capítulo único

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Lo sabía, una vida sin su amado era una maldita agonía, aquello nunca debió de suceder y pese a que no tuvo que ver con su muerte se culpaba por no haber podido salvarlo, tantas horas de estudio, tantos cumplidos hacia su trabajo ¿Para qué? Si no pudo salvar a la única persona que le hacía querer vivir en este mundo. Este mundo...

Tomo dos años concluir su investigación, más uno más de pruebas y era el momento. Debía despedirse de sus amigos, su familia, de Rosinante y sobre todo de él; no era una despedida tal cuál solo tenía que avisar que lo encontraría en el otro mundo. Era hora, ahí frente al portal se encontraba su familia, pese a que hicieron todo lo posible para detenerlo, su decisión había sido tomada, era la última vez que los vería; en ese mundo ellos no estaban vivos.

- Deben salir rápido, el taller se autodestruirá cinco minutos después del cruce. Cuídense y sepan que lo quiero muchísimo. - con un asentimiento de cabeza su familia se retiró, eso era todo no había palabras de despedida, solo así sabrían que su hijo estaría vivo.

- Encuéntralo, no lo dejes ir esta vez. - el rubio le abrazo con ímpetu, no había marcha atrás, él tampoco vivía en el otro mundo.

- No lo haré, gracias por todo. Lamento no quedarme es solo que él...

- Es más importante que yo, lo sé. - escuchar el resto partiría más su corazón. Era mejor de esa manera, tenía que dejarlo ir.

- Hasta pronto Cora-san. - sin mirar atrás, cruzó el umbral, finalmente se reencontraría con amado.

- Mentiroso. - a paso lento salió del taller. La vida era injusta, le había amado desde el primero momento en que lo vió, pero él, se había enamorado de alguien más en el proceso.

Era una maldita broma, seguro lo era, tenía que serlo. Su maldito novio había partido hacia una semana con la tripulación siguiendo su ruta, con la promesa de encontrarse en el camino, y ahora el moreno estaba ahí frente a él tendido en la playa inconsciente. Lo tomó en brazos llevándolo hacia el Sunny, esperaba que Chopper estuviera en la enfermería.

Era un cabezotas pero un así siguió las órdenes del pequeño doctor cuando le pidió esperar afuera, sus nakamas estaban igual o más extrañados que él, Robin siguiendo su instinto contactó a los piratas Corazón, se sintió aliviada cuando atendieron el Den den mushi pidiendo amablemente que regresarán a la isla pues había una situación. El regreso tardaría tres días y esperaba que para ese entonces el moreno que se encontraba en la enfermería despertara.

- ... - parpadeó continuamente, trataba de acostumbrarse a la luz, su cuerpo estaba entumido y el dolor de cabeza tampoco ayudaba en algo.- Cuánto ...- la pregunta ya quedó al aire, su cuerpo se paralizó, podía jurar que su corazón y pulmones dejaron de funcionar al escuchar aquella voz.

- Día y medio -

- ...

- Dirás algo o te quedarás ahí, medicucho.

- ¿Z-Zoro? - sí, tenía miedo de voltear y pensar que era un sueño, luego despertar y no verlo más.

- ¿Quién más? En qué diablos te metiste para terminar así, eres un maldito impruden... - sí, algo le pasaba a su novio idiota, vamos que él no era de las demostraciones en público ni mucho menos tirarse a llorar en sus brazos. Es más, si hacía memoria, recordaba a su novio más alto.

- Estás aquí, lo conseguí, estás aquí. Te extrañé tanto. - y lo besó. ¡Dios! Volver a sentir sus labios, el calor de su piel, simplemente tenerlo entre sus brazos era la misma gloria.

- Me voy y ya te besuqueas con cualquiera, me decepcionas Roronoa.- bien no quería decirlo de esa manera pero cuando abordo el barco y vio a todos los de la tripulación y no a su novio corrió a la enfermería, lo admitía, se preocupó por ese simio necio más nunca espero ver esa escena. La más extraña escena pues cuando aquél muchacho que profanaba los labios de SU novio dio la vuelta y se vio así mismo, solo que más bajo y posiblemente más joven su mente se nubló, sentía su conciencia partir y lo último que supo fue escuchar a Zoro gritar su nombre.

Bien, el susto duro al menos unas horas más, ya en la hora de la cena, el nuevo Tarao como le había llamado Luffy, explicó la situación y el por qué se encontraba en ese mundo. Todos había guardado silencio durante la explicación, claramente fascinados por la existencia de "mundos paralelos", el rostro de todos cambio cuando comenzó a contar la parte oscura, la guerra y el sinnúmero de víctimas, entre ellas su amado, SU Zoro. Law comprendió, entendía qué hacía el otro Law ahí, el hubiera hecho lo mismo si se encontrará en esa situación. Era todo el auto control que poseía y pidió hablar a solas con él, no sin antes depositar un beso en los labios de su amante.

¿Cuál será el siguiente paso? ¿Sería bueno dejar vivir a este tipo y mandarlo a la otra vida con su amante? Porque vamos, no compartiría a su novio, técnicamente no lo estaría compartiendo era él mismo a fin de cuentas pero aún así, era extrañó. Le daba crédito al tipo, hacer todo eso sólo para encontrarse nuevamente con la persona que amaba aún sabiendo que su otro yo estaba ahí.

- Yo... solo quiero estar junto a él, no me interpondré entre ustedes, sólo, sólo no quiero perderlo otra vez. - Zoro se situó frente ambos, mentiría si no dijera que era por temor a que iniciarán una pelea, este joven Law le había conmovido, y si le preguntaban, tampoco es como si pensará en alejarse de ese muchacho.

Law atrajo a su novio hacia sí mismo, era su novio pero también sentía que el otro Law lo entendía. Era un trato silencioso entre ellos.

- Mío.

- Tuyo.

- Nuestro.

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⏰ Última actualización: May 18, 2022 ⏰

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