Capítulo 5

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Capítulo 5

Él la había lanzado contra la pared lo que provocó que se golpeara fuertemente en uno de sus brazos. Comenzó a llorar por el dolor, pero sobre todo, por el miedo, aquel fantasma era realmente un demonio.

—¡Levántate! —Le gritó, al parecer quería seguir maltratándola o al menos eso creía ella.

—Ya no me lastimes —Le suplicó. —Yo no te he hecho nada. —Su voz temblaba, no quería acercarse a él.

—¡¿Qué no me has hecho nada?! —Volvió a gritarle —¡No te hagas la estúpida, Tiffany!

—¡Yo no soy Tiffany! ¡Mi nombre es _______!

—¡Ese es tu maldito segundo nombre!

—Es mi primer nombre, yo no me llamo Tiffany, me estás confundiendo

—Jamás podría confundirte, tus ojos son únicos, sigues siendo igual de perfecta, aunque no tengo la seguridad de cuanto tiempo ha transcurrido, pero sé que no son muchos, quizás unos diez años desde que me arrebataste la vida.

Con dificultad se puso de pie, ambos aún seguían desnudos y al parecer a él no le importaba estar así, pero ella ya estaba apenada.

—Yo no soy esa mujer de la cual hablas, mírame bien, no soy ella.

—¡Ya basta maldita mujer! —Estaba harto, no caería en el juego de ella. —Volviste a nuestra casa, la casa que yo mismo te regalé.

—¿Esta casa? —Preguntó sin entender.

—¡No te hagas la que no sabe nada! ¡Me estás hartando maldita mujerzuela!

—Sin duda me estás confundiendo.

—¡Deja de mentir, Tiffany! —Se acercó a ella, pero la muchacha retrocedió chocando con la pared. —Te lo juro que te llevaré conmigo.

Se apagaron las luces en aquel instante y nuevamente aquel frio desapareció, _____ rápidamente presionó el interruptor, no había rastros de aquel hombre. Se fue a duchar, pero antes se miró en un espejo, su rostro había quedado con un moretón que cubriría con maquillaje, aunque no sabía como cubrir el dolor en su brazo.

Salió del baño y se puso nuevamente el pijama, afortunadamente pudo quedarse dormida. Despertó a eso de las 11:30 am. Se sentía repuesta, su cuerpo se sentía con energía luego de dormir aquellas horas, nuevamente se duchó y esta vez se puso un vestido corto de color blanco y unos zapatos de tacones, dejó su cabello suelto y se maquillo, se veía hermosa, aunque el dolor en su brazo no había desaparecido.

Bajó por las escaleras y miró todo a su alrededor, estaba cada cosa en su sitio, aquel fantasma no había hecho ningún desorden. Ahora sentía curiosidad por ese hombre ¿Qué mujer lo había asesinado? ¿Cómo era posible que esa mujer se pareciera a ella al punto de que él pensara que era esa tal Tiffany?.

La casa era realmente muy grande, ni siquiera había recorrido en un 100% el lugar, quizás podría averiguar algo en los otros lugares que aun le faltaba visitar, pero aquello sería imposible, puesto que la casa había sido remodelada, sin embargo, no perdía nada.

Caminó por el pasillo que quedaba justo al lado de la escalera, tenía aproximadamente 6 metros de largo y daba a distintos cuartos, uno de servicio, otro de limpieza, etc. Nada del cual le pudiera dar alguna pista. Llegó a una puerta, la puerta final de aquel pasillo, al abrirla se dio cuenta de que era un sótano, no pudo evitar sentir escalofríos por lo oscuro que estaba, pero presiono el interruptor que estaba al lado de la puerta y todo dentro se iluminó. Bajó por las escaleras con mucho cuidado, había muebles antiguos y cubiertos de polvo, habían muchas telas de arañas, aunque sabía que estaban abandonadas, puesto que estaban cubiertas de polvo. Pegó y brinco cuando la puerta se cerró de golpe y la luz comenzó a parpadear, tragó en seco, Dios, ella tenía mucho miedo pese a que ya había conocido al ser que la asustaba.

YO NO SOY ELLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora