Cap IX

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La semana pasó lenta y tortuosa, me estaba preparando mucho para los exámenes trimestrales que apenas he salido de mi habitación.

Apenas podía oír los sonidos que provenían de la televisión de abajo, las ojeras me llegaban hasta el suelo y la insufrible materia de historia iba a hacer que mi cerebro colapsar a de una vez por todas.

Casi no había visto a Marc en la semana y una parte de mi ya extrañaba molestar a ese tonto, al pensar en el mi corazón comenzaba a latir muy deprisa, mi cara se sonrojaba, mi cuerpo comenzaba a calentarse y mis manos sudaban, nunca había sentido algo como esto y me asustaba.

Escuché golpes en la puerta y luego observé la entrada de Marc a la habitación.
-Hey Mich la comida ya está lista, te apetece...- se quedó sin hablar cuando lo miré por lo cual no lo culpo ya que al girar la cara hacia el espejo me di cuenta que estaba mas fea que un zombie.

Marc rompió en carcajadas.
-Por Dios niña necesitas descansar, no es por ofender Mich pero pareces la niña del aro-
Entrecerré los ojos sin hablar, poniendo una cara aun mas aterradora, lo cual funcionó porque me miró espantado.
-vale, está bien! Adiós- dijo muy rápido cerrando la puerta.
Suspiré, si que tenía que dar miedo.

Ya era de noche y no había comido nada, Las constantes llamadas de Marc me aturdían, al parecer le preocupaba mucho que no comiera.

Me estiré en la silla y fui directa a tomar una ducha, al salir me puse una pijama rosa de mis favoritas y pensaba en bajar a comer hasta que Marc irrumpió en mi cuarto muy enojado.

-Mira niña, no se que tienen en la cabeza las adolescentes como tu, si no comen por hacer dieta o lo que sea, pero mientras estas bajo mi responsabilidad vas a comer o te haré tragar toda la comida del lugar- dijo bastante rápido gritándome.
Me hizo bastante gracia y comencé a reírme en su cara, y su mirada de no saber que coño pasaba me hizo reír aun mas fuerte.

-Ya voy gruñón, no tenía hambre, eso es todo- le dije muy lentamente.
Salí del cuarto antes que él. Marc no se movió hasta después de unos segundos y luego me siguió sin hablar.

Mientras estábamos cenando se me vinieron a la cabeza preguntas que me inquietaban pero que no tenía la fuerza para preguntárselo, de verdad quería saber si el tenía novia o le gustaba alguien pero la vergüenza podía conmigo a parte lo podría malinterpretar y yo quedaría en ridículo, así que le hice un giro a la pregunta.
-Oye, ¿como es que un viejo como tú aún no está casado?- me miró incomodo.
-No soy viejo.
-Si lo eres.
-Que no niña.
-No soy una niña.
-A mi me lo pareces.
Le tiré un guisante en la frente como respuesta.
-Ves, eres una niña- me dijo con sonrisa triunfante.

Por fin la semana de exámenes había terminado y me llegó un mensaje de Marc diciéndome que estaba afuera del colegio, me despedí de Alice y fui contenta hacia el coche en donde Marc me esperaba, subí a toda prisa.

-Hola monstruo, ¿que tal el cole?- me sonrió.
-Muy bien, con ganas de descansar, por fin se acabaron los insufribles exámenes.
-Que pena- me dijo y en seguida lo miré.
-¿Pena de que? tonto- fruncí el ceño.
-Pues, que te quería invitar hoy al cine pero como estas cansada...
-¿QUE?- me puse muy roja y emocionada al mismo tiempo.
-No, no. Vamos!! Ya es hora de hacer algo divertido- el sonrió por mi actitud y yo me relajé en mi asiento perdida en mis pensamientos.

-Por cierto, también podríamos ir a la feria. Recién la abren- Me miró expectante.
-Guay- le contesté y me acerqué para darle un beso en la mejilla, noté como se sonrojaba sin decir nada y yo me reí en silencio volviéndome a acomodar en mi sitio cerrando los ojos y pensando en mi cita con Marc.

¿Mi niñero?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora