|5|Draws and Cóffee

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—¿Bon?

El de cabellos turquesas sintió una suave voz interrumpir su delicado sueño matutino. Claramente, sabía de donde provenía esa pequeña voz y por su propio bien decidió levantarse de su cómoda cama. Las sábanas color gris se desparramaron más sobre esta mostrando el paisaje dónde antes gozaba de su sueño el chico, él cuál se sentó lentamente en su sitio de descanso rogando para poder regresar a dormir.

—¿Bonnie? ¿Qué sucede?

Se podía ver qué el de ojos color carmín acababa de levantarse, traía una remera bastante grande para su camiseta qué llegaba hasta sus muslos, la cuál dejaba ver su pálida clavícula y un pantalón azul a cuadros blancos, es decir, su pijama.

—¿Me ayudarías a desempacar?

Bon cerró sus ojos lentamente y suspiró con pereza. No estaba preparado mentalmente para entablar una conversación en esos momentos.

—Bonnie, tengo sueño.

—Tu siempre tienes sueño.

—Es verdad. —comentó el joven, cubriendo todo su cuerpo, incluyendo su rostro, con las cómodas sábanas.

Bonnie soltó una leve risita y se sentó en la cama de su amigo. La conversación se apagó lentamente y se generó un silencio entre el chico de cabellos morados y el de orbes esmeralda.

Bon no quería hablar con Bonnie. No le gustaba para nada sonrojarse al tener contacto con el contrarii. Era extraño y le ardían las mejillas, cosa qué realmente odiaba. También estaba el hecho de sus labios delineados con un hermoso color rosado, eran tan perfectos qué podías perderte en ellos y navegar lo horas sin una respuesta ni rumbo fijo.

—En realidad viniste a pedirme otra cosa ¿no?

Acertó justo en el blanco. El rostro del chico palideció en sobremanera y ahora mismo no parecía tan tranquilo.

—Lo sé porqué son las tres de la mañana y deberías estar durmiendo.

Lo había descubierto. Bonnie suspiró con pesadez e intentó explicarse correctamente, cosa qué dudaba podría llegar a hacer.

—¿Puedo dormir contigo?

Fué como si un yunque cayera en la cabeza de Bon. Además de reconocer qué Bonnie era sumamente molesto, también odiaba dormir con personas. La cama era su único espacio lleno de paz y tranquilidad.

Suspiró entrecortadamente y se dispusó a rechazar el pedido de su amigo. En ese mismo instante fué cuándo recordó un detalle crucial acerca de él, Bonnie le temía a la oscuridad. Por ello estaban en esa situación qué Bon consideraba tan incómoda.
El de cabellos morados no podía dormir con la luz principal del cuarto encendida, por ello prendía una pequeña lámpara junto a su cama. Igualmente, ese objeto se había roto hace unas horas, cortesía de Bon, claramente. Gracias a eso debía dormir con alguien para poder conciliar el sueño, al igual qué un niño pequeño.

Se dió por vencido y palmeó un espacio de la cama a su lado. Bonnie sonrió lleno de felicidad y se aventuró en las sábanas de su compañero.

El de cabellos turquesas miró con desistéres a su compañero, pues estaba justo frente a él.
Fué en ese instante cuándo reaccionó. El olor a lavanda inundaba el aire y los cabellos de Bonnie se desparramaban de manera desplorija en la almohada.

Esto no podía estar pasando.

Pero sí, estaba sucediendo en ese mismo instante. Las mejillas de Bon se pintaron de un fuerte color carmín qué parecía conbinar con los ojos de su amigo.
No podría dormir si seguía así, escuchando la ligera respiración de Bonnie desaparecer entre el silencio de la noche.

"Café y dibujos"-BxBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora