poso una mano en el hombro de él, clavándole las uñas como si fuera un peluche. Él no pudo evitar gruñir.

— Yo no fui quien te dijo que me bailaras eróticamente.

— No, claro que no. Me dijo Nathariel o no sé quién. – suelta un suspiro, cerrando los ojos, pero él le da una pequeña bofetada haciéndola abrir los ojos. – ¡¿Qué te pasa?! ¡¿Quieres pelea?!

— No cierres los ojos.

— Si yo quiero, los cierro ¡Tú no mandas! – La risa de Ellie se elevó.

— Yo no recuerdo haber gritado así. ¿Por qué sonríes amor?

— Por nada. – responde Fury, pero él pudo notar muy fácilmente la risa en su voz.

— Bien, ahí viene el campeón. – anuncia Nuria, sonriendo tras el cubre boca. – ¿Lista, Julia? Puja. – Julia acata la orden, pero no lo suficiente. – Otra vez, cielo, puja. – una vez más, pero Julia suspira al último.

— ¡Dice que pujes! – grita por fin él, haciendo que la cara de Julia se tiña de rojo.

— ¡¡Eso estoy haciendo!!

— ¡Pues no lo parece!

— ¡¡¿¿Quieres que puje??!! ¡¡Pues bien!!

Julia comenzó a gritar y a pujar, él solo sonrío triunfador. Nuria se quedó realmente sorprendida al ver con la velocidad en que salía el pequeño retoño, vaya que el macho había sabido qué decir para que la chica se esforzara.

El llanto del recién nacido lleno la habitación del lugar, Julia soltó un suspiro y echó la cabeza hacía atrás, llorando agradecida al igual que él. Le retiro las lágrimas tiernamente, acariciándole la mejilla con la propia y de esa forma pudo ocultar el llanto, estaba llorando por la nueva vida que estaba aceptando.

Estaba listo, dejaría ir a su linda y loca Gian, y ahora se haría cargo de Julia, Len, Za... Cristal y del nuevo integrante. Se enderezó al sentir un toque en el hombro, volteo y su madre le paso en brazos al pequeño retoño. Ojos oscuros se encontraron con los suyos, sonrío y le beso la frente, amándolo desde ese momento; cuando lo escucho.

— Es hermoso. – dijo, acariciando apenas ese cabello visible. – ¿Pueden ir por Cristal y Len? Quiero que conozcan a su hermanito. También háblenle a Nathaniel.

— Has hecho un buen trabajo. – dijo Fury, colocando la frente en la de su hijo. – Me da gusto tenerte de vuelta.

— Gracias por todo. – susurró, aceptando esas palabras.

— Tú también querida. – Ellie se acercó a Julia, besándole la mejilla. – Y gracias.

— Oh, Dios. No hay nada que agradecer.

— Bien, ahorita les traemos a sus nenes.

Dicho esto se pasaron a retirar al igual que Nuria, después de haber limpiado a Julia y hacer todo lo necesario para evitar problemas. También se encargó de limpiar al bebé, quien en todo momento observo el lugar con grandes ojos y una que otra sonrisa sin dientes se escapó.

Cuando quedaron solos los tres, él observo a Julia alimentar al pequeño. Era tan... irreal, aún no podía creer que aquello estuviera pasando de nuevo, pero dejaría que el destino siguiera su curso. Dejaría todo ir y venir a como tenía que ser, no se volvería a estancar.

— ¿Qué nombre le pondremos? – pregunto Julia, viéndolo con ojos radiantes. Él frunció el ceño.

— ¿No lo pensaste?

— Quería que fueras tú quien lo decidiera.

— Bueno, no sé. – sonríe de lado. – Soy pésimo con los nombres.

— A mí me gusta el nombre de Cristal, es una niña muy brillante y bella. – suspira. – Vamos Salvation, quiero llamarle por su nombre.

— Adolph. – Julia frunce el ceño, él se ríe. – Significa lobo noble.

— Adolph, ¿he? – vuelve los ojos al pequeño, sonriendo tiernamente. – Bienvenido a casa, mi pequeño Adolph.

— ¡Papá, mamá! – gritaron Len y Cristal al entrar, quedándose totalmente quietos y callados al ver ese pequeño ser. – ¿Es nuestro hermano? – preguntó Cristal, acercándose a la camilla.

— ¿Es? – Len se acercó a él, extendiendo los brazos para que lo cargara. Cosa que le sorprendió. – ¿También es mío?

— Sí. – dijo, acariciándole la mejilla con la punta de la nariz. – Tendrás que ayudarme para cuidarlos, Len ¿estás de acuerdo?

— Claro. Yo te ayudo.

— ¡¿Pero qué hice?! – todos de ahí voltearon a ver al recién llegado, quien con rizos despeinados y ojos verde bosque les saludo. – ¡¡¿¿Ya nació??!! – Nathaniel corrió hacía Julia, quien se rió al verlo todo emocionado. – Qué hermoso bebé... ¿cómo se llama? – voltea a ver sobre el hombro y al verlo se le cayó la quijada al suelo. – ¡¡Salvation!!

— Sí, soy yo.

— Pero cuándo...

— Hoy en la mañana. – Nathaniel asiente, luciendo extrañamente incómodo. – ¿Y para qué me necesitan?

— Quiero entregarte esto – extendió la carta, Nathaniel la tomo un poco confundido, pero al ver la caligrafía su mirada se humedeció. –, todo lo que sea de él sé que lo vas a atesorar.

— Gracias.

— De nada, ahora vete, quiero pasar tiempo con mi familia.

— Oh, claro, llamen al tío Nathaniel para correrlo, está bien. – salió del lugar haciendo rabietas.

— No le dijiste como se llama nuestra hermanito, papá. – dijo Cristal, sonriendo radiante.

— Ya se enterara después, por ahora quiero estar aquí con ustedes nada más. – tomo lugar a un lado de Julia, aún con Len en brazos. – ¿Te sentirías cómoda viviendo en mi casa? – Julia asintió. – Bien, ¿te gustaría ser mi compañera? – volvió a asentir, sonriendo radiante y con los ojos ya húmedos con las lágrimas. – Perfecto. – extrae del bolsillo de su pantalón una pequeña caja, se la entregó a Len quien no dudo en abrirla. Dos anillos femeninos, dos masculinos y una pequeña cadena plateada. Él sonrió y tomo los anillos más pequeños colocándole uno a Len y el otro a Cristal. – Quiero pedirles que seamos la mejor familia – coloco el anillo a Julia, ella ya hecha un mar de lágrimas. –, quiero que tú seas mi esposa y ellos mis hijos – colocó la pequeña cadena en la muñeca de Adolph. –, prometo cuidarlos y amarlos por toda la vida, seguirles a dónde sea y sé que no caeré porque ustedes me mantendrán de pié.

Cristal y Len se abrazaron a él con fuerza, sonrió y les arropo en sus brazos, volteo a ver a Julia al sentir como le tomaba la mano. Ella le sonrió radiante, le coloco el anillo faltante y viéndolo a los ojos, dijo: "acepto".

Salvation (Fanfic Nuevas Especies #14)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora