I.

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Los dedos de Kibum paseaban nerviosamente por la pantalla táctil de su teléfono móvil. Eso definitivamente no era lo que tenía en mente cuando él le había confiado su corazón a su amigo Taemin y éste le dijo que necesitaba algo diferente en su vida sexual.

A la edad de veinte, él había tenido parejas sexuales, pero nada había cruzado la línea del ordinario estilo misionero todavía. Tal vez sus amigos siempre tenían una historia qué contar, todo el mundo a parte de él. No era que él no tenía sexo, pero sí había personas más sexualmente activas en su círculo de amigos, pero al menos una vez al mes se encontraría en las sábanas de alguien; ya sea una chica guapa o un hombre caliente.

Lamentablemente, sin embargo, no había tenido suerte a la hora de satisfacer a su socio. Sus aventuras habían acallado el hambre por el momento, pero a largo plazo no satisfacía sus necesidades en absoluto. Sólo había sido una mera broma cuando Taemin le sugirió llamar a una línea de sexo, pero cuanto más pensaba en ello, más pensaba ¿por qué no?

Y ahí estaba él, sentado en su apartamento, vestido con una camiseta y boxers, ponderando si debía llamar al número o no. Él había escogido una línea directamente gay, ya que había escuchado lo suficiente de gemidos agudos en varios anuncios para adultos que daban en la televisión una vez que el reloj marcaba la medianoche.

Sabiendo que no iba a llamar nunca si no lo hacía ahora, tecleó los números en su
teléfono y esperó. Su corazón latía a cien veces por minuto, y ya que sonó esperaba que alguien recogiera la llamada, con las manos sudorosas.

—¿Hola? —Una voz suave ronroneó del otro lado de la línea. La voz del hombre sonaba joven y tenía un acento que Kibum por lo general podría burlarse, pero de alguna manera sonaba bastante atractiva.

—Hola —Kibum se ahogó, sin saber qué más decir.

—Hola, cariño. Es la primera vez que llamas, ¿no? —preguntó la voz.

—Sí.— respondió Kibum.

—Soy Jong, es un placer escucharte. ¿Cuál es tu nombre. bebé?

El pelinegro pensó por un momento. ¿Diría realmente su nombre? No, sería demasiado embarazoso revelar gran parte de su identidad, a pesar de que nunca se reuniría con el extraño, de todos modos.

—Soy Bum. —dijo al fin. No era su nombre completo, pero no era una mentira
tampoco.

—¡Que lindo nombre, Bum!— rió y el sonido alivió el nudo de la garganta de Kibum. —¿Te gustan las pollas grandes, cariño? — preguntó.

Bum tragó, sin saber qué decir. Por supuesto que amaba las pollas grandes, de preferencia en su culo o en su boca, pero era otra cosa.

—Me gusta lamer pollas grandes, como si fuera una piruleta. —Jong tarareó. —Me encantaría lamer tu hermosa piruleta, cariño.

—¿Cuánto de ella podrías tomar? —Kibum quería saber. Él estaba superando lentamente sus inhibiciones.

—Voy a lamer todo lo que me des, bebé. —Jong graznó con voz ronca.

Bum comenzó palmeando su creciente bulto, lentamente. No había esperado que ésto tuviera un efecto tan fuerte en él, pero la vibración de la voz del otro envió escalofríos agradables por su espina dorsal.

Let's talk about xxx! • JongKey  [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora