Un Lobo De Dos Caras // Sterek

Confiar (FINAL)

Estamos casi en la puerta del instituto cuando Derek me pregunta:

-¿Cómo vamos a entrar?

-Con tu fuerza de hombre lobo- le contesto sin pensar-. La alarma que se supone que tiene que estar conectada toda la noche, se estropeó hace un par de años, bueno, realmente la estropeé yo, pero eso da igual ahora, la cuestión es que no la arreglaron.

Al llegar y ver el tamaño de la cadena y el candado que cubren la puerta, Derek da un paso atrás, le miro por encima de mi hombro y veo que parece asustado.

-Yo no puedo abrir eso, no soy tan fuerte-. Dice en voz baja.

Miro al chico moreno que tengo situado a mi izquierda y me permito por primera vez verle realmente, fijarme en sus tics nerviosos y en sus gestos, veo más allá de la apariencia física que ahora lo rodea, es obvio que en los años que han pasado desde que tenía este aspecto hasta que lo conocimos, hasta que yo lo conocí, ha cambiado mucho como persona, es alguien muy diferente, pero sigue siendo en el fondo el niño que vio morir a su primer amor entre sus brazos y que pasó su infancia con un tío egoísta que solo pensaba en el poder que quería conseguir y que le daba igual lo que le pasara a Derek. Pero ahora no necesita pensar en eso, tiene que mirar más allá de todos los recuerdos que tiene, debe mirar hacia unos recuerdos que no sabe que existen, pero que están ahí.

Escucho un fuerte sonido y observo como caen al suelo las cadenas que estaban en la entrada del instituto, me giro en dirección a ellas y levanto una ceja, sorprendido de ni siquiera haberme dado cuenta de que Derek se movía para romperlas, cuando empiezo a decir:

-¿No decías que no eras tan fuerte como para romperlas?

-Pero al ver tu cara he pensado que de alguna forma te estaba decepcionando por no poder romper las cadenas y he sentido la necesidad de romperlas para no desilusionarte, ¿tiene sentido lo que estoy diciendo?

-No mucho- le contesto-, pero gracias.

-¿Qué hacemos aquí?- me pregunta.

-Sígueme y ya está, no hagas más preguntas.

Empiezo a caminar en dirección a las piscinas del instituto, tengo muy claro el recuerdo que quiero que piense. Fue una de las primeras veces que tanto Derek como yo nos preocupamos el uno por el otro.

Al llegar allí y colocarme donde nos encontramos con la kanima aquella noche, cojo a Derek y lo coloco justo donde él estaba situado. Le miro y veo que su rostro sigue expresando desconcierto.

-¿Cuántas veces has estado aquí abajo?- le pregunto mirándole directamente a los ojos.

-Realmente creo que ninguna- me contesta confundido-, ¿Por qué?

-¿Estás completamente seguro de ello?- le pregunto sin apartar la vista de sus ojos.

-Sí- me dice frunciendo el ceño.

Empiezo a pensar que este recuerdo no es bastante fuerte, pero por si acaso intentaré una última cosa. Miro más allá de Derek, por encima de su hombro y cambio el gesto a uno de sorpresa y miedo, levanto el brazo y señalo tras él, a la nada. Cuando ve lo que estoy haciendo, se gira en la dirección que yo estoy señalando y retrocede poniendo su mano en mi pecho para que me aparte del supuesto peligro.

Le miro la mano y sonrío mientras él vuelve la cabeza hacia mí y se fija en el gesto. Se aparta de mí y se arrodilla en el suelo con las manos en las sienes, tuerce el gesto mostrando dolor.

-Mi cabeza.- Es todo lo que dice con un gran esfuerzo y entre dientes.

¿Es eso bueno? ¿Significa que está recordando? Me arrodillo junto a él y coloco una mano sobre su hombro. Ha apartado sus manos de su cabeza y ahora las tiene cerradas, sus puños están presionando contra las piernas, parece como si el dolor no cesara. Paso la mano que tengo apoyada sobre el brazo hasta su rostro, la electricidad vuelve a recorrer todo mi cuerpo y él acerca más su cara a mi mano cerrando los ojos y soltando el aire de golpe por la nariz, como si la situación le superase y no pudiese hacer nada contra ella.