Cap VI

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Así pasamos un tiempo, el me llevaba por toda la cocina como una marioneta y yo estaba en shock, me gustaba su cercanía, ningún hombre había estado tan cerca de mi tanto tiempo.

-Para ya.- mi voz sonó como un susurro. -Está bien, tu ganas. Yo cocino pero no me toques.- me giré con fuerza y lo enfrenté cara a cara, aún estaba muy cerca de mi y nuestras miradas se chocaron, eran intensas y ninguno quería perder esta batalla, sí así lo podríamos llamar.

-Ya, esta bien- lo decía mientras alzaba sus brazos y hacía con su cara un gesto extraño del que yo me burlé y no paraba de reírme.

El me miró extrañado y cerró un poco sus ojos en forma acusadora, lo que me causó más gracia aún, toda esta situación me hacia ver lo infantiles que estábamos siendo desde el principio.

-Con que te gusta burlarte de los demás eh?- yo me reía mientras el buscaba algo en una estantería y enseguida sentí como caía un montón de polvo blanco desde mi cabeza hasta el suelo, era harina, y como no, luego vino la risa del gorila más fuerte que nunca.

Me acerqué sigilosamente hacia unas cajas de huevos, agarré dos y corrí hacia el rápidamente estampándolos en su cabeza. Me miró con la boca muy abierta.

-No abras tanto la boca que te va a caer huevo- lo miré desafiante y con una sonrisa muy burlona.

Al segundo siguiente comencé a correr por toda la cocina siendo perseguida por el, me atrapó sin problemas y me lanzaba todo lo que encontraba y yo igual.

Se resbaló con un trozo de mantequilla que había en el suelo y yo caí encima de el riéndome a carcajadas.

Terminamos en el suelo llenos de comida y toda la cocina echa un desastre. Estábamos muy agotados y aún riéndonos de tonterías.

-Me encanta la masa que te has hecho en el pelo- me miró sonriendo con complicidad.

-Y a mi todo el chocolate que tienes embarrado en la cara.- sonreímos y nos miramos sin decir nada y a mi me pareció que había pasado una eternidad, comencé a ponerme nerviosa y no sabía cuanto más iba a poder aguantar su mirada.

Sonó mi teléfono fuera de la cocina y al intentar levantarme me volví a resbalar. Escuché sus risas y luego sus brazos que me sostenían firmes para que no volviera a caer, sonreí sin darme cuenta y salimos de la cocina.

-Hola Al- era Alice al otro lado del teléfono.

-Michelle, ¿sabes la hora que es? Tu sabes que no podemos perdernos esa fiesta-

-Lo se, no te preocupes- corté y miré a Marc, ya se me ocurriría como escaparme de casa sin que se de cuenta.

"Pásame recogiendo a las 11:00" le escribí rápidamente a Alice y bloqueé el teléfono.

-Marc, antes de ensuciar toda la casa mejor vamos a las duchas de la piscina-

-Te sigo- y sin más fuimos a quitarnos el resto de comida.

-¿Que tal sí pedimos una pizza?- le dije mientras caminábamos fuera de la casa.

-Me parece perfecto, pero no te salvas de ayudarme a limpiar todo el caos que hemos hecho-

-¿Qué? No! Tu comenzaste todo, así que lo haces sólo-

-No señorita, tu también ensuciaste así que lo hacemos los dos- utilizó un tono bastante suave que me persuadió al instante.

-Está bien- dije y en seguida quedé atontada mientras el se quitaba la camisa.

-¿Que haces?- pregunté desviando la mirada incómoda y nerviosa al mismo tiempo.

-Quitándome la ropa y tu deberías hacer lo mismo, hay grumos de masa, aceite, mantequilla, huevos, chocolate e incluso ensalada y más cosas de las que no estoy seguro. Tranquila no te voy a ver así que no te de vergüenza.- eso era la gota que colmó el vaso, ¿vergüenza a mi? ¡Jamás!

Me quité la ropa rápidamente y se la lancé en la cara quedándome sólo en ropa interior, lo empujé fuera de la ducha y me metí en ella quitándome el resto de suciedad.

-Con que así quieres jugar no?- Abrí los ojos y observé como me miraba de pues a cabeza. Se acercó rápidamente y me alzó en brazos, mi respiración se agitó de sobremanera y el me llevaba directo a la piscina sólo que esta vez me lanzó con el.

-Eres un cabrón, ¿lo sabias?- le eché agua en la cara y nadé lo más rápido posible en dirección opuesta de donde estaba Marc, no lo pensó mucho y fue tras de mi. Sus manos resbalaban mi piel en un absurdo juego de no dejarme salir de la piscina pero yo era consciente de que ya se hacía tarde así que tenía que dejar de jugar.

-Marc, para ya- decía entre risas -tenemos que limpiar, cenar y dormir que estoy cansada.- me agaché un poco hasta que mi boca estuviera bajo el agua, absorbí un poco manteniéndola en la boca y acto seguido se la escupí en la cara de Marc. Llegué corriendo a las escaleras de la piscina y al fin salí de allí. El salió unos segundos después siguiéndome y todavía riéndonos de las tonterías que hicimos.

Quedamos en secarnos, ponernos ropa de casa y limpiar antes de ducharnos y así lo hicimos, cuando terminamos de limpiar, Marc llamó a la pizzería mientras yo subía a ducharme, agarré mi teléfono y aún eran las 9pm por lo que me quedaba un tiempo para cenar y "dormir" sin que Marc se diera cuenta de que iba a escaparme unas horas.

Me había puesto la pijama para engañarlo. Mientras el se duchaba, llegó la pizza, le pagué al repartidor y dejé las cajas en la mesa. Comencé a comer sin Marc que no tardó en bajar para hacerme compañía.

-Estoy muy cansada, subiré a dormir, ¿te encargarías de botar las cajas y lavar los platos?- hice un puchero con ganas de zafarme de esa tarea para poder ir a arreglarme.

-Está bien, hasta mañana Michelle-

-Hasta mañana- subí corriendo a arreglarme lo más rápido posible, Alice no tardaría en llegar.

Escuché los pasos de Marc así que puse unas almohadas debajo de la sábanas y salí por el balcón trepando por una enredadera. Caminé un poco y vi aparcado el coche de Alice, sonreí y me subí en el.

-Vamos- la miré con complicidad y arrancó el coche. Esta iba a ser una noche muy divertida.

¿Mi niñero?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora