Esperé a que Erick regresara, me preguntaba si él vivía solo. Me levanté y comenze a caminar alrededor de su habitación, era muy simple. Hacía la derecha había un armario, una cama, en donde yo me recosté, y un escritorio viejo, sobre éste había varios papeles y carpetas.
Qué extraño, el nunca hacía su tarea.
Caminé hacia su armario y lo abrí, me sorprendió ver un hermoso joyero dentro de él. Estaba hecho de madera obscura, y tenía bonitos diseños grabados a un lado. Parecía como si hubiera pertenecido a una señora rica.La curiosidad me ganó y la abrí, y dentro había un collar precioso, era de verdad muy hermoso, hecho de plata fina; y el diamante que colgaba era divino. Brillaba tanto aún sin necesidad del sol.
También había una tiara a un lado, era muy bonita también, no era muy pequeña, y tenía también pequeños diamantes alrededor de ella. Todo éra muy clasico. La caja también tenía música, una melodia muy linda que en mi vida había escuchado.
Cerré la caja y observé las otras cosas que había en el cuarto, éra algo extraño, cualquier adolescente hubiera tenido posters de sus bandas o equipos favoritos pegados en la pared, pero Erick no tenía ninguno. Me dirigí hacia la ventana y eché un vistazo, estaba obscuro. No podía reconocer en qué calle estaba, porque ya había anochesido, cerré las cortinas y me senté de nuevo en la cama.
No tardé mucho tiempo en esa posición y rápidamente me levanté, me dirigí hacia la sala. También era muy sencilla, dos sofás, una pequeña mesa en el centro y una televisión; también había un par de repisas a un lado. Encima de la mesa de centro, había varias revistas. Después miré hacia las repisas, en ellas había algunos discos, conocía algunos de ellos pero no todos.
Caminé despues hacia la cocina, las paredes de ésta eran grises, y las vitrinas eran color blanco, muy simple también.
Regresé a su habitación después de mi pequeño recorrido en su casa, no era nada presunciosa, seguia con mi gran duda. ¿Vivirá Erick solo?.
Al regresar a su habitación me dí cuenta de que había otra habitación. Caminé hacia ella, igual que las otras, éra sencilla, solo un par de estantes y un armario, el cual estaba completamente lleno de cajas. Dejé ese cuarto y me dirigí hacia su cama.
Esperé un rato, y después de un momento, escuché que la puerta se abrió. Me levanté y no tardo mucho en que lo viera caminando hacia mí.
- La comida está en la cocina.- Me dijo Erick. Y caminó guiandome hacia la cocina.
- Erick, ¿vives solo?.- le pregunté. Erick se sentó y yo hize lo mismo.
- Si, mi tío aveces viene a visitarme, pero es muy de vez en cuando.- me contestó.
Quería seguir preguntando mas cosas, pero me detuve, sus padres no estaban aquí.
- ¿De quién es ésta casa?.- mi curiosidad me insistía en seguir preguntando.
- Es mía.
- Oh.- le dije, y asentí con la cabeza.
Erick me dió una caja de comida china.- ¿Fuiste a hasta un restaurante por esto?.- le pregunté de nuevo.
- Sí, no me digas que no te gusta?.
- No, no es eso, me encanta.- le dije, y era la verdad, adoraba la comida china.
- Entonces ya somos dos.- me respondió y me dió un tenedor, entonces comencé a comer.
Definitivamente era de un restaurant. Erick se quedaba pasmado mirandome, mientras yo comía.
> Narra Erick<
La miré comer, éra tan... linda. Sí, esa es la palabra que encaja perfectamente. Ella también me miraba; qué bueno que no se enteró lo que le hize a esos malditos bastardos en el callejón, se pudo haber asustado más.
Aún seguia sintiendo ese hormigueo en mi mejilla, donde ella me tocó. No pude describir mi sentimiento cuando la sentí recargar su cabeza en mi hombro, o cuando tomé su mano.
Éra todo tan extraño, toda esa m*erda del amor nunca había hecho efecto en mí, jamás había sentido nada por alguien antes. NADIE. Mi vida ha sido dura y dolorosa, cuando recuerdo a mi papá, siento que debí haber sido yo quien lo matara. Mi mamá... mi padre la mató, aún guardo su ultima posesio, su joyero.
Cada vez que veía a __ mirando hacia mí, me quedaba pasmado mirandola. Ella éra.... naturalmente hermosa. Recuerdo la primera vez que hablamos, la ignoré tanto, estoy totalmente arrependito de haber sido un idiota. Élla era ... especial.
-¿Te gusta la comida?. le pregunté.
- Mhhmmm, sí, esta muy rico.- me contestó cubriendo su boca.
Me reí al escucharla, élla me miró y sonrió. Su sonrisa, me daban ganas de tocar sus labios cada vez que la veía sonreir.
-No tenías que gastar dinero por comida Erick, me hubiera conformado con un cereal, jaja.- me dijo élla. Le sonreí.
- Se me antojó la comida china.- le contesté.
Terminamos de comer, y me dí cuenta de que su costilla aún le dolía.
- Creo que debo ir a casa Erick.
- Puedes quedarte si quieres.- exclamé.
- Mis padres deben estar esperandome.- me contestó. Miente, yo sabía que sus padres no estaban en casa
- Ah si, ¿Entonces porqué no te han llamado? -Élla tragó saliva
- De verdad __ puedes tomar mi cama, yo dormiré en el sofá o en el otro cuarto, no te molestaré. No pienses que quiero ser pervertido..- le dije animándola a que se quedara, la verdad ganas no me faltaban, ella era.... sexy.
- Si no te importa, está bien.- me contestó y le sonreí.
Yo sabía que no le gustaba estar sola en su casa. La llevé a mi cuarto y le indiqué en donde estaba el baño, y dónde había mas cobijas si necesitaba. Puse su mochila a un lado de la cama, élla me agradeció. Le dí una camisa mía y unos shorts para que durmiera. Salí de la habitación y me dirigí hacia la sala, me puse a ver la televisión.
Después de unos minutos fuí hacia la habitacion donde élla estaba, para ver si ya se había acostado. Le íba a preguntar si se le antojaban unas palomitas de maíz, entré al cuarto y me di cuenta de que no había tocado.
- Soy un idiota - me dije a mi mismo.
Me quedé mirandola, se había puesto mis shorts, pero aún no se ponía la camiseta. Traía un sostén negro que hacía lucir su cuerpo aún mas hermoso. Me quedé parado admirando su lindo cuerpo, hasta que dió la vuelta y me vió. Nuestros ojos se encontaron y yo caminé hacia élla y...
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Enamorada de un Asesino. -Erick Brian Colon. TERMINADA
عشوائيEsos ojos verde me flecharon, aunque yo sabia que no me llevaría a nada bueno. Lo intenté, pero no pude dejar de mirarlos.