¿En verdad estaba pasando aquello? Sentía que todo era de algodón dulce, lindo y perfecto; Salvation la estaba consintiendo como a una niña pequeña. Después de haber tomado otra siesta de sueño, le metió a bañar y después llevo a la sala, recostándola sobre el sillón de una forma suave y delicada.
Era todo un caso el macho del cual ella se había enamorado, a veces parecía a punto de gritarle y otras le tocaba de una forma tan suave que todo el cuerpo le temblaba. Agradecida estaba a quién hallase alcoholizado las uvas.
Subió los pies al sillón, abrazando sus piernas para poder apoyar la barbilla en las rodillas y observar el fuego que crepitaba, tarde o temprano se deberían que ir y la verdad, es que temía que al salir de aquella cabaña todo se acabara. Necesitaba esforzarse al máximo para que eso no pasara. También debía de acabar de leer esas cartas. Según ella solo le faltaban tres, pero ¿y si eran más?
— ¿Qué tanta hambre tienes? – la pregunta de Salvation la hace voltear a verlo, sonríe de lado.
— La suficiente para dos hamburguesas.
— ¿Podrás conformarte con un guisado?
— Si me sirvo dos platos, yo digo que sí. – alza los hombros y aquel hermoso macho se rió en voz baja, haciéndola sonrojar.
— De acuerdo, entonces haré lo que pueda.
— Tú puedes.
Ella nunca en su vida se vio viendo a un hombre cocinar, maldición nadie en su familia (varón) había cocinado alguna vez, bueno, Len apenas hacía huevo revuelto y eso era súper lindo, también su pequeño hermano le había interesado la cocina, pero...
Soltó un suspiro, no debía pensar en aquello porque comenzaría a llorar y Salvation le comenzaría a preguntar... era obvio que no quería eso.
Todo estaba yendo bien, entonces ¿por qué sentía que todavía faltaba mucho para que aquello se acabase? Algo le incomodaba en el pecho y no eran sus senos o alguna espinilla, y dejando de bromas, la estaba poniendo muy nerviosa. Se levantó lentamente, señalando el cuarto cuando Salvation la vio curioso, él asintió y siguió preparando la comida.
Necesitaba leer más, una carta más o dos si era posible.
Al llegar al cuarto, cerró la puerta tras de sí y las mejillas se le tiñeron de rojo al ver la cama, ese lecho en donde Salvation y ella habían hecho el amor, ¿era correcto llamarlo así? ¿Hacer el amor? Claro que ella lo amaba, cosa extraña porque la mayoría de las veces le quería arrancarle la cabeza, pero estaba segura que sentía eso por él. Desde el primer momento que sus ojos se encontraron.
Extrajo la caja de debajo de la cama, abrió la siguiente carta y se puso cómoda en el colchón.
No sé qué decir con exactitud, todos esperan que logres algo y que saques a mi hijo del lugar oscuro que él mismo decidió crear para poder vivir, pero ¿acaso se han puesto en su lugar?
No sé tú, pero para mí él es fuerte y valiente, ¿quién podría vivir su pareja, sin su compañera? Yo no, soy débil y moriría sin ella. Gabriel murió ante la ausencia de su compañera, la tristeza le detuvo el corazón y pidió perdón por ello, ¿por qué? Las almas a fines son para vivir y morir juntas, ver el cielo y perderse en las estrellas. Besarse, abrazarse solo por la razón de amarse, pero mi hijo ya no puede hacerlo.
No estoy a favor de lo que han hecho. Claro que quiero a mi chico feliz de vuelta, pero algunos caminos la vida los ha hecho con el fin de que los superemos solos, ¿por qué no pueden entender eso los demás?
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Salvation (Fanfic Nuevas Especies #14)
FanfictionAlgunas veces el dolor que uno siente por una perdida puede ser demasiado. Suele incluso mandarnos de rodillas al suelo y eso lo saben muy bien Salvation y Julia, quienes han probado el sabor tan amargo de esa palabra. Ahora, se verán atrapados en...