Pesadilla fatal

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Cada noche la perseguia el mismo sueño aunque podria decirse que seria mas una pesadilla. Los temores de Nancy
,sus mas profundas agonias se desataban en aquella vieja mansion. La cual recorría por su sonambulismo .
Algunas veces, en la sala de estar veia a sus mascotas inertes,sus compañeros de la adolescencia -la mejor etapa de su vida- ahorcadas con cordones umbilicales,los cuales seguramente podrian haber pertenecido a sus hijos fallecidos en su útero. Otras veces veia las cabezas de su padre y su pareja colgada en la chimenea como si fueran las cabezas de unos alces vulares. En otras ocasiones, veia los brazos amputados de los seres que mas valoraba, que le habian ayudado a recuperarse de su declive nervioso cuando perdio sus 7 embarazos, los cuales parecian percheros y ella tenia que pasar por alli o se quedaria atrapada en su infierno helado. Pues,el portal se encontraba hacia el final.
Desde que tenia memoria, sus padres le habían comentado que era sonámbula. Nunca le había preocupado serlo por mas perturbados que se hayan mostrado ellos al percatarse de que,frecuentemente, se detenía en frente al viejo cementerio.
Pero siempre tenia que haber una excepción: una noche de luna llena, tras dormir entrecortadamente durante dos semanas: cayo en un sueño profundo, ignorando su pesadilla destinada.
Aquella vez,en lugar de encontrarse directamente dentro de la casa, Nancy se situaba en el cementerio de su localidad. La verja estaba abierta,abrazando su presencia, alentandola a cruzar descalza aquella tierra húmeda y llena de gusanos. Ella se adentro en la necrópolis, ignorando el putrefacto hedor que emanaba de las tumbas. Aunque una vez adentro, no vio ningun mausoleo, ninguna cruz o alguna lápida sobre tierra abierta. Estaba en un lugar familiar, que recorría a diario y no podía confundir con otro: su propia mansión.
Con la sangre helada y el corazón perforando su esternon,recorrio a paso lento,controlada por la fuerza de su ensoñación ,cada rincón contaba una historia. Todo era como en sus pesadillas: en el techo de aquel hall demoníaco yacían los cuerpos rígidos de sus gatos y perros sostenidos por los cordones umbilicales de sus siete hijos fenecidos, había tres cabezas atravesadas por una pica sobre la chimenea, una de su amor verdadero y las otras de sus progenitores. El recorrido empeoro mas cuando se encontró con las extremidades que la habían consolado cuando un ser que podría haber conocido el mundo cruel, conocía primero el reino de los muertos. Recordó su pesadilla menos habitual: si cruzaba esa morbosa barrera volvería a la realidad, despertaría y se encontraría con su riqueza. Una vida de lujos como empresaria no habia sido suficiente para superar las pesadillas. No tenía idea de como afrontarlas, se habian transformado en una parte de ella, era muy escéptica con la psicoterapia y demasiado reservada para contarle sus problemas a alguien más.
Invadida por el pánico y la desesperación ,corrió hacia aquella siniestra barrera de brazos que la habían abrazado mientras formaban parte de alguien vivo. Ya estaba cansada de vivir y extrañaba demasiado a sus seres queridos. Lo que ignoraba Nancy es que había muerto por falta de descanso y que estaba atrapada en su propio infierno personal por toda la eternidad.

Cuando el amor nos lleva a la locuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora