Attis coloca los brazos para poderse defender del golpe que Daniel le propina, pero controla las inmensas ganas que tiene volvérselo, ya que estaban en entrenamiento y siendo vigilados por su padre, Caleb, y por Trey. Según había escuchado iban a tener que ir a la Comunidad junto con otros jóvenes, con el fin de entrenar con los voraces puros.
Recordaba a su tía Lucy, una de las mejores peleadoras, pero era mestiza. Erendi y Demmon también eran grandes peleadores, pero al igual que la Voraz Zorra, eran mestizos. Y los voraces puros que quedaban y vivían en fénix, solo querían descansar y llevar una vida tranquila sin peleas ni dramas, cosas que sobraban en la de él.
Dora no le había respondido las llamadas ni mensajes, le había estado evitando de la única forma que ella sabía que él no toleraría. Tenerla lejos. Estaba bien a unos metros, incluso unos dos kilómetros, pero de ahí a no saber dónde estaba era muy distinto.
Lanza una patada contra el costado del humano, quien logra esquivarla dando un salto hacia atrás.
— ¿Qué pasa contigo, Daniel? Estás muy lento. – dijo Trey, apoyándose en una de las cuerdas del ring. – ¿Dormiste bien?
— ¡Sí! – responde Daniel y esquiva nuevamente un golpe. Él suelta un bufido y vuelve arremeter. – Solo. Estoy. Preocupado. – dice entrecortado, ya que él no le da descanso.
— ¿Preocupado? ¿Por?
— Dora. – la respuesta hace que gruña, alertando al chico. - ¡No es lo que piensas! ¡Ella y yo somos amigos!
— ¡Y una mier...! – una mano le frena el golpe, ve sobre el hombro y su padre le ve arqueando una ceja.
— Tranquilo, de nada sirve que la agarres contra todos. – susurra Caleb, guiándolo fuera del ring. – Estás molesto, pero no con Daniel, así que habla. – salieron del gimnasio y Caleb le palmeo la espalda. – Vamos, ¿acaso no confías en mí?
— Sí confío, papa. – suelta un suspiro. – Es que... es vergonzoso. – aparta la mirada centrando la vista en un árbol a lo lejos. – Dora es. Es la hibrida más hermosa que he conocido y no lo digo solo por su físico, ella brilla. Simplemente ilumina todo a su alrededor y es un ser lleno de perdón. Ella es capaz de muchas cosas, es maravillosa, pero no puedo tocarla.
— ¿Tocarla? – Caleb frunce el ceño. – Te refieres a aparearte con ella, ¿no?
— Me refiero a todo, papá. Siento que si la toco, la ensuciare de todo lo que soy.
— Tonterías, tú no eres nada malo, Attis; es como decir que yo soy un buen mentiroso.
— Papá, eso eres.
— No, soy bueno encubriendo cosas, pero jamás mintiendo. Es muy diferente. – Caleb sonríe, recordando aquel viaje que emprendió con aquella zorra maleducada. En donde no solo se enamoró locamente ni casi pierde la vida, se convirtió en un héroe, compañero y padre ¿cómo iba a ser capaz de olvidar aquel día? Ni aunque lo quisiera. – Mira, Attis, sé que no podre cambiar nada de lo que piensas, porque así es tu madre, pero entiende esto: Si alguien te ama, te va aceptar tal y como eres, con errores y todo. Dora te ama, no hay forma de negar eso, pero tú quieres hacerlo y eso la lastima. Negar a la persona que te ama es doloroso, es lastimarte a ti mismo. La hija de Leo pues se cansó, ella no va a seguir tras de ti y, como veo las cosas, es hora que tu vayas tras de ella.
— No sé si...
— ¡Caleb! – ambos voltean hacía la izquierda, viendo a Salvation venir con Len, Cristal y Julia, quien llevaba en brazos a un pequeño crio. – Hola.
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Salvation (Fanfic Nuevas Especies #14)
FanfictionAlgunas veces el dolor que uno siente por una perdida puede ser demasiado. Suele incluso mandarnos de rodillas al suelo y eso lo saben muy bien Salvation y Julia, quienes han probado el sabor tan amargo de esa palabra. Ahora, se verán atrapados en...