Desapareciendo

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Varias horas después de despedirse de Koga en su casa, Aome ya se encontraba muy lejos de allí, no le tomo más de un par de horas empacar todas sus cosas, hacer gestiones con el banco en el cual tenía su cuenta y traspasarlo a otra cuenta privada que tenía con anterioridad, para luego tan solo dejarle la memoria que previamente ya había preparado con la grabación que consiguió la noche anterior y abandono su casa sin intenciones de volver.


No quiso dejarle ni una carta de despedida, ya que la grabación en la memoria lo decía todo, el motivo por el cual lo abandonaba. La infidelidad que cometió; incluyendo la plática que tuvo Koga con aquella mujer Ayame, de que si no le pedía el divorcio era para no tener que darle nada a Aome de sus bienes.   Las palabras sobraban y Aome estaba muy dolida por ello.


Se había ido a una ciudad portuaria, tan solo deseaba tomarse un tiempo para recuperarse, el día que llego tan solo se registró en un sencillo hotel y se la pasó toda la tarde y noche durmiendo, con todo no había dormido nada la noche anterior, cuando Koga llegó en la madrugada, solamente había fingido dormir, pero en cuanto noto que él dormía profundamente se levantó y comenzó a preparar todo para su huida, aún la grabación la preparo en la madrugada.


Temprano había salido a comer algo en aquella ciudad costera, era un lugar muy hermoso y tranquilo, después tan solo salió a caminar por la playa, aunque tenía bastante dinero ahorrado; debía administrar bien todo lo que tenía en lo que comenzaba de nuevo a trabajar, quería tomarse un respiro antes de dar el siguiente paso, no había sido nada fácil para ella, el paso que acababa de dar — dio fin a una relación de tres años como novios y un año y medio de casados — Y ciertamente le había dolido demasiado la situación.


Quería darse un tiempo para vivir el proceso de duelo por la pérdida de su vida matrimonial, del fin de su relación con Koga, Aome en verdad lo había amado. Aunque también era verdad que Koga había ido matando lentamente su amor, tampoco era fácil. Quizás él le facilito mucho las cosas cuando le fue infiel; desde el principio de su relación Aome le había advertido que eso era lo único que  nunca le toleraría. ¡Una infidelidad!


Mientras caminaba por la playa los recuerdos la inundaban, de cómo había conocido a Koga cuando ambos estaban en el instituto, cuando por fin se hicieron novios durante sus años de universidad; y que a pesar de todas las ocupaciones que tenían, buscaban darse el tiempo suficiente para verse y seguir su relación a pesar de todos los contratiempos e inconvenientes; a pesar de todo en ese tiempo fue feliz.


Por un momento se detuvo en la playa mientras contemplaba el atardecer, hacía cuanto tiempo no podía sentir la brisa fresca soplando en su rostro, esa brisa marina que ahora recibía, el sonido de las olas estrellándose en las piedras, aún el canto de las gaviotas sobrevolando la playa... Era como si todo ello se llevara su tristeza, consolándola, diciéndole sin palabras que había hecho bien y que ahora le esperaba un brillante futuro por delante, tan solo debía ser valiente.


Por un momento sintió como si hubiera estado mucho tiempo sumergida en un lugar viciado que no le permitía respirar bien, pero ahora por fin podía respirar libremente, podía de nuevo volver a vivir. Se sintió tan bien repentinamente y lejos de añorar la presencia de Koga, solo deseo correr libremente, se sintió libre en verdad. Koga siempre la reprimía, no podía reírse libremente, no podía ser ella misma, aún había tenido que dejar la carrera que tanto amaba por cuidar de alguien que al final nunca la valoro realmente y hoy por fin era libre.

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