qué siento

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Me levanto y echo a Scott de mi habitación diciéndole que espere abajo.

Voy al servicio y fragmentos de mi sueño de anoche aparecen en mi mente, ¿cómo he soñado yo eso?
Recuerdo que Derek me trajo a casa ayer desde el hospital, nos despedimos un poco incómodos y le vi irse en su coche.

¿Quiero que pase lo que he soñado? Me gusta Derek, eso ya me ha quedado claro, pero es imposible.
Ahora no puedo pensar en él, no puedo y no quiero, Scott me está esperando y vamos a llegar tarde al... espera, hoy es sábado, no hay instituto.

-¡Scott!- le grito asomándome por la puerta del baño- ¡Sube tu trasero peludo aquí ahora mismo!
-Dime- en un segundo ya está delante de mí.
-¿Dónde llegamos tarde si se puede saber?- le digo frunciendo el ceño- ¡Hoy no hay clase!

Me voy corriendo hasta mi cama y voy a tumbarme cuando Scott me frena cogiéndome del brazo.
-A ver a Derek.

< ¿Va en serio? >

-¿Para qué?- le digo- ¿Y por qué te tengo que llevar yo?
-Anoche mataron a otra persona y estoy muy seguro de que no fue un animal. Es a ti a quien le encantan estas cosas, Stiles. Además es para ayudar a tu padre y eres el mejor investigando, siempre tienes razón.
-Ya sé que siempre tengo razón.
-Vamos.

Camino a casa de Derek empiezo a ponerme nervioso.

-Stiles, ¿qué te pasa?- me dice Scott- Pareces nervioso.
-Me pone Derek.
-¿Cómo?- me dice abriendo mucho los ojos.
-Que me pone nervioso Derek.
-Ah.
-¿Qué pasa? ¿Por qué pones esa cara?
-Pensaba que estabas admitiendo al fin lo que sientes por él- me dice como si nada.
-¿Cómo?- ahora el que abre mucho los ojos soy yo.
-Stiles, soy tu mejor amigo. El otro día cuando fui a tu casa porque me habías dejado tirado en el instituto escuché a alguien en tu habitación y seguí escuchando hasta oír la voz de Derek, te pones nervioso al hablar de él. Ya sabía que habías superado lo de Lydia, sabía que era otra persona en la que no parabas de pensar.
-Ya hemos llegado- freno el jeep de manera brusca y bajo dando un portazo.
-¡Stiles!- dice Scott mientras baja del coche y se acerca a mí- ¿Por qué te enfadas? No pasa nada porque te…
-¡Cállate!- le grito antes de que termine la frase.
-¿todo bien?- escucho a mi izquierda.
Trago saliva y soy incapaz de girarme hacia la dirección de donde procede esa voz. Noto que se me acelera el corazón y me doy una bofetada mental por ello ya que los dos pueden escuchar mis latidos.

-¡Joder!- grito mirando a la nada.
Entre dientes digo: < ¡Es injusto!> y susurro: <Estúpidos lobos>.
-Voy a llamar a mi padre- digo sacando mi móvil del bolsillo y apartándome de ellos.

Me apoyo en el tronco de un árbol marcando el número de mi padre, me escuecen los ojos y siento las lágrimas que amenazan con brotar de ellos.

-No voy a llorar- me digo en un susurro-. No voy a llorar por esto.
-Hola, hijo- escucho a través del móvil.
-Hola, papá- le digo con un tono más triste del que pretendía- ¿cómo estás?
-Muy bien- dice con voz alegre-. Dentro de nada me darán el alta. Solo ha sido un susto.
-Qué bien- le digo-. Me alegro de que no fuese nada.
-Stiles- su voz transmite preocupación-. Dime qué te pasa.
-Nada, papá- mi voz no suena nada convincente-. Realmente no lo sé, no podría responderte sinceramente a esa pregunta.
-¿Tiene algo que ver con cierta persona especial?- recalca la última palabra.
-No tiene nada que ver con Lydia o Malia…
-No me refería a ninguna de ellas. Mereces ser feliz, hijo, date cuenta de una vez.

< ¿Qué le pasa hoy a todo el mundo?>

Voy a levantar la vista del suelo, pero no lo hago. Quiero mirar a Derek, pero si lo hago tengo la certeza de que me pondré a llorar aquí en medio.
-¿Cambiamos de tema?
-Como quieras…
Él empieza a decirme lo mucho que odia la comida de hospital y yo me rindo y levanto la vista del suelo por primera vez desde que he llegado aquí. Me encuentro con los ojos de Derek, que me está observando desde al lado de mi Jeep con el ceño fruncido, pero parece preocupado, no hay ni rastro de Scott.  

Aparto la mirada y escucho que mi padre dice mi nombre cada vez más alto.
-¿Qué pasa?
-Stiles, ¿Estás bien?
-Sí, papá- le contesto con desgana.
-No voy a presionarte para que hables, podría porque soy el sheriff, pero no lo haré porque también soy tu padre y te quiero, lo sabes, ¿verdad?
-Sí, papá, te quiero.
Cuelgo y sé que Derek está viniendo hacia mí, no me hace falta verle o escuchar pasos, sé que es así.

Alzo la vista y le veo a poca distancia, voy a hablar, pero justo entonces Derek mira por encima del hombro hacia el bosque y me agarra los brazos de manera brusca y giramos, de modo que ahora él está de espaldas al bosque, no yo.

Todo sucede muy deprisa, mientras me estaba girando he escuchado un sonido silbante y antes de poder abrir la boca para decir algo he visto como una flecha le atravesaba el costado izquierdo.

Un Lobo De Dos Caras // SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora