Sin ti...

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Ya llevaba más de una semana dedicado por completo a beber sin parar, no podía creer que en "un momento", su vida se hubiera destrozado por completo. No salía de su casa, no había ido a los entrenamientos, todos los arreglos con el entrenador se los dejó a su manager Ginta; se la vivía solamente allí, según él, con la esperanza de que Aome llamara; arrepentida por haberse ido y pidiéndole fuera a recogerla. ¡Por supuesto esa llamada se negaba a llegar!


En una de esas últimas veces que despertó; luego de quedarse dormido de tan ebrio que estaba, los recuerdos lo inundaron de nuevo; le vino a la mente los sucesos cuando se enteró que Aome lo había abandonado.



FLASH BACK


Su primer impulso fue salir a buscarla; pero por lo que pensaba Aome ya debería tener horas de haberse ido, por lo tanto no tenía sentido hacerlo, ir con la policía y reportarla como desaparecida; pensó que era buena idea, pero llamo y le dijeron que no podía darla como desaparecida hasta que al menos pasaran de 24 a 48 horas por ser una mujer adulta.


Acababa de colgar esa llamada cuando Ayame lo llamo


— Koga, mi amor, ¿porque no me contestabas el teléfono?

— Estoy ocupado Ayame ¿Qué quieres? — Solo le dijo eso seca y cortantemente.

— ¡Qué carácter! ¡¿Olvidaste que quedaste de pasar a verme para que fuéramos a cenar?! — Era verdad, pero lo había olvidado, solo se sobo las sienes con frustración.

— Ahora no es buen momento, estoy muy ocupado.

— Pero amor, estaba tan ilusionada con verte, hasta me puse esa sexi ropa color rojo que tanto te gusta, solo para darte gusto.

— Ya te dije que no puedo en este momento, luego te hablo.

— ¿Sucedió algo? Te noto extraño. — Solo lo pensó un momento y lo soltó.

— Mi esposa está desaparecida, estoy buscándola.

— ¡Es genial! — El grito de alegría que se oyó en la bocina lo dejo sordo un momento — Espérame voy para allá.

— No, no es nece... — pero ella colgó repentinamente.


Fue entonces que se le ocurrió, no había intentado llamar a Aome a su celular, ella siempre lo llevaba consigo, fue entonces que marcó. Sonaba y sonaba el celular, pero nadie lo tomaba; se comenzó a impacientar, fue entonces que alcanzó a escuchar un sonido en el piso de arriba y subió a ver; fue entonces que lo encontró en la mesita de noche, en el cajón estaba el celular.


— No, ¿por qué? — solo pensó


Creyó que quizás con alguno de sus contactos, pero cuando quiso acceder a la agenda, no había ningún contacto, ni historial de llamadas, todo había sido borrado, no había nada. Nunca le interesó mucho saber de su esposa; no sabía a quién acudiría Aome en una situación difícil; sabía que sus familiares estaban en Estados Unidos; pero ni siquiera sabía cómo contactarlos.


Recordaba que tenía amistades en la universidad, pero ya había perdido contacto con ellos y estaba Inuyasha; habían ido juntos al instituto él, Inuyasha y Aome. Pero a Inuyasha lo detestaba, nunca se llevaron del todo bien; era un deportista como él que practicaba el futbol; pero en un equipo rival... ¡La desesperación lo comenzaba a inundar!

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