Capitulo 38

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La luz del sol entró por una abertura de las cortinas ¿y yo? Yo seguía entre la realidad y la pesadez del cansancio. A lo lejos puedo jurar que escuche la voz de Spence, intente abrir los ojos, pero me resultaba difícil, como pude me senté en el filo de la cama e introduje mis pies en las pantuflas de perrito súper cute que se encontraban al pie de la cama, me paré y fui directo al espejo, mi cabello era un desastre así que lo peiné. Salí de mi cuarto.
-¿Mamá?- grite.
-Estoy en el sofá.-
Camine hasta el sofá, ahí estaba ella leyendo un recetario, me senté a un lado.
-¿Y Spence?- pregunte viendo aquel recetario también.
-¿Qué pasa con el?- Me miró con sus lentes medio puestos.
-¿No estuvo aquí? Escuche su voz.-
-Seguramente estabas soñando.-
-Estoy segura que estaba despierta.-
-Ay hija.- suspiró. -estás tan enamorada de él que hasta lo escuchas.- rió.
-Dime por qué vino.-
-Ya te dije que él nunca estuvo aquí.-
-Per...- no me dejo siquiera terminar de alegar.
-Además ¿y si él hubiera estado aquí? ¿hubieras salido así?-
-Pues... si.- me miré.
-Hija, está bien que él te ame, pero si te llega ver así, sale corriendo.-
-¡Mamá! Me hiciste sentir mal.- hice pucheros.
Anda a cambiarte! Hay planes para hoy.-
-Hoy no quiero salir, estoy triste.-
-Estás en tu día de descanso, deberías aprovechar.-
-Aprovecharé este día para dormir y comer.-
-_____ ve a cambiarte.-
-No.- tape mi cara con un cojín.
-No recuerdo haberte preguntado, fue una orden.-
Quite el cojín de mi cara, la miré. -Está bien ya voy.- caminé con pereza a mi habitación.
Me vestí sencilla, el día esta fresco y no me sentía con ánimos de vestirme bien. Decido colocarme un conjunto simple y agregar un saco para darle un mejor toque.

 Decido colocarme un conjunto simple y agregar un saco para darle un mejor toque

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Salimos, mi madre se ofreció a manejar.
Miraba por la ventana en silencio, a pesar de todo mi madre tenía razón, me sentía mejor, baje la ventana para sentir el aire fresco en mi rostro, pude estar un momento en paz dentro de mi, con los ojos cerrados, el sonido del viento chocando en las copas de los árboles y las llantas del auto rechinando en el asfalto mojado.
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Al llegar me percaté que mi madre me había llevado a un parque de diversiones, según la gente, el más hermoso ya que este no consistía de juegos mecánicos, más bien su concepto es amar la naturaleza. Yo siempre había querido venir, pero tres razones me lo impedían: la primera: el tiempo, en segundo lugar: el dinero ya que la entrada es costosa y en tercer lugar: no tenia con quien ir, pero ahora que estoy aquí con mi madre, creo que será una buena elección.
Bajamos del auto y nos formamos, habían alrededor de 20 personas antes que nosotras. Las personas se movían lentamente.
-Hija, creo que esto va a largo.-
-Ya lo creo.-
-Detenme esto.- me dio su bolso. -regresó rápido.-
-¿Adonde vas?-
-Al baño... no aguanto.-
-Pero faltan pocas personas.-
-Si, si, pero aquí ay un lugar y cobran más barata la entrada, tú ve entrando, yo paso después.-
-Bien, pero ve rápido mamá.-
Se fue.
En la fila quedaban cinco personas cuando decidí marcarle a mi madre, se había tardado mucho. Marque y el bolso comenzó a vibrar, valla, lo dejó ahí dentro, no siquiera me esforcé en abrirlo. Eso me comenzó a estresar un poco, por esa razón insistí en que se quedara, pero ahora tendré que estar buscándola.
Estaba decidida a dejar pasar a las personas que se encontraban detrás de mi hasta que llagara mi madre, pero un mensaje se interpuso en mis planes, lo miré, un número desconocido, creí que era una de esas típicas promociones-estafa que la gente suele hacer, lo iba a ignorar pero algo me llamo mucho la atención, este mensaje tenía tres puntos suspensivos, algo que no es común, así que decidí abrirlo, inmediatamente un segundo mensaje apareció. Escalofríos recorrieron por toda mi columna vertebral, decidí ponerle fin a esto.

Esperar es la clave de la felicidad.            (Spencer Reid y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora