Cap III

141 6 0
                                    

Había llegado empapada a mi habitación y me encerré en el baño, llené la tina con agua caliente, "¿pero en qué piensa ese bruto? Recién comienza la primavera, sí muero de neumonía regresaré de la muerte y lo mataré" pensaba muy enojada pero decidí relajarme y me quité la ropa dejándola en el tacho de ropa sucia, bajé las luces para estar más cómoda y entré en la tina.

Acostada en el tina de baño no quería pensar en nada, estaba tan relajada que podría dormirme ahí mismo pero me daba miedo resbalarme y que mi cara entrara al agua. Al cabo de un largo tiempo salí de la tina y agarré mi bata de baño, y amarré una toalla a mi cabeza para que el cabello se vaya secando cuando vi algo inusual en mi cuarto.

- OH DIOS MÍO!!!! - pegué el grito más fuerte que haya podido pegar en toda mi vida. Esto no podía ser cierto. Habían abierto un hueco en una esquina y habían colocado una puerta que al parecer no tenía manija, era como la de los centros comerciales que sólo se empuja.

Alguien empujó la puerta y se colocó delante de ella, no cara estaba desfigurada no entendía lo que estaba pasando.

- ¿Por qué tanto grito "Princesa"? - sonreía descaradamente el cabrón ese.

- ¿Qué le has hecho a mi habitación? - yo ya quería llorar esto significaba adiós a la privacidad completamente.

-Mejor sécate que estás goteando- esto era suficiente, sí mis padres no arreglarían este desastre entonces yo lo haría.

Se volteó para ir a su habitación ya que esa puerta conectaba su habitación con la mía.

Avancé hacia el decidida, tenía que escucharme de una buena vez y esta vez no había piscina que me detuviera.

-Mira pedazo de gorila.. - cerré mis manos en un puño pero el fue más rápido que yo y me agarró de las muñecas pegándome contra la pared, su cuerpo estaba a centímetros del mío y podía sentir su respiración en mi cara, mi bata se abrió un poco mostrando el comienzo de mis pechos y me sonrojé.

- La primera vez que te atreviste a golpearme estaba desprevenido pero eso no va a volver a pasar, y menos sabiendo lo salvaje que puedes ser. - vi como en un segundo sus ojos se posaron en mi cuerpo y me di cuenta que mi bata estaba amenazando con abrirse ya que se podía observar un poco más de mis pechos y me sonrojé con más fuerza, "¿Cómo es que no puedo hablar?, no puedo ni moverme" pensé nerviosa, a ese punto mi corazón latía con fuerza y odié más a ese ser enfrente mío que podía causarme estos escalofríos.

- Suéltame - dije por fin tratando de zafarme de sus manos que aún me mantenían con fuerza.

- Pórtate bien - me miró a los ojos intensamente y un escalofrío recorrió toda mi columna vertebral pero esta vez no dejé que me intimidara.

-Que me sueltes he dicho - me sorprendí de lo firme que sonó mi voz cuando en realidad estaba muy nerviosa. Me soltó.

- Por cierto, soy Marc - y sin decir nada más cruzó esa horrible puerta que me iba a quitar mi vida hasta que se vaya ese incompetente.

Fui corriendo hasta el baño, era el único lugar donde podía estar a salvo de ahora en adelante y me senté encima de la tapa del inodoro y pensé en la incómoda escena que ocurrió hace unos minutos, me levanté y mojé mi cara intentando tranquilizarme. "Ese Marc parece un matón" otro escalofrío recorrió mi espalda.

"Me da igual yo viviré como siempre y lo voy a ignorar, jamás podrán cambiarme". No tenía hambre así que me puse unas bragas y esta vez un camisón, no quería que el gorila me viera desnuda, me sonrojé ante tal pensamiento, me acosté en la cama y prendí el televisor. Esta iba a ser una semana muy larga.

¿Mi niñero?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora